HAUNTERS

Gente con superpoderes a la coreana

Haunters es la primera película de Kim Min-suk, un director surcoreano que hasta ahora sólo había trabajado firmando el magnífico guion de The Good, the Bad and the Weird (Jee-woon Kim, 2008), un enorme divertimento lleno de sentido de la aventura y humor en un envoltorio de manchurian western.

Haunters es una película centrada en el conflicto de sus dos personajes protagonistas, ambos de orígenes humildes y ambos poseedores de poderes fuera de lo común. Cho-in, con una sola pierna, puede controlar a cualquiera con quien pueda mantener contacto visual, con el añadido que los controlados pierden el recuerdo de haberlo sido. En parte por esto, tuvo una infancia terrible, que le condujo a su actual estilo de vida solitario, usando su poder para realizar pequeños robos y alojarse en hoteles. Kyu-Nam es despedido del desguace donde trabaja después de sufrir un brutal atropello. Tras recuperarse, encuentra trabajo en una tienda de empeños, donde establece de inmediato una muy buena relación con su dueño y la hija de éste. Las vidas de ambos cambian cuando Cho-in entra a robar a la tienda de Kyu-Nam y descubre, para su sorpresa, que éste es inmune a sus poderes de control mental, lo que pone en riesgo su anonimato, la clave de su impunidad; además para huir acaba hiriendo al jefe de Kyu-Nam, lo que le pone furioso. Desde ese momento se desatará una persecución implacable entre ambos con cuantiosos daños colaterales.

Haunters propone una historia de personas con superpoderes muy distinta a las que nos tienen acostumbrados Marvel o DC; sin trajes, con personajes mucho más cotidianos y mucho menos maniqueos. Tanto es así, que el "bueno", no es ni siquiera consciente de sus poderes hasta que no encuentra al villano, que, lejos de querer dominar el mundo, se conforma con llevar una existencia de misántropo, de solitario rodeado de gente de la que aprovecharse. Tampoco se parece mucho a El Protegido, que también propone una historia de gente con poderes y sin disfraces, ya que, tras plantear la historia, a Haunters le interesa mucho más la vertiente de acción que la reflexiva. La película arranca con una cierta lentitud para presentar a los personajes, el de Cho-in en un magnífico flashback al momento más crucial de su infancia; el de Kyu-Nam mostrando su excelente relación con sus dos amigos, ambos inmigrantes (uno turco y el otro de Ghana) y cómo entra con muy buen pie en su nuevo trabajo. A partir del encuentro de los dos protagonistas, el paso se acelera rápidamente para convertirse en una cinta de acción trepidante, mostrando una sucesión de escenas de lucha y persecución muy bien pensadas y ejecutadas, con ramalazos de violencia bastante escalofriante por lo casual que resulta.

La película cuenta con una fotografía muy efectiva, que cambia bastante según cambia la localización de la escena, reflejando así muy bien lo variado del paisaje urbano de Seúl. La banda sonora también se adapta muy bien a la narración, especialmente en los tramos de acción. Su casting está muy logrado, con un dúo protagonista muy acertado, tanto Ko Soo, que consigue transmitir muy bien su empatía para con los demás, como Kang Dong Won, que crea un villano lleno de carisma. La dirección de Kim Min-suk es dinámica y destaca en los tramos más trepidantes. El guion del propio Kim Min-suk no es quizá tan redondo como el resto de la película; tiene una buena idea de partida, un buen desarrollo de los protagonistas, pero quizá le encontré algo menos de sentido del humor del deseado (los únicos momentos algo relajados son sólo la interacción entre Kyu-Nam y sus dos amigos inmigrantes) y me faltó algo de contenido; a partir de cierto momento la película pasa a ser exclusivamente de acción, dejando muchos puntos sin explicar.

A pesar de esos inconvenientes, Haunters me pareció un muy buen entretenimiento, con una dirección y fotografía inspiradas, buen casting y algunas escenas meritorias, como el fantástico inicio de la película. Merece un visionado, especialmente para los fans del cine de acción y/o superhéroes.

(c) 2011 Jordi Flotats