SUPER 8

Un homenaje al cine de los ochenta

J.J. Abrams es actualmente uno de los personajes más influyentes de Hollywood, y no en vano, ya que casi todo lo que produce o dirige parece destinado al éxito. Su carrera empezó en la televisión, creando series exitosas como Alias y sobre todo Perdidos, que le dio la fama. Posteriormente debutó en la dirección cinematográfica de la mano de Tom Cruise con Misión Imposible 3 y continuó con el reboot (palabra muy en boga hoy en día) de Star Trek. Abrams ha sabido siempre combinar con inteligencia la comercialidad sin complejos con la calidad de sus productos, mostrando su toque personal y su gusto por la ciencia-ficción en casi todos ellos. En su última película, Super 8, se ha aliado con el que podría ser su padre espiritual en Hollywood, Steven Spielberg, que ejerce como productor, para realizar una película que homenajea sin tapujos y con cierta nostalgia películas de los 80 como Los Goonies (1985), E.T. (1982) o Encuentros en la tercera fase (1977).

Super 8 transcurre a principios de los años 80 en un pueblo estadounidense cuyo principal negocio es una fundición. Allí un grupo de amigos, chicos en las puertas de la adolescencia, empiezan las vacaciones de verano con la idea de rodar una película de zombies con la cámara Super 8 de uno de ellos. Una noche mientras están rodándola presenciarán el descarrilamiento de un tren de la fuerza aérea; al cabo de pocos momentos llegan los militares y empiezan a buscar por entre los restos algo que al parecer se ha perdido. En los próximos días los incidentes extraños y las desapariciones se empiezan a multiplicar en el pueblo.

Super 8 tiene una factura muy correcta, con una fotografía que aprovecha al máximo el esfuerzo realizado para dotarla de una ambientación creible y unos efectos especiales espectaculares pero usados con mesura. La dirección y el montaje controlan muy bien el ritmo de la narración evitando que se estanque pero permitiendo el desarrollo de los personajes y tramas secundarias. La banda sonora de Michael Giacchino, un habitual en las producciones de J.J. Abrams, realza muy bien las imágenes, destacando en los fragmentos más líricos. El casting es acertadísimo, todos los actores cumplen bien o muy bien con sus papeles, en especial Elle Fanning y Joel Courtney, los dos niños protagonistas.

Super 8 me pareció una película muy meditada, una mezcla de géneros, situaciones y personajes cuidadosamente medida para llegar a todo tipo de público; tanto nostálgicos del cine de los ochenta como nuevos espectadores. El guion mezcla cuidadosamente una historia de amor, amistad y crecimiento con toques de terror y ciencia-ficción y referentes clarísimos al cine de Spielberg de esa década sin llegar nunca a perder su identidad propia. Abrams ha escrito un guion excelente, con unos personajes sólidos y creibles, especialmente los de los niños, balanceando muy bien la acción con la descripción de la vida de la pandilla de amigos. De hecho fue esta parte la que me enganchó de lleno a la película. Los niños, tan frecuentemente estereotipados e idealizados en el cine, son en este caso creibles; algunos, como la pareja protagonista, ya han experimentado pérdidas y han sufrido reveses; otros, como el futuro cineasta, sufren por el primer amor no correspondido, pero sin dejar de lado su obsesión por el cine. La amistad que les une también está retratada de forma muy bella, mostrando de forma sutil lo bien que se conocen, sus silencios, sus complicidades y su solidaridad a toda prueba.

Como todas las cintas que homenajea, Super 8 es una película para todos los públicos, que respeta a rajatabla la premisa que tiene que acabar bien en todos los frentes sin que se resientan los valores familiares y morales; todo debe ser resuelto y nadie (que sobreviva) debe resultar tan malo como pudiera parecer en algunos momentos. A pesar de que este hecho siempre hace que el realismo y la credibilidad de la historia pierdan enteros, en este caso sólo provocan que el tramo final de la cinta chirrie un poco sin que la mayor parte se resienta de ello. Super 8 es una muy buena película, realizada con un evidente amor por el género y por el cine en general, y J.J. Abrams un muy buen director y guionista, y aunque en mi opinión no tenga el talento de Steven Spielberg, ha logrado un resultado más que apreciable.

(c) 2011 Jordi Flotats