INCENDIES

Una magistral reflexión sobre los conflictos civiles

Incendies, cuarta película del realizador canadiense Dennis Villeneuve, es una adaptación de la obra de teatro homónima del también canadiense Wajdi Mouawad. Mouawad emigró con su familia de su Beirut natal a los ocho años cuando estalló la guerra civil en Líbano; tras pasar un tiempo en Francia se afincó definitivamente en Canadá. Autor teatral de éxito, actualmente es director artístico del National Arts Centre's French Theatre de Ottawa.

Incendies es una obra con tintes de tragedia clásica que realiza una reflexión certera y apasionada sobre las guerras civiles y sus consecuencias mostrando (sin llegar nunca a pronunciar el nombre del país) el caso de Líbano. La historia arranca en Canadá cuando los hermanos gemelos Jeanne y Simon Marwan (Mélissa Désormeaux-Poulin y Maxim Gaudette) acuden a la lectura del testamento de su madre, Nawal Marwan (Lubna Azabal); allí el notario les desvela su última voluntad: han de buscar a su padre, al que no conocen y a un hermano, que no sabían ni siquiera que existía, y entregarles un sobre con una carta a cada uno. Sólo después de hacer esto la podrán enterrar y leer la carta que ha dejado para ellos. De entrada los hermanos no están mucho por la labor, especialmente Simon, así que es Jeanne quien de entrada viaja a su país natal (el nunca nombrado Líbano) para investigar sobre sus orígenes.

Incendies es una película densa, que se desarrolla a ritmo pausado. Mediante flashbacks y un muy hábil montaje cuenta tres historias en paralelo: la de Nawal Marwan desde el momento que quedó embarazada siendo muy joven, la del hijo que tuvo, separado de ella al nacer y la de la investigación de sus dos otros hijos, criados en Canadá y ajenos por completo a esta parte tan sustancial de la vida de su madre. Ligada de forma inextricable a sus historias personales está la propia historia de Libano, un horrible conflicto donde se mezcla la venganza, el fanatismo religioso y que muestra hasta qué punto puede deshumanizarse al enemigo y hasta donde se puede llegar para anularlo; también lo difícil que es romper con la cadena de violencia y represalias, aunque no hacerlo conduzca a la mutua extinción.

La realización de Villeneuve es impecable, empezando ya por el guion, con una puesta en escena que no recuerda en ningún momento a una obra teatral. Los paisajes semidesérticos y montañosos donde trascurre buena parte de la trama están  magníficamente fotografiados y ofrecen un marco perfecto a una narración que va dosificando la información poco a poco; atrapando la atención del espectador desde el momento que empieza a mostrar la vida de Nawal Marwan para ya no soltarla hasta al final. La trama se va desenredando paulatinamente con un ritmo pausado hasta su contundente final, mostrando todos los horrores de un conflicto que se perpetuó a si mismo con terrible violencia, devorando por completo un país relativamente próspero y pacífico y llegando a usar a los propios niños como carne de cañón. Las canciones de Radiohead, presentes en algunos momentos como banda sonora, encajan extrañamente bien con las imágenes.

El casting de la película me pareció muy correcto, destacando por encima de todos la actriz belga de origen marroquí Lubna Azabal en el papel de Nawal Marwan. Su personaje es de lejos el más complejo y más difícil de interpretar; el guion proyecta en su torturada existencia la esencia del conflicto libanés: víctima, verdugo y víctima de nuevo, una cadena de represalias larga y terriblemente difícil de romper. La intensa interpretación y el carisma de Lubna Azabal dotan a su personaje de una gran intensidad y dignidad, monopolizando la atención del espectador en todas sus escenas. El resto de actores realiza interpretaciones correctas, especialmente Mélissa Désormeaux-Poulin, la hija de Nawal que inicia el viaje de descubrimiento.

Incendies me ha parecido una película magnífica, con un excelente guion que aprovecha al máximo una historia intensa que mezcla a la perfección lo personal, con unos personajes sólidos y de carne y huesos, con lo general, esbozando un conflicto civil de los que duran décadas. Su reflexión sobre como se perpetua la violencia y de lo difícil que es romper su dinámica para alcanzar la paz también me pareció acertada y exenta de paternalismos y respuestas excesivamente sencillas. La recomiendo absolutamente.

(c) 2011 Jordi Flotats