WE ARE STILL HERE

Modesto homenaje al terror ochentero

We are still here supone el debut en la dirección de Ted Geoghegan, un hombre con considerable experiencia en el mundo del cine, habiendo escrito once guiones, participado en la producción de doce películas y trabajado como publicista de películas. Fan desde siempre del cine de terror, se ha inspirado en el clásico de culto House by the cemetery (1981), del italiano Lucio Fulci, para crear una película directamente inspirada en el terror producido en la década de 1970 y 1980. Como homenaje, todos los personajes de la película se han nombrado a partir de miembros del casting y del equipo del film italiano.

Tras la muerte de su hijo universitario en un accidente, Anne y Paul Sacchetti (Barbara Crampton y Andrew Sensenig) se mudan a una vieja casa en la gélida Nueva Inglaterra situada en las afueras del pequeño pueblo de Aylesbury. Paul está dispuesto a intentar empezar de cero y superar la muerte de su hijo, pero Anne no se ve capaz de quitárselo de la cabeza. Nota su presencia en la casa, está convencida que su espíritu les ha seguido hasta allí. Y en la casa no hay duda que pasan cosas extrañas; ruidos, algunos objetos movidos de sitio y un sótano oscuro donde hace un calor terrible. Cuando un operario va allí a reparar la caldera, algo le ataca y acaba terriblemente quemado. Deciden invitar a una pareja de amigos algo hippys (Larry Fessenden y Lisa Marie) que afirman que son capaces de contactar con los espíritus. Juntos visitan el pueblo, donde la gente les recibe de forma algo extraña, como si ocultaran un secreto; Dave McCabe (Monte Markham), uno de sus ciudadanos más prominentes tiene un interés particular en que no abandonen la casa. Pronto descubrirán que los primeros residentes de la casa, la vengativa familia Dagmar, aún está allí, junto con un antiguo poder que despierta cada treinta años para reclamar la sangre de una familia.

No hay duda que el nuevo auge del terror de los ochenta (y de los ochenta en general), personificado en nuevas películas con casa encantada como The Conjuring, Sinister o Insidious ha animado la producción de este tipo de películas. We are still here, incluso ambientada en los 70, bebe directamente de estas influencias, creando una historia con un giro final interesante y un guion que incorpora bienvenidos elementos de drama y algún toque de humor. Algunos de los diálogos, sobretodo cuando entra en acción la pareja New Age, suenan algo acartonados y no están a la altura, aunque sin duda le dan un toque ochentero al conjunto. La elección como protagonista de Barbara Crampton (Reanimator), una clásica scream-queen y la presencia de Monte Markham, acaba de transportarnos en el tiempo, pero no de forma desagradable.

We are still here empieza bastante bien, jugando bastante bien con la atmósfera y la tensión y proponiendo una historia que no está mal, pero a medida que avanza se va convirtiendo en un revival, para acabar con un festival gore hecho sin demasiado presupuesto. Como muchas películas de terror, muestra demasiado a los monstruos, que casi nunca están a la altura de las expectativas (¡que daño hizo Alien con esto!) y ofrece litros de sangre falsa que a estas alturas resultan más entrañables que terroríficos.

Creo que la película divertirá a los aficionados al cine de terror por su ejercicio de revival, su imaginación y su falta de pretensiones, pero me queda la sensación que con un poco más de esfuerzo podría haber sido mejor.

(c) 2015 Jordi Flotats