Thriller cargado de humor y enredos del director de Borgman
Alex van Warmerdam es un director, actor y pintor holandés con una trayectoria larga en el cine pero que se dió a conocer especialmente con su película Borgman, nominada para la Palma de Oro de Cannes en 2013, seleccionada por su país para participar en los Oscar y ganadora del Festival de Sitges de ese año. La película presentaba una historia perturbadora que apuntaba a la línea de flotación de la burguesía acomodada, con un fondo rancio, clasista, pero llena de gestos y actitudes hipócritas. Su siguente trabajo, Schneider vs. Bax, se aleja bastante de la complejidad de Borgman para presentar un thriller con notas de comedia negra y absurda que muestra el enfrentamiento a plena luz del día entre dos asesinos a sueldo.
La película arranca con la llamada de Mertens (Gene Bervoets) a Schneider (Tom Dewispelaere), un asesino a sueldo que lleva una vida familiar modélica. Casado y con dos hijas bonitas y rubias, hace creer a su familia que tiene un trabajo normal, donde muchas veces le llaman para emergencias a horas raras. Mertens le encarga un trabajo rápido, tiene que eliminar a Ramon Bax (Alex van Warmerdam), un escritor que vive en una pequeña casa situada en medio de una zona de marismas. Schneider protesta, ese día debe ayudar a su esposa a preparar una cena de aniversario que celebrarán con un grupo de amigos, pero Mertens insiste, será rápido y fácil, podrá estar en casa a mediodía. Schneider va a un taller donde guarda sus armas y equipo, se disfraza un poco y se desplaza hasta cerca de la casa en una camioneta robada; aparca donde puede y se adentra en la marisma para encontrar un punto conveniente desde donde poder disparar. Allí se encuentra con un guarda del parque y tiene que volver a su taller para volver a disfrazarse y cambiar de vehículo, pero allí se topa con un chulo (Pierre Bokma) y una de sus prostitutas de mediana edad, Gina (Annet Malherbe). Contrariado por dejar demasiados testigos, encierra al chulo y se lleva con él a Gina de vuelta a la casa de Bax.
Contrastando con la vida ordenada de Schneider, la de Bax es un desastre; vive en la casita del lago con su amante (Eva van der Wijdeven), mucho más joven que él y mezcla liberalmente la bebida con todo tipo de drogas (guarda sus medicamentos mezclados en una cajita). Cuando se levanta, echa a su amante a cajas destempladas porque se acaba de acordar que lo vendrá a visitar su hija Francisca (Maria Kraakman) y no quiere que la vea. Cuando llega, Francisca está echa un desastre; deprimida y desesperada, no sabe a quien acudir. Entonces Bax, que le acaba de aconsejar las drogas como solución, recibe la llamada de Mertens, recordándole que está a punto de llegar Schneider, al que debe matar aprovechando que no se lo espera. Bax se había olvidado del todo; para prepararse y quitar a su hija del medio, la manda a darse una vuelta, pero aún recibirá más visitas inesperadas antes del duelo final.
Como puede verse a partir de la sinopsis, la película tiene una línea argumental muy simple, el duelo entre dos sicarios diametralmente opuestos, que gracias a una serie de coincidencias, olvidos, errores tontos y mala suerte se complica mucho y acaba involucrando a un buen número de personajes. Y lo digo en un sentido positivo; todos estos enredos añaden a la película una dimensión, cómica, estrafalaria y algo surrealista que la alejan de las convenciones del thriller y la hacen muy divertida de ver. Mezclados con la comicidad hay también momentos trágicos extrañamente convincentes, mostrados en especial a través de los personajes de Francisca y Gina. Los personajes, aunque poco convencionales, están bien construidos, son complejos. Aunque al principio parece menos malo el familiar y ordenado Schneider, preocupado además por evitar víctimas colaterales, que Bax, disoluto, embrutecido y padre horroroso, poco a poco las tornas se cambian y se muestra a un Schneider bastante despiadado y a un Bax que a pesar de todo intenta salvar a su hija. El principal problema del guion, es que, en mi opinión, no sabe finalizar la historia de forma redonda. Algunos elementos del final me parecieron poco convincentes.
La ambientación es uno de los grandes aciertos de la película. A diferencia de la mayoría de los thrillers, este sucede a plena luz de un día soleado en una marisma llena de plantas, salpicadas de pequeñas islas de terreno firme que ofrecen multitud de escondites y posibilidades de crear tramas en paralelo. La fotografía es luminosa, ayudada además por el vestuario y el mobiliario claros. La dirección de Alex van Warmerdam logra transmitir muy bien los cambios de humor de la historia, pasando de la comedia al drama al ambiente de amenaza con sutiles movimientos de la cámara. Los actores resultan muy convincentes, tanto Tom Dewispelaere como Alex van Warmerdam dan vida a sus personajes, rivales diametralmente opuestos. Me gustó mucho Maria Kraakman en el papel de hija, deprimida, destruida por una infancia muy traumática.
Schneider vs. Bax es una buena película, un thriller muy personal, con más miga argumental y mucha más comicidad que la media de películas de este género. Le beneficia que el director haya querido cambiar de tercio por completo con respecto a su penúltimo trabajo, creando un trabajo más ligero y directo. Si no fuera por el final diría que la película resulta redonda; todo y así el resultado final me parece muy recomendable.
(c) 2015 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: Schneider vs. Bax.
- Año: 2015.
- Duración: 96 min.
- País: Holanda.
- Director: Alex van Warmerdam.
- Guion: Alex van Warmerdam.
- Productor: Eurydice Gysel, Koen Mortier, Berry van Zwieten, Marc van Warmerdam.
- Fotografía: Tom Erisman.
- Montaje: Job ter Burg.
- Reparto: Tom Dewispelaere, Alex van Warmerdam, Maria Kraakman, Gene Bervoets, Annet Malherbe, Pierre Bokma, Henri Garcin, Loes Haverkort, Eva van de Wijdeven, Ali Zijlstra, Mike Reus, Bart Harder, Fay Bakker, Rosa Bakker, Renzo van Cleemputte.
- Sitio web:
- Tráiler: