SCABBARD SAMURAI

Otra película inclasificable del director de Dai Nipponjin

Hitoshi Matsumoto empezó su carrera con gran éxito en el mundo de la televisión japonesa a finales de los años 80 junto con Masatoshi Hamada formando el dúo cómico Dauntaun. No debutó en la dirección de cine hasta los 44 años, con Dai Nipponjin en 2007, una especie de obra maestra de lo bizarro, una película profundamente enraizada en el cine japonés de héroes y monstruos, aunque con una forma y tono muy personales. Continuó por la senda de lo extraño en 2009 con Symbol, una película que dividió a sus fans por lo radical de su plateamiento. Con su último trabajo, Scabbard Samurai, ha firmado su trabajo más convencional hasta el momento (lo cual tampoco es decir mucho).

Scabbard Samurai cuenta la historia de Kanjuro Nomi, un samurai sin espada, sólo con la vaina ("scabbard"). Algunos hechos trágicos en su pasado le hicieron tirar su espada, dejar la lucha y abandonar a su señor feudal, para acabar huyendo por los caminos como un criminal, acompañado sólo por su hija Tae. Cuando finalmente es apresado, es juzgado en la jurisdicción de un señor feudal algo excéntrico, que condena a casi todos los criminales a la "Gesta de los 30 días"; Nomi tiene, durante 30 días, una oportunidad diaria de devolver la sonrisa a un príncipe que ha perdido a su madre. Si falla será obligado a cometer seppuku (suicidio ritual), si hace sonreir al príncipe será perdonado. Nomi, apoyado por su hija y por los dos guardianes que le son asignados, intentará, día tras día, conseguir una gesta mucho más complicada de lo que parece.

No hay duda que Hitoshi Matsumoto es un director diferente, con un lenguaje cinematográfico y unos intereses temáticos ciertamente personales. En este caso nos propone (una vez más) una película extraña, un drama, una historia triste con un personaje central trágico contada en clave de comedia. Todo el envoltorio del film es divertido y su arranque es en clave de comedia; tiene personajes extraños y algo freaks, una buena cantidad de gags y unas pruebas para intentar hacer reir al príncipe que en muchos momentos recuerdan a Humor Amarillo. Pero a medida que la historia se desarrolla, las risas se van congelando y el auténtico tema de la película, trágico y en muchos aspectos profundamente japonés, va saliendo a la luz, convirtiendo una farsa de samurais en una auténtica película de samurais. Takaaki Nomi, el actor protagonista, se encarga de dar credibilidad a esta extraña dicotomía; su personaje parece un ser patético, sin voluntad, que sólo intenta las cosas porque se las mandan o sugieren y que cae en el ridículo con facilidad, pero a medida que el metraje avanza va ganando en dignidad y se va comprendiendo mejor su comportamiento.

Scabbard Samurai cuenta con una factura algo irregular; su fotografía oscila entre muy buena y vulgar, dependiendo del momento de la película, destacando más cuando la acción transcurre en el exterior del pueblo y el palacio; su vestuario y ambientación también tienen algunos agujeros, unos intencionados para dar un efecto cómico, otros me pareció que no tanto. El ritmo de la película es algo extraño, supongo que para ir compensando su giro de comedia a drama, pero su montaje es muy bueno. A mi parecer la película se alarga un poco demasiado mostrando demasiados días de la gesta, pero también hay que reconocer que son convenientes para ir mostrando la evolución de los personajes y sus relaciones. A medida que la película avanza, la relación del samurai con su hija se fortifica, su tenacidad y estoicidad también le brindan la simpatía de sus carceleros (con una excelente actuación de Itsuji Itao) e incluso la del propio señor feudal.

Aunque extraña en su planteamiento y desarrollo, Scabbard Samurai me gustó, me divirtió en los trozos de comedia y me acabó conmoviendo al final; y aunque no le habría venido mal un poco más de presupuesto, me pareció una buena película. Espero que Hitoshi Matsumoto continue muchos años haciendo cine, porque, mejores o peores, sus trabajos resultan distintos.

(c) 2011 Jordi Flotats