SKYLINE

La invasión de los monstruos del espacio

El abaratamiento y mejora de los efectos digitales está permitiendo una revolución en las películas de ciencia-ficción. Hace catorce años, rodar Independence Day costó más de 75 millones de dólares, actualmente los efectos especiales costarían una fracción de esa suma. Este hecho ha permitido la proliferación de películas de este género rodadas de forma independiente o desde un gran estudio pero con pocos medios que intentan dar el campanazo y conseguir gran rentabilidad en taquilla. District 9 fue pionera de este tipo de cine, una gran película que además consiguió  considerable éxito. En los próximos meses se verá el estreno de Monsters, de Gareth Edwards, una película intimista con un trasfondo de invasión de vida alienígena; Battle: Los Angeles, donde un pelotón de marines resiste la invasión alien combatiendo calle por calle; o The Zone, donde el mismísimo Roland Emmerich trabajará con un presupuesto que igualará al coste del catering de muchas de sus producciones. Esta semana se ha estrenado Skyline, una heredera directa de Independence Day cuyo coste ha sido de algo más de diez millones.

Skyline es un proyecto completamente independiente financiado por los hermanos Colin y Greg Strause, que también se ocuparon de la dirección. La película se rodó casi por entero en el edificio donde reside Greg Strause en Marina del Rey, de forma muy frugal; el rodaje costó medio millón, los otros casi diez millones del presupuesto fueron dedicados por entero a añadir efectos digitales. Con estas premisas está claro qué podrá ofrecer y qué no esta película: no hay muchos exteriores, sólo los que rodean al edificio donde se rodó; no hay grandes estrellas en el cásting, el salario de una gran estrella se acercaría al coste total de la cinta; hay una gran cantidad de efectos digitales cuya espectacularidad constituye la principal baza de la cinta. Sólo hay tres factores que no dependen completamente del presupuesto; tener una historia que contar, la capacidad de fotografiar y filmar correctamente una película y contar con un guión sólido que la vertebre En mi opinión Skyline sólo cumple con una de las tres: sus directores han rodado de forma competente la película; por desgracia carece de historia, quienes hayan visto el trailer habrán visto el corpus y desarrollo de su argumento. El guion por desgracia tampoco ofrece mucho, ni en el terreno de los personajes, ni en el de la lógica y coherencia argumental.

¿Verla constituye una pérdida total de tiempo? Naturalmente eso depende de los gustos de cada uno. Skyline cuenta la historia original de aliens, básicamente la que contó muy bien H.G. Wells en 1898 en La guerra de los mundos; unos alienígenas, poseedores de tecnología abrumadoramente superior a la humana, invaden la Tierra con el objetivo de merendarse a la humanidad. En este caso los protagonistas de la película son un grupo de amigos que están en el ático de un edificio de alto standing en Los Angeles y los aliens unos seres monstruosas, cruce bastardo entre las criaturas de HR Giger, los monstruos de Lovecraft y criaturas marinas. La estrategia de los aliens es lanzar una especie de luz que atrae e hipnotiza a la gente, a la que abducen en sus grandes naves. Para acabar de recoger a los rezagados y para luchar contra los que resistan, bajan personalmente de las naves a cosecharlos. Los protagonistas resistirán escondidos en su piso hasta que se ven forzados a intentar la huida.

Los hermanos Strause demuestran que pueden rodar una película, puesto que técnicamente no me pareció mala; la fotografía es correcta, las escenas de tensión están bien resueltas y la acción filmada de forma efectiva. En el apartado de cosas positivas también me gustó la ausencia de determinados clichés que me suelen molestar; no hay interminables despedidas emotivas en medio de escenas de acción, no hay grandes llamamientos a la heroica ni tampoco soluciones mágicas de última hora para resolver la trama, la película va bastante al grano. Los efectos especiales también están muy bien, las criaturas podrían tener un diseño más original pero su animación es muy correcta. Me gustaron los combates entre cazas y naves, en particular la del bombardeo de la nave nodriza alien porque narraba desde fuera una escena que las películas siempre eligen narrar desde la perspectiva de los pilotos.

El apartado negativo por desgracia es muy abultado. El primer y muy importante problema es que Skyline no cuenta nada. Absolutamente nada, la película cuenta como durante dos días unos personajes se esconden en un piso con la esperanza que si mantienen las persianas bajadas los alien no entrarán a buscarlos, hasta que finalmente los supervivientes intentan salir. Nada más. Sólo los horripilantes y completamente innecesarios últimos cinco minutos intentan contar algo más, pero me dejaron deseando que no lo hubiera hecho. Los actores tampoco resultan muy  convincentes; el casting está lleno de actores secundarios de series de televisión, cuyas interpretaciones van de lo malo, como las de la pareja protagonista, Eric Balfour y Scottie Thompson, guapos pero incapaces de acertar nunca con la expresión correcta, hasta lo mediocre, sin que nadie llegue a destacar positivamente. Aunque en justicia debo decir que el guion tampoco  da cancha a grandes despliegues interpretativos.

Por todo esto, en conjunto Skyline me ha parecido una mala película, no la recomiendo a nadie excepto a los fans acérrimos de la ciencia-ficción y de los efectos especiales. En mi caso sólo pude disfrutarla dejando que las imágenes entraran por los ojos sin dejarles pasar demasiado rato en la casilla del raciocinio.

(c) 2010 Jordi Flotats