COP CAR

Cuidado con robarle el coche a Kevin Bacon

El director Jon Watts debutó en 2014 con la película de terror Clown , producida e interpretada por Eli Roth, tras varios años dedicado a los videoclips y a la publicidad. Para realizar Cop Car, su segunda película, vuelve a colaborar con el guionista Christopher D. Ford (Robot & Frank), pero esta vez el resultado es muy distinto; la película es un thriller seco, malintencionado, realizado con un cierto aire a serie B y con un Kevin Bacon que se sale.

La película empieza con dos niños (James Freedson-Jackson y Hays Wellford) andando por un campo situado en una zona de amplias llanuras. Sin entrar mucho en detalle, parece que se están metiendo en un lío porque han escapado de sus respectivas casas para ir a la aventura. Por casualidad, en un rincón algo apartado entre unos árboles encuentran un coche de policía vacío. Poco a poco la curiosidad vence al temor, se acercan y descubren que no está cerrado. Lo abren y empiezan a jugar dentro, hasta que ven que las llaves están en el coche. Entonces lo arrancan y ya envalentonados lo empiezan a conducir y a dar vueltas con él.

Pero el coche tiene dueño; un sheriff mostachudo (Kevin Bacon) que había dejado el coche allí para ir a enterrar un cadáver que guardaba en el maletero. Cuando descubre que el coche no está entra en pánico: en el maletero queda algo que debe recuperar a toda costa sin que nadie se entere. Deseperado, intentará primero conseguir que la oficina del sheriff use otra frecuencia de radio para que nadie pueda contactar con los críos para luego intentar encontrarlos él mismo. Pero mientras van por la carretera, los chavales adelantan a una mujer (Camryn Manheim) que denuncia el hecho a la policía. Con todos estos elementos empieza un juego del gato y el ratón entre el sheriff y los chicos, que acaban descubriendo qué contiene el maletero.

Jon Watts y Christopher D. Ford han escrito un guion que busca explotar al máximo la tensión y mantener en ascuas al espectador, creando una trama de sucesos interesantes; con pocos diálogos, pero ingeniosos y acertados y reduciendo a la mínima expresión los trasfondos. No se nos cuenta gran cosa sobre los chicos; sólo a través de alusiones indirectas sabemos que sus hogares no son idílicos. Tampoco sobre el sheriff; sabemos que es corrupto y asesino, pero no se nos cuentan los detalles. Parta de esto se deja caer sobre los hombros de los actores, animándoles a que acaben de llenar esas omisiones a través de matices de su interpretación. En cuanto al ritmo narrativo, esta idea funciona, la película mantiene un ritmo endiablado y las vicisitudes de los personajes nos mantienen en vilo casi todo el rato. Algunas de las escenas, llenas de un humor algo malvado, seguro que horrizarán a quienes tengan hijos de esa edad, como cuando empiezan a jugar con las armas que abarrotan el coche robado.

Los actores están muy bien elegidos. Los dos chicos, James Freedson-Jackson y Hays Wellford, interpretan con gran naturalidad sus papeles. Me gustaron tanto al principio, cuando se están divirtiendo con la gamberrada, como más adelante, cuando comprenden que se han metido en un lío tan grande que amenaza sus vidas. Pero el protagonista absoluto es Kevin Bacon, que crea a un sheriff de gran mostacho, que empieza a criar barriga y que es tan malvado como ingenioso. Bacon saca su vis cómica para pintarnos a un tipo desesperado que ingenia las mil y una para encontrar su coche y a la vez intentar que nadie se entere que lo ha perdido. Pero también interpreta muy bien su lado oscuro cuando se revela capaz de acabar con cualquiera para cubrir sus delitos.

En conjunto Cop Car es un thriller que funciona perfectamente, con una dirección y un guion que garantizan la tensión y la risa ocasional y que disfruté mucho viéndola. Si algo le puedo reprochar es la falta de ambición; lo esquelético del guion hace que lo cuente la película sea todo lo que hay. Con algo más podría haber sido una gran película.

(c) 2015 Jordi Flotats