THE VIRAL FACTOR

Tiros y lágrimas desde Hong Kong

The Viral Factor es una superproducción de acción dirigida por Dante Lam, uno de los grandes nombres del cine de acción de Hong Kong de los últimos años. Empezó su carrera en la década de 1980 como actor y coreógrafo de acción, debutando en la dirección en 1997 con Option Zero, desde entonces ha dirigido dieciséis títulos más hasta llegar a este, su trabajo más ambicioso, más fiel que nunca a sus marcas de fábrica: la acción sin freno mezclada con momentos muy emocionales y poco humor en la mezcla.

Jon (Jay Chou), el protagonista de la película, es un agente de la Interpol al que le encargan custodiar a un científico que ha creado una mutación muy peligrosa del virus de la viruela. Pero su compañero Sean (Andy On) le traiciona, se lleva al científico y le deja con una bala en la cabeza que los doctores no pueden extraer, una herida que en cualquier momento puede matarle. Enfrentado a eso, Jon se toma unos días para viajar a Kuala Lumpur y encontrar a su hermano Yang (Nicholas Tse) y a su padre, a los que no ve desde niño. Pero la acción lo persigue hasta allí, su hermano resulta ser un delincuente que casualmente acaba mezclado con el caso. ¿Parece inverosímil? Realmente lo es, la cinta está poblada por personajes tallados de una sola pieza, llena de casualidades imposibles; los personajes chocan uno con otro en ciudades de millones de habitantes densamente pobladas, siempre hay helicópteros que aparecen cuando alguien necesita un paseo. Pero lo que me costó más de tragar es el exceso de melodrama desatado que se intercala entre muchas de las escenas de acción. La película contiene varias escenas donde los personajes se embarcan en interminables soliloquios tan trágicos como pomposos que acaban en terribles llantos. Aunque para mi gusto lo peor de todo es la ausencia de ironía; si todos los desatinos se hubieran recubierto de una capa de humor el guion hubiera sido mucho más salvable y la película mucho más entretenida.

En el apartado técnico, se nota que no se ha reparado en gastos para la producción. La película ha sido rodada en Hong Kong, Xi'an, Oriente Medio y Malasia; buena parte de la acción transucrre en su capital, Kuala Lumpur. En la película aparecen aviones militares y tanques reales que fueron prestados para el rodaje. Las escenas de acción, auténticas protagonistas de la cinta, son espectaculares, largas, en general variadas, muy bien construidas y bien coreografiadas. La cinta abre con una escena que no desmerería en Black Hawk Down y concluye con un fantástico duelo final. La única pega que le encontré en este apartado fue que Dante Lam mueve un poquito demasiado la cámara para mi gusto, algo contraproducente cuando se dispone de unas coreografías de acción tan buenas y de tanto dinero para rodarlas. Los actores están bien en las escenas de acción pero naufragan en los momentos de melodrama, en los que sobreactuan de forma terrible.

Cuando voy a ver una película de acción, especialmente si proviene de Hong Kong, no me preocupa mucho la verosimilitud de lo que me cuentan. Protagonistas que acarrean balas en la cabeza toda la película, coincidencias imposibles, resistencias sobrehumanas, acrobacias inverosímiles; todo eso forma parte de las fábulas violentas y entretenidas que nos ha regalado esa prolija industria cinematográfica. The viral factor tiene bastante de eso, pero para mi gusto le sobran al menos veinte minutos de escenas donde se desarrolla el melodrama de folletín, suenan los violines y los personajes se abrazan y lloran a moco tendido. Y por encima de todo, le falta el humor, o en su defecto la desfachatez que suele haber en las producciones de acción de Hong Kong y que muchas veces permite aceptar con gusto todos los problemas argumentales y de producción. En este sentido, The viral factor es más norteamericana, seria, y por lo tanto más aburrida y molesta. Lástima, porque la producción es excelente.

(c) 2012 Jordi Flotats