THE UNJUST

Excelente thriller cargado de humor negro y malas intenciones

Ryoo Seung-wan es un director surcoreano que no suele repetirse mucho de película a película; debutó en 2000 con una película formada por episodios, algunos basados en sus propios cortos, Die Bad, para continuar con No Blood, No Tears (2002), un excelente thriller; en 2004 con Arahan adaptó un cómic y lo convirtió en una trepidante cinta de acción; en 2005 volvió a cambiar de tercio con Crying Fist, una cinta ambientada en el mundo del boxeo; volvió a la acción desenfrenada con City of Violence en 2006; en 2008 rodó su cinta más inclasificable, Dachimawa Lee, una absurda comedia de espías estilo Austin Powers pero a la coreana. Su último trabajo, The Unjust, es el más completo, sumando elementos presentes en todos sus anteriores films.

The Unjust es un tenso thriller que muestra la corrupción y la incompetencia de las instituciones policiales y de la fiscalía de Corea del Sur a través de una trama impregnada de un humor negrísimo. Una serie de brutales asesinatos están conmocionando a la opinión pública; los muertos se van apilando y la policía no encuentra al responsable, llegando a hacer intervenir al propio presidente del país. Cuando parece que tienen a un sospechoso viable, éste es abatido de forma ilegal y sin ni siquiera haber reunido evidencias significativas en su contra. En ese punto, el alto mando decide encargar al inspector Choi Cheol-Gi (Hwang Jung-Min) la misión de encontrar en el menor tiempo posible un sospechoso plausible de forma que el caso pueda ser cerrado. Choi Cheol-Gi es un hombre de currículum aparentemente impecable que nunca ha llegado a promocionar por no haber pasado por una academia elitista y que además está implicado en algún caso de corrupción, algo muy conveniente para poderlo controlar mejor. Choi Cheol-Gi, con la ayuda del gángster Jang Suk-Gu (Yu Hae-Jin), se apresura a atrapar e incriminar a un sospechoso muy conveniente. Pero el caso es encargado al fiscal Joo-Yang (Ryoo Seung-Bum), mezclado en una trama de corrupción inmobiliaria amenazada por Choi Cheol-Gi, lo que propicia que ambos se enzarcen en una lucha sucia.

Como se puede apreciar en su sinopsis, The Unjust tiene una trama compleja, con muchos personajes con motivaciones y acciones complicadas. Además la cinta empieza de una forma muy abrupta, introduciendo al espectador directamente en un punto intermedio de la historia, prácticamente no se dan detalles sobre los asesinatos que sirven de base al argumento, sólo referencias indirectas. Pero nada de eso supone un problema para seguir la película, el guion de Hoon-jung Park, combinado con la dirección y el montaje explican de una forma realmente clara todos los entresijos de la trama sin que el espectador se pierda. De hecho, guion, dirección y montaje son, bajo mi punto de vista, las grandes bazas de The Unjust. La historia planteada me resultó interesante, menos simplificada de lo que se suele ver en los thrillers del mismo tipo, y de apariencia mucho más realista, pero sin sacrificar por ello el ritmo y el entretrenimiento. Su sentido del humor, entre negro y macabro, preside buena parte del metraje sin rebajar el tono de lo que se narra, sólo subrayando su lado más irónico. La dirección de Ryoo Seung-wan es dinámica, cuidada y de ritmo altísimo, buscando siempre la localización y el movimiento correctos de la cámara para lograr el máximo efecto narrativo, bien enfatizada por un montaje que realza la historia y la forma de contarla. Los actores también ayudan mucho al realismo ofreciendo sólidas interpretaciones; destacan Jeong-min Hwang en el papel del policía y Ryoo Seung-Bum en el papel del fiscal, quizá por tener los papeles más jugosos, dos polos opuestos en la escala social, cuyos respectivos finales sirven de coda perfecta a la historia.

The Unjust me pareció una película excelente, una crítica feroz a la corrupción y al amiguismo de la sociedad coreana que podría extrapolarse sin ningún problema a la nuestra, pero también un gran divertimento gracias a su gran ritmo narrativo y su humor. Sin duda la mejor película de Ryoo Seung-wan hasta el momento, habrá que estar atento a sus próximos trabajos.

(c) 2011 Jordi Flotats