MIENTRAS DUERMES

Una magnífica muestra de horror cotidiano

Mientras duermes es el último trabajo de Jaume Balagueró, un director siempre asociado al género de terror desde su debut con Los sin nombre en 1999. Tras un trabajo que tiene pinta de exclusivamente alimenticio en 2002 con OT: la película, realizó dos películas con reparto internacional, Darkness (2002) y Fragile (2005). En mi opinión estas tres películas contaban con una dirección y una realización general cada vez mejores, pero en mi opinión aportaban más bien poco al género, siendo películas algo adocenadas y previsibles. No es hasta [REC] (2007) que Balagueró, junto con Paco Plaza, crea una película singular, una combinación de géneros muy buena, zombies y falso documental televisivo que combina una realización muy inteligente y efectiva con un guion muy bueno que captura de forma genuina el ambiente de un bloque de apartamentos barcelonés. La película cosechó tanto éxito que tuvo su remake americano y una continuación en 2009. Con Mientras duermes, Balagueró ha vuelto a rodar a un edificio del Eixample barcelonés, pero esta vez una película radicalmente distinta, probablemente su trabajo más completo hasta la fecha.

El protagonista de Mientras duermes es César (Luis Tosar) que trabaja como conserje en un edificio del Eixample barcelonés, donde también vive en unas dependencias del sótano. César no es una persona feliz, le cuesta encontrar causas por las que continuar adelante; de hecho, sólo tiene un consuelo: la desdicha ajena, una desdicha que su posición le permite administrar sutilmente a los inquilinos de la finca. Él conoce todos los detalles de sus vidas y dispone de copias de las llaves de sus pisos, mientras que para ellos él es prácticamente invisible, casi parte del mobiliario. De todos los inquilinos, su reto y su obsesión es Clara (Marta Etura), una chica cuyo novio está fuera de la ciudad con un optimismo y una visión positiva del mundo aparentemente inquebrantables que serán puestas a prueba duramente.

Mientras duermes parte de una idea de partida excelente, bien aprovechada en el guion de Alberto Marini, quien paralelamente ha escrito una novela sobre el mismo tema con un desarrollo algo distinto al del film. La película gira alrededor de un personaje central muy complejo, César, capaz sólo de pensamientos y acciones negativas, sino directamente malvadas; alguien sólo capaz de tolerar su infelicidad si la gente que le rodea es igualmente infeliz. Durante toda la película vemos a ese personaje ir escalando en una progresión de acciones que pasan de lo negativo a lo horroroso, causando el mal siempre de forma indirecta. En ese sentido, no es el típico psicópata al que el cine nos ha acostumbrado, a este personaje no le gusta la violencia directa ni el conflicto, prefiere actuar en la sombra, controlando su pequeño mundo. Gracias al buen hacer del guion de Marini, la dirección de Balagueró y el espléndido trabajo de Luis Tosar, aunque pareza curioso, también acabamos por sentir una especie de identificación con él que nos lleva a sufrir cuando tiene dificultades o parece a punto de ser atrapado. Supongo que en parte también podría ser debido a que ese personaje ejemplifica de forma extrema la envidia, un sentimiento del que, en menor o mayor medida, nadie se ha podido librar.

Ajustándose al microcosmos del protagonista, la película transcurre prácticamente en sólo cuatro localizaciones: el vestíbulo del edificio donde trabaja, su vivienda del sótano, el piso de Clara y una habitación de hospital o residencia donde visita a una anciana. Y realmente no necesita mucho más, la dinámica dirección, los ingeniosos giros del guion y una cuidada fotografía aprovechan estos escenarios al máximo, especialmente el piso de Clara, donde transcurre la parte más importante de la acción. Los actores también contribuyen con muy buenas actuaciones a realzar la historia y mantener el interés. Luis Tosar, como casi siempre, está prácticamente perfecto en su encarnación de César, su trabajo es básico para que el espectador se crea la película; Marta Etura transmite muy bien el optimismo y una cierta despreocupación ante la vida con sus cálidas sonrisas; de los demás destacaría a la jovencísima Iris Almeida, que compone una niña algo maquiavélica y a Petra Martínez, que aporta gran expresividad a su papel de señora mayor que vive sola.

Sin dudarlo Mientras duermes me parece la mejor película de Jaume Balagueró hasta el momento; su realización impecable realza una historia llena de terror cotidiano y plausible, perfectamente ambientada y con personajes creíbles y bien dibujados. Al contrario de lo que es habitual, eché de menos algo más de metraje que añadiera algunos personajes más o desarrollara más los secundarios para enriquecer más la trama. Aparte de eso, y de algunos detalles en el desarrollo final de la historia que me parecieron algo apresurados, la película me pareció redonda. La recomiendo sin reservas.

(c) 2011 Jordi Flotats