THE ARTIST

Magistral y maravilloso homenaje al cine

Michel Hazanavicius es un director hasta ahora conocido por sus dos trabajos OSS 117: El Cairo, nido de espías y OSS 117: Perdido en Rio, películas basadas en en el personaje OSS117, protagonista de las novelas la década de 1950 de Jean Bruce, una especie de James Bond francés. Las películas, protagonizadas por Jean Dujardin, son parodias del género de espías y a la vez se esfuerzan por recrear el aspecto del cine de los sesenta. Su último trabajo, The Artist, es una película muy distinta, esta vez Hazanavicius ha intentado reproducir el aspecto y tono de las películas de la primera era dorada de Hollywood, la del cine mudo. Así que la cinta, no sólo es en blanco y negro sino que también es muda. Afortunadamente y de forma casi milagrosa hoy en día, Hazanavicius logró financiación para su proyecto, a priori muy poco comercial. Pero la apuesta ha salido muy bien, la película ha recibido el aplauso crítico, recibiendo nominaciones en Cannes, en los Critic Choice Awards y en los Globos de Oro entre otras.

El protagonista es George Valentin (Jean Dujardin), una estrella del cine mudo, mezcla entre Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino, elegante, seductor, simpático y vital, cuyas películas gozan de extraordinario éxito. Gracias a un encuentro casual con él, Peppy Miller (Bérénice Bejo) una joven aspirante a actriz, logra encontrar trabajo. A medida que pasa el tiempo sus carreras progresarán en orden inverso, gracias a la llegada de los "talkies" (cine sonoro), Peppy progresará mucho, adaptándose de maravilla al cambio, mientras que la estrella de George irá menguando y cayendo en el olvido. Pero ella no podrá olvidarlo e intentará echarle una mano.

The Artist es una película rodada en el mismo estilo de la época en la que transcurre la historia: en blanco y negro y muda, acompañada de una banda sonora y carteles con los principales diálogos; una premisa que me hizo desconfiar un poco antes de ver el resultado final. Pero realmente éste es extraordinario, la película no se recrea en la nostalgia ni tiene ninguna traza de esnobismo. Es lo que promete: una película narrada con las mismas reglas, la misma inocencia y la misma magia que las de la época; una historia contada ya otras veces, pero de manera que parece nueva.

Técnicamente la película es espléndida. La fotografía en blanco y negro casa perfectamente con la inspirada dirección de Hazanavicius que se permite incluso jugar con la audiencia con los carteles y con alguna escena, como la que muestra la pesadilla del protagonista en la que se imagina cómo inluirán los sonidos cotidianos en el nuevo cine sonoro. La banda sonora de Ludovic Bource, básica en una película como esta, es fantástica, clásica, melódica, con toques de jazz y que encaja como un guante con la película. El casting también es perfecto: Jean Dujardin y Bérénice Bejo realizan interpretaciones impresionantes, expresivas y llenas de carisma, secundados de maravilla por los veteranos James Cromwell y John Goodman.

(c) 2011 Jordi Flotats