X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN

Reboot de la saga de mutantes

La franquicia cinematográfica de los X-Men comenzó con muy buen pie con dos películas firmadas por Bryan Singer, X-Men (2000)  y X2 (2003). Las películas adaptaban libremente algunos arcos argumentales de los cómics, tenían buenas dosis de acción, contaban con un muy buen reparto y crearon una estética alejada de la original pero mucho más adecuada para la imagen real. La tercera entrega, X-Men. La decisión final (2006), supuso un bajón de calidad y pareció el punto final de la serie, que continuó sólo con X-Men orígenes: Lobezno (2009), una precuela centrada en los orígenes de Lobezno (Hugh Jackman), uno de los personajes con más gancho. Al parecer esos eran los planes, crear películas separadas para los personajes más exitosos, pero tras numerosas revisiones y cambios de guion, la franquicia ha optado por continuar con un "reboot", una reinicialización total de la serie que retroceda en el tiempo hasta los orígenes de los X-Men; dado que el control de las adaptaciones ahora está por completo en las manos de la editorial Marvel, que creó un estudio precisamente para llevarlas a cabo, esta solución les conviene mucho de cara a la continuidad de la saga. El proyecto, producido por Bryan Singer, ha sido encargado a Matthew Vaughn, un director y productor británico que con Kick Ass (2010) ya demostró ser capaz de dirigir cine de acción de forma muy competente y bastante personal y de ser capaz de adaptar cómics.

X-Men: Primera generación arranca con los orígenes de los dos decanos de los mutantes: Charles Xavier (James McAvoy), un chico inglés brillante, rico pero ignorado por su familia y Erik Lehnsherr (Michael Fassbender), un traumatizado superviviente de los campos de exterminio nazis. Xavier, siendo niño, descubre a la joven Raven (Jennifer Lawrence) robando en su casa; cuando se da cuenta de su poder para cambiar de aspecto, se maravilla, ya se creía el único con poderes fuera de lo ordinario, y decide que su familia la adoptará como si fuera su hermana. Erik Lehnsherr no es tan afortunado, cuando los vigilantes del campo de exterminio advierten su poder de controlar el metal, el malvado científico Sebastian Shaw (Kevin Bacon) lo manipulará para convertirlo en arma y estudiarlo. Ya en los 60, Lehnsherr recorre el mundo buscando a Shaw para vengarse, mientras que éste, ayudado por Emma Frost (January Jones), Marea (Álex González) y Azazel (Jason Flemyng), conspira con la Unión Soviética para favorecer sus propios intereses. Esa búsqueda lo hará conocer a Xavier, reclutado por la agente de la CIA Moira MacTaggert (Rose Byrne) para buscar los mutantes de Estados Unidos y formar una unidad especial que enfrente a la amenaza. Pero no todo es tan sencillo, por el hecho de ser mutantes también deberán enfrentarse a los recelos del propio gobierno.

La película cuenta con todos los ingredientes necesarios para satisfacer a los amantes del cine de acción y a los aficionados a los X-Men; un montaje ágil que enlaza una historia contada sin prisas al inicio y que va acelerando el ritmo a medida que transcurre; escenas de acción a gran escala espectaculares, un argumento simple pero eficaz y unas cuantas necesarias gotas de humor para que el conjunto no se indigeste. Dado que la película es un reboot, no es necesario que mantenga ningún tipo de coherencia con las películas ya existentes, una ventaja de la que no han abusado. La cinta desarrolla y explora los orígenes de alguno de los personajes principales de X-Men y plantea por vez primera el dilema básico de la franquicia: las complicadas relaciones entre los mutantes y el resto de personas. El reparto también resulta muy inspirado, Charles Xavier es interpretado con convicción por el británico James McAvoy, dándole al personaje un toque apasionado e impulsivo; Michael Fassbender da vida a Magneto con total convicción, dándole un aire peligroso y carismático y mostrando a la vez sus vulnerabilidades de forma creible. Fassbender es clave para que la película funcione, interpretando perfectamente su papel e interactuando con buena química con James McAvoy y con el archivillano, interpretado por Kevin Bacon con su competencia habitual. El resto del reparto resulta eficaz pero con personajes menos desarrollados;  Jennifer Lawrence es quizá la que tiene más cancha con su personaje, interpretando sin demasiado brillo los (comprensibles) complejos de alguien que tiene que esconder su aspecto para poder pasar desapercibido; January Jones, un buena actriz, aporta su carisma y su belleza a Emma Frost, pero poco más; por desgracia el guion neglige completamente un personaje con mucho potencial, reduciéndola sólo a una especie de bella-pero-peligrosa azafata del villano.

En conjunto X-Men: Primera generación me ha parecido un entretenimiento digno, una película de acción eficaz que introduce a los super-héroes de una forma discreta sin que resulte demasiado increíble, ayudada por una estética cuidadísima y por una ambientación histórica que le favorece mucho; bien interpretada y bien dirigida. Entre sus inconvenientes principales creo imprescindible citar su a ratos excesivo metraje, unas dos horas que en algunos momentos se pueden hacer algo largas y lo precipitado de su conclusión, suficientemente abierta como para continuar con la franquicia.

(c) 2011 Jordi Flotats