JACKBOOTS ON WHITEHALL

La loca historia de la Segunda Guerra Mundial

Jackboots on Whitehall es una atípica película de animación realizada con marionetas  que propone una historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial contada en clave satírica. Los responsables de la cinta, los jovencísimos hermanos Edward y Rory McHenry, de 23 y 27 años, practicaron con la técnica usada en esta película mientras estaban en la Universidad de Oxford, con una trilogía de cortometrajes llamada A Baptism of Fire, donde parodiaban el cine bélico.

En el mundo propuesto por Jackboots on Whitehall los alemanes no dejaron evacuar al ejército inglés de Dunquerke y además vencieron en la Batalla de Inglaterra. Eso les dejó el terreno preparado para la invasión terrestre: las malvadas tropas nazis, lideradas por Goebbels, Goëring, Himmler y el mismísimo Hitler entran en Londres. Los ingleses, liderados por Churchill, deben buscar refugio detrás del muro de Adriano, peligrosamente cerca de los salvajes de Scot-land y preparar la resistencia final. El protagonista de la película es el joven Chris (con la voz de Ewan McGregor), un joven huérfano no reclutado (con gran pesar suyo) debido a sus manos excesivamente grandes; Chris, ayudado por la gente de su pueblo, Fiske un voluntario americano (con voz de Dominic West) y tropas coloniales hindús, rescataran a Churchill de la ofensiva alemana y se unirán a la resistencia. En Scot-land, Chris realizará un terrible pero muy conveniente descubrimiento sobre sus orígenes.

Por su aspecto visual, Jackboots on Whitehall está directamente emparentada a Thunderbirds y a Team America, aunque su tono remite directamente a la segunda. En ella se puede encontrar un humor gamberro y gran cantidad de gags con referencias a multitud de películas, desde Braveheart a Zulu, junto a (curiosamente) largas escenas de combate entre marionetas. Como en la reciente Inglorious Basterds, el aspecto histórico trae sin cuidado a los hermanos McHenry; los jerarcas nazis y Winston Churchill son tratados de forma irreverente, meros instrumentos humorísticos. Como en muchas comedias, especialmente si son parodias, la película tiene un argumento muy sencillo y personajes muy exagerados; básicamente vale tanto como sus gags y su ritmo.

Por desgracia sus gags y su ritmo no me terminaron de convencer. Los gags me parecieron poco graciosos y algo adocenados, sin nada del ingenio crítico e incisivo de Team America; me pareció excesiva y algo pesada la reiteración de chistes regionales y clichés. También encontré excesivas y bastante aburridas las numerosas batallas, no creo que aporten demasiado a la historia. A mi parecer la película tiene un serio problema con su guion. Le falta ritmo, historia y sobretodo ingenio; y es una lástima, porque en ella se puede ver el cariño y el mucho trabajo invertido por sus artífices. Técnicamente la película no es un prodigio de animación, pero sus numerosos muñecos resultan graciosos y llenos de detalles. También cuenta con un doblaje de lujo, con grandes actores como Ewan McGregor, Rosamund Pike, Timothy Spall o Tom Wilkinson, que sacan tanto partido como es posible a sus diálogos y ayudan a darle un aire fresco a la película.

En conjunto Jackboots on Whitehall me pareció una película bastante mediocre, me aburrió bastante y me hizo reir poco. Sus mejores bazas son el doblaje y las evidentes buenas intenciones de sus directores y guionistas; su peor enemigo, su guion y un montaje poco restrictivo (no sé si por falta de material o de criterio). Aunque por supuesto no hay nada tan subjetivo como el humor, si hubiera entrado en los chistes mi opinión de la película sería radicalmente distinta. Espero que sus espectadores conecten más con ella y se diviertan más de lo que lo hice yo.

(c) 2010 Jordi Flotats