DEAD SNOW 2: RED vs DEAD

¡Vuelven los zombies nazis!

Dead snow una película noruega de Tommy Wirkola, fue proyectada en la edición de 2009 del Festival de Sitges con gran éxito. Y no es para menos, la película nos enseñaba un grupo de jóvenes que había ido a pasar unos días en un rincón apartado y montañoso batallar contra un ejército de zombies: los soldados nazis que quedaron sepultados en ese rincón de Noruega al final de la Segunda Guerra Mundial, ligados por una maldición a proteger el tesoro robado a los habitantes locales. La película mezclaba con mucho tino el humor con el horror, llenando la pantalla de gags con mutilaciones sangrientas y de referencias al género terrorífico. Este éxito entre los aficionados al género ha propiciado el rodaje de una segunda parte, que repite director y sube las apuestas (y el presupuesto) de la primera.

Dead Snow 2 arranca donde termina la primera parte. El único superviviente del grupo logra huir de los nazis con un brazo menos. Cuando despierta en el hospital descubre que la policía le cree culpable de la muerte de su novia y sus amigos, especialmente cuando les cuenta que los responsables son unos zombies nazis. Por si fuera poco han reemplazado su brazo por el del malvado líder zombie Herzog, que había quedado dentro de su coche cuando huyó. El brazo tiene voluntad propia y una fuerza sobrehumana; gracias a él logra escapar y descubrir que el batallón nazi ha despertado y está dirigiéndose al pueblo para cumplir la orden recibida setenta años atrás de destruirlo. Con la ayuda de un trio de frikis americanos que lleva años preparándose para el apocalipsis zombie y del brazo, revive a un grupo de prisioneros de guerra soviéticos que fueron ejecutados para que les ayuden. La batalla está servida.

Las segundas partes siempre son complicadas, especialmente de comedias. Es difícil no repetirse demasiado y los chistes siempre son menos divertidos la segunda vez que son contados. En este sentido, y de forma muy acertada, la película huye del planteamiento de slasher-movie de la primera entrega para plantear algo distinto. En esta película los zombies deben ser detenidos, no basta con que los protagonistas sobrevivan a su ataque, moviendo el género más al cine de acción y aventura. También de forma muy acertada el humor y la incorrección política continuan presentes en todas las escenas del film; nadie se libra de los ataques de los zombies.

La película también presenta a un grupo de personajes más heterogéneo que la primera entrega; al protagonista, Martin (Vegar Hoel, también co-guionista), se le suman un trabajador de un museo militar saqueado por los zombies ansioso por salir del armario (Stig Frode Henriksen, también co-guionista), unos policías tan ansiosos por entrar en acción como ineptos y un trío de jóvenes norteamericanos "expertos" en zombies (Martin Starr, Jocelyn DeBoer, Ingrid Haas). Esto permite a la película dividir la acción en grupos y presentar diferentes escenarios y localizaciones más variadas que la primera parte.

También se nota que han contado con más presupuesto; la película cuenta con unos efectos y un maquillaje notablemente mejores. Sus zombies tienen mejor (¿o peor?) aspecto, hay explosiones, muchos más extras, vehículos (incluso un tanque Tiger alemán de la Segunda Guerra Mundial) y persecuciones en coche. Esto conduce a escenas mejor realizadas, más espectaculares y multitudinarias. En mi opinión este hecho es bueno y malo para el resultado final; bueno porque realmente los efectos son más convincentes (sin abandonar un cierto aire amateur) y malo porque las escenas de batalla multitudinarias no aportan nada a la película. Aunque los efectos hayan mejorado, están aún lejos del notable y los extras no resultan muy convincentes luchando en las batallas. Dejando de lado esto, la dirección de Tommy Wirkola es competente, la película está dirigida con ritmo y energía.

A pesar de los esfuerzos realizados por evitarlo, la película adolece un cierto cansancio en la fórmula. Tiene buenas ideas, momentos muy divertidos y no deja títere con cabeza (a veces literalmente), pero adolece de la frescura y del factor sorpresa de su primera parte. Algunos de los personajes están muy bien, me encantó el trabajador del museo, y otros no me gustaron tanto. El trío de americanos, que quizá acercan más la película al mercado estadounidense, me pareció sólo divertido a ratos. Sin duda tenían que ser estereotipados, pero no me acabaron de convencer.

Dead Snow 2 me divirtió, me entretuvo, pero no en el mismo grado que su primera parte. De hecho, la excesivamente larga batalla campal hizo que hacia el final estuviera bastante decepcionado por la película. Por suerte la decepción se vió compensada con un giro final de guion y una conclusión de la película brillante. Sin duda lo mejor con diferencia de todo el metraje y suficiente como para elevar la película. Vale la pena verla.

(c) 2014 Jordi Flotats