Magistral retrato de un adicto al sexo
Steve McQueen es un director y artista británico que ha desarrollado su carrera en varias disciplinas artísticas como la fotografía, el videoarte o la escultura. Desde la década de 1990 su producción en el cine se orientó al videoarte, con trabajos como Bear (1993), Deadpan (1997) o Drumroll (1998). No dirigió su primera película dirigida a las salas, Hunger, hasta 2009; interpretada por Michael Fassbender, la cinta relataba de forma escalofriante la huelga de hambre que llevó a cabo un prisionero del IRA para protestar por las condiciones a las que sometían a los presos. Ahora, de nuevo colaborando con Fassbender, vuelve con Shame, otro relato muy duro que gira alrededor de un tema frecuentemente trivializado o ignorado, la adicción al sexo.
El protagonista de Shame, Brandon Sullivan (Michael Fassbender), es un hombre soltero de treinta y tantos años que vive en un piso en Manhattan; tiene un buen trabajo en una agencia de publicidad, donde es bien valorado por su jefe y compañeros; es un tipo atractivo, reservado y agradable, pero también es un adicto. Ha organizado su vida cuidadosamente alrededor de su insaciable (pero no particularmente libidinosa) pulsión sexual para que nada interfiera en ella; evita tener relaciones personales estables de todo tipo y administra con cuidado sus desahogos, en su piso, en su trabajo y en encuentros casuales de forma que nadie esté al corriente de ello. Todo cambia cuando aparece su hermana pequeña Sissy (Casey Mulligan) y se instala en su piso. Sissy es una cantante de escaso éxito que acaba de romper con su novio y empieza a tener ciertos problemas con la bebida. Su presencia trastorna por completo la rutina de Brandon y le hace patente su adicción; avergonzado, intentará cambiar su vida, pero no resultará nada sencillo.
Shame me ha parecido visual y temáticamente impactante. Steve McQueen demuestra un dominio impresionante de la narración visual, con una cinta en la que el predominio de la imagen es total. La película cuenta, de una forma algo distanciada, un momento de la vida de su protagonista sin tomar parte y sin dramatismos excesivos. El guion, del propio McQueen y Abi Morgan, evita las sobreexplicaciones; todo está en las imágenes y las situaciones que se muestran, pero pocas veces se verbaliza; tanto es así que en ningún momento de la cinta nadie habla de la adicción al sexo, todo se revela a partir de las acciones de los personajes. La película constituye un conjunto de momentos muy bien interconectados en la vida de los personajes que consigue algo tan complicado como que el espectador siempre sepa lo que está pensando su increiblemente reservado protagonista. En ella hay muchos momentos que me parecieron soberbios; su arranque, donde se muestra el día a día de Brandon introduce de maravilla al espectador en la historia; como muestra cómo es Sissy en la escena en que canta New York, New York o la secuencia en la que Brandon rememora los acontecimientos de la noche en forma flashbacks mientras vuelve en metro.
La fotografía es fabulosa, con la cámara siempre en el lugar correcto y siempre con la iluminación que maximiza el efecto que se quiere dar a la escena. La luz de la mayor parte de la cinta es fría, así como las combinaciones de colores, muy acordes con el protagonista. Para las (inevitables) escenas de sexo, McQueen ha optado por una vía intermedia; por mostrar, pero sin nunca llegar al terreno de lo explícito. De hecho, el sexo se muestra como lo ve su protagonista, como una especie de válvula de escape, una necesidad no particularmente divertida, a veces positivamente dolorosa, en casi ningún momento erótica.
El trabajo actoral está a la altura del resto. Michael Fassbender demuestra que es un actor camaleónico enfundándose en la piel de un personaje singular, muy bien definido pero muy difícil de interpretar. Brandon es un hombre emocionalmente cerrado, impenetrable incluso para sí mismo; busca la satisfacción sexual como huida, como fin en sí mismo, hasta el punto de no ser capaz de tener sexo con alguien que le guste de verdad. La película no da información sobre su pasado, sólo se intuye difícil. Fassbender, un actor que a veces cuesta reconocer de película a película, realiza un trabajo que podría ponerse como ejemplo del menos es más; con pocos gestos transmite perfectamente al espectador qué está pasando por la mente de su personaje, sin sobreactuaciones ni gestos de más. Casey Mulligan le da la réplica de forma brillante, creando un personaje dañado, vulnerable y dependiente, que a diferencia de su hermano muestra las emociones de una forma más evidente.
Shame me ha parecido una trabajo espléndido en todos los aspectos; una película dura que no hace concesiones con la historia, visualmente exhuberante, preciosa y con un director que demuestra poseer un talento fuera de lo común para la narración visual. No hay que perdérsela.
(c) 2012 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: Shame.
- Año: 2011.
- Duración: 101 min.
- País: Reino Unido.
- Director: Steve McQueen.
- Guion: Steve McQueen, Abi Morgan.
- Productor: Iain Canning, Peter Hampden, Tim Haslam, Lisa Jordan, Tessa Ross, Emile Sherman, Bergen Swanson, Robert Walak.
- Productora: Film4, See-Saw Films, UK Film Council, Momentum Pictures, Lipsync Productions, HanWay Films.
- Música original: Harry Escott.
- Fotografía: Sean Bobbitt.
- Montaje: Joe Walker.
- Reparto: Michael Fassbender, Lucy Walters, Mari-Ange Ramirez, James Badge Dale, Nicole Beharie, Alex Manette, Hannah Ware, Elizabeth Masucci, Rachel Farrar, Loren Omer, Carey Mulligan, Lauren Tyrrell, Marta Milans, Jake Richard Siciliano, Robert Montano, Charisse Bellante, Amy Hargreaves, Anna Rose Hopkins, Carl Low, Calamity Chang, DeeDee Luxe, Stanley Mathis, Wenne Alton Davis, Barbara Vincent.
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