GRAVITY

Fantástica cinta de aventuras en el espacio

Alfonso Cuarón es un director de cine mexicano con una carrera muy interesante. Debutó en Mexico en 1991 con Sólo con tu pareja, una comedia romántica que al ser presentada con éxito en el Festival de Toronto atrajo la atención de la industria de Hollywood. Su debut en el cine americano fue en 1995 con La princesita, una película imaginativa con una gran puesta en escena. Continuó en 1998 con Grandes esperanzas, una traslación a la actualidad de la novela de Charles Dickens que contó con un un buen reparto, pero con un guion que lastra por completo el resultado final. En 2001 volvió a Mexico para realizar una de sus mejores películas hasta el momento: Y tu mamá también, una maravillosa road-movie con un casting perfecto encabezado por una Maribel Verdú en estado de gracia. Tras dirigir, de forma algo rutinaria y poco personal Harry Potter y el Prisionero de Azkabán en 2004, en 2006 produjo otro de sus mejores trabajos, Hijos de los hombres, una historia distópica basada en una novela de P.D. James. Hijos de los hombres tiene una historia poderosa, un tratamiento adulto e inteligente de la trama y lo más importante: un buen reparto, un buen guion, una gran fotografía y una impresionante muestra planos-secuencia y movimientos de cámara.

Tras estar años persiguiendo su realización, finalmente ha logrado llevar a término Gravity, una cinta ambientada por completo en el espacio sobre la Tierra con tratamiento realista. Como es lógico en un proyecto de estas características y dimaensión, su realización fue muy complicada. En mi opinión ha merecido la pena; la película resultante es espectacular, de aspecto increíblemente realista, visualmente impactante y que aprovecha como ninguna que haya visto hasta la fecha el formato 3D.

La protagonista de Gravity es la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock), una investigadora que forma parte de una misión espacial. Mientras está reparando el telescopio Hubble junto al veterano comandante de la misión Matt Kowalsky (George Clooney), una lluvia de fragmentos de un satélite destruye el transbordador que los tiene que llevar a casa. Librada a su suerte, la doctora tendrá que luchar paso a paso para sobrevivir, primero yendo a la estación espacial internacional y luego a una estación china.

Gravity es ante todo una película de aventuras que intenta realizar un tratamiento realista del entorno que retrata. A diferencia de la mayoría de las películas ambientadas en el espacio, la película no puede calificarse de ciencia-ficción; la cinta sucede en la actualidad y retrata el estado de la tecnología de hoy en día. También, a diferencia de la mayoría de películas con esta ambientación, es muy cuidadosa al retratar con verosimilitud el entorno; la falta de sonidos, el frío, la falta de gravedad, la implacabilidad de los desastres de los choques en este tipo de entornos y la importancia vital que tienen una correcta orientación cuando los sistemas de referencia están en permanente movimiento y contar con una fuente de propulsión propia.

El guion, firmado por el propio director y su hijo Jonás, propone una historia trepidante muy bien ligada con la historia personal de su personaje protagonista. La doctora Stone es una mujer traumatizada por la pérdida años atrás de su hija pequeña. Desde entonces su vida entró en una especie de punto muerto; es capaz de ser productiva y eficaz en su trabajo, pero fuera de él se limita a existir sin más, intentando sentir lo mínimo posible. Cuando se enfrenta prácticamente en solitario al complicado reto de sobrevivir al accidente, también deberá decidir si merece la pena intentarlo. La película metaforiza bellamente ese renacimiento en en el espacio, pequeño, oscuro y confinado de una cápsula de reentrada. Sandra Bullock, una actriz que jamás me ha entusiasmado, se enfrenta con éxito al reto exigente que le demanda un papel que combina la fisicidad de una película de acción con la dificultad de estar en solitario la mayor parte de las escenas, con abundancia de primeros planos y planos cortos. Su interpretación del personaje es notable, transmitiendo bien los matices sin caer en ningún momento en la sobreactuación; logra resultar vulnerable y herida emocionalmente y a la vez transmitir fuerza para que los espectadores nos creamos que será capaz de hacer lo necesario para sobrevivir.

Visualmente la película es alucinante. La fotografía de Emmanuel Lubezki, colaborador habitual de Cuarón, es (como siempre) espléndida, jugando perfectamente con los contrastes de iluminación entre la negrura del espacio y la luz y colores de la Tierra, preciosa, omnipresente. El trabajo de dirección de Cuarón vuelve a ser sobresaliente, mostrando que domina como nadie los planos largos y complicados. Me encantó la capacidad que demostró de mover la cámara siguiendo al astronauta mientras gira sin control, alternando los planos subjetivos con otros generales, dando a la vez una imagen general de lo que está pasando y sensación inmersiva sin llegar a marear al espectador. Y por una vez, el uso del 3D no resulta ni gratuito ni superfluo, sino que enriquece mucho el visionado y facilita la inmersión en la cinta. La banda sonora de Steven Price acompaña bien a las imágenes, especialmente los fragmentos musicales que combinan muy bien lírica y épica.

Gravity es una película llena de contrastes; una grandiosa cinta de aventuras que cuenta prácticamente con un solo personaje; una ambientación llena de grandes espacios abiertos pero tan hostiles que los astronautas sólo cuentan con pequeños habitáculos donde pueden sobrevivir. La cinta integra sin perder personalidad propia muchas referencias a otras películas de ambientación espacial, especialmente 2001, de la que saca la elegancia y la belleza de los movimientos de los cuerpos a en gravedad cero y la hostilidad y la terrible sensación de aislamiento que provoca el espacio. Lógicamente, también tiene influencias de Apollo 13, otra película que retrata con realismo la experiencia de los astronautas, e incluso hay algún guiño a Alien.

Recomiendo Gravity a todo el mundo, es una espléndida película que garantiza el entretenimiento en sus 90 minutos de duración, a la que no sobra ni falta ni un minuto, con una buena historia y que deja grabadas en la retinas unas cuantas imágenes y escenas preciosas.

(c) 2013 Jordi Flotats