RED

Acción y comedia geriátricas

A primera vista Red podría parecer una de esas películas que genera Hollywood de vez en cuando, una producción con muchas estrellas veteranas y/o un gancho de taquilla más o menos decreciente, creada bien como escenificación de situaciones o montajes espectaculares, al estilo de las producciones de catástrofes de los setenta, bien como vehículo de lucimiento y rescate de carrera de sus veteranas estrellas, como la reciente Mercenarios. Pero no, Red me sorprendió por ser una película fresca, desenfadada, cuya falta de pretensiones ayuda a poner de manifiesto un trabajo sólido cuya meta primordial es la diversión del espectador, apoyándose en su magnífico reparto para lograrlo.

Red está muy libremente basada en el cómic homónimo de Warren Ellis y Cully Hamner; tan libremente que del cómic sólo queda la premisa de partida y poco más, al estilo de Wanted o la serie Los muertos vivientes. El protagonista de la película es Frank Moses (Bruce Willis), un agente de la CIA retirado desde hace dos años; Moses fue en su día el agente más letal de la compañía, participando en operaciones muy arriesgadas y poco claras a lo largo del globo, pero en la actualidad vive de forma tranquila y aburrida en un suburbio. Su única distracción es una amistad telefónica con  Sarah Ross (Mary-Louise Parker), una mujer que trabaja en la compañía que gestiona los cheques de su pensión. Pero justo cuando estaban a punto de quedar para verse en persona, un grupo de hombres armados intenta matar a Frank, que se verá obligado a salir de su retiro y a secuestrar a Sarah para salvar su vida. En su contra tiene al agente más mortífero de la agencia, William Cooper (Karl Urban); a su favor, sus antiguos colegas y enemigos; Joe Matheson (Morgan Freeman), el chalado pero letal Marvin Boggs (John Malkovich), la elegante asesina británica Victoria (Helen Mirren) e incluso el espía ruso Ivan Simanov (Brian Cox) le echarán una mano con su problemas.

Red contiene una mezcla muy bien medida de humor y acción. El guion de Jon Hoeber y Erich Hoeber está construido con gracia e inteligencia, gestionando un grupo de personajes amplio pero muy fácil de reconocer gracias al magnífico reparto y a que cada uno tiene sus rasgos característicos y un papel muy claro en la trama. Un trama que sin llegar en ningún momento a la parodia total, nunca se llega a tomar en serio a sí misma, manteniendo siempre un tono ligero que encaja muy bien con su alto ritmo narrativo , dando mucha más importancia a la acción que a la introspección. Las escenas de acción, bien dosificadas, resultan eficaces, bastante espectaculares y bien rodadas, respetando el hecho de la avanzada edad de alguno de sus protagonistas; Bruce Willis, principal protagonista de este tipo de escenas, demuestra estar en un estado de forma envidiable, siendo un rival a la altura del mucho más joven Karl Urban.

Aunque bien dirigida y con un guion eficaz, la principal baza de la película es su reparto de lujo. Al plantel de actores, tanto protagonistas como secundarios, les sobra talento y oficio para interpretar sus respectivos papeles. Y es que no es frecuente encontrar en un mismo reparto a Bruce Willis, John Malkovich, Morgan Freeman, Brian Cox, Hellen Mirren, Richard Dreyfuss y Ernest Borgnine. Willis, el protagonista, demuestra una vez más su gran talento para la comedia y el cine de acción con un personaje hecho a su medida por completo; el héroe de acción, interpretado con su característica media sonrisa irónica. Morgan Freeman tiene un papel pequeño, y supongo que su ya avanzada edad no le permite mucho desgaste físico, pero su indudable carisma da vida su personaje. John Malkovich interpreta con mucho sentido del humor a un tipo mentalmente desequilibrado, firme creyente de las teorías de la conspiración y poseedor de una importante colección de armas. Helen Mirren aporta su elegancia y clase para interpretar a una implacable asesina inglesa y Brian Cox su tremenda intensidad para dar vida a un ex-enemigo honorable. Los más jóvenes Karl Urban y Mary-Louise Parker están a la altura de sus ilustres compañeros de reparto. El saber hacer de tan buenos actores logra hacer funcionar unos personajes muy planos, eficaces para el desarrollo de la historia, pero con poca entidad propia. La magnífica vis cómica que exhiben también ayuda a que funcionen mejor los gags y en definitiva a subir el nivel de la película.

Red es una buena película, no es ninguna obra maestra, pero tampoco lo pretende; y es esa falta de pretensiones y frescura lo que la distingue de muchas otras películas mucho más indigestas como Ocean's eleven o Mercenarios. Su alto ritmo narrativo, ligereza y sentido del humor, sumado a su casting superlativo, que ayuda a maquillar algunas deficiencias de guion, la convierten en un  más de una hora y media de diversión, lo que hoy en día no es poco.

(c) 2011 Jordi Flotats