MONSTERS

Aliens intimistas

Monsters supone el debut cinematográfico del británico Gareth Edwards. Edwards empezó su carrera profesional en el mundo de los efectos digitales, trabajando para series y documentales televisivos hasta que logró ganar el SCI-FI LONDON 48 Challenge, un certamen en que había que realizar una película en sólo dos días contando con un único actor. Gracias a ese premio logró rodar Monsters, con un presupuesto estimado de menos de 200.000$ y un equipo de sólo cinco personas (actores profesionales incluidos). Edwards rodó él mismo en Guatemala, Belice y México, casi de forma clandestina, sin permisos; también él mismo se encargó de poner los efectos especiales en el ordenador de su casa, consiguiendo una película de aspecto fantástico que ha contado con una acogida muy positiva en los festivales donde se ha presentado (en Cannes y Sitges sin ir más lejos) y también mucha atención de los estudios, siempre atentos a las personas capaces de limitar los presupuestos.

Monsters parte de la premisa de que una de las sondas que mandó la NASA a Europa, una luna de Júpiter, regresó a la Tierra con muestras biológicas y se estrelló en América Central, donde esas muestras fuctificaron y se transformaron en enormes criaturas. Este hecho provoca que una buena parte de México esté en cuarentena, rodeada de un enorme muro vigilado por el ejército americano para impedir la posible invasión. En este contexto, Andrew Kaulder (Scott McNairy), un fotoperiodista estadounidense, busca las fotos que le harán famoso, pero se ve obligado a acompañar a Sam Wyndern (Whitney Able), la hija de su jefe, hasta la frontera con Estados Unidos, cruzando la zona de cuarentena.

Monsters es una película que utiliza un planteamiento de ciencia-ficción para contar una historia de corte más bien intimista, emotiva y triste, así como de trazar un paralelismo entre el muro que separa Estados Unidos de México para evitar que entren los aliens y la situación actual de la inmigración. Al parecer el guion de la película se fue construyendo a medida que se iba rodando; Edwards lo escribía antes de los rodajes, dejando además mucha manga ancha a los actores para desarrollar sus personajes y reclutando a actores no profesionales en los lugares donde rodaba. Esto, por la parte positiva, le permitió aprovechar al máximo las localizaciones, las interpretaciones de los actores y que su película tenga un aspecto muy natural y realista. Por el lado negativo, este plan de trabajo no deja mucha cancha al argumento; Monsters es una película introspectiva que da total preponderancia a sus personajes, haciendo básico que el espectador se identifique con ellos para que disfrute de la película. No en vano se la ha comparado, yo creo que con justicia, a Lost in translation; ambas películas cuentan una crisis existencial de su protagonista, personajes situados en una encrucijada vital, atascados intentando decidir hacia dónde dirigirse.

Monsters me pareció técnicamente irreprochable; toda esa precariedad de medios pasa por completo desapercibida al espectador. La película tiene un aspecto magnífico, con una gran fotografía que aprovecha al máximo los grandes espacios naturales donde fue rodada, alternando con inteligencia las tomas con mucho angular con secuencias con cámara en hombro al estilo documental para acercar al espectador a lo que ven los protagonistas. Los efectos especiales, colocados con mesura, también están logradísimos; los monstruos están bien realizados y perfectamente integrados al entorno. Whitney Able y Scoot McNairy, los protagonistas, afrontaron un trabajo difícil, aparecen en casi todos los planos, debiendo llevar casi todo el peso de la película sobre sus hombros, con un resultado final bastante satisfactorio. Ambos resultan naturales, especialmente Whitney Able, y tienen muy buena química, algo imprescindible dado el planteamiento de la película.

El único inconveniente que encontré a Monsters es que, estando muy bien realizada, no conecté con sus protagonistas. Sus personajes están muy bien definidos, muy bien interpretados y ambos son creíbles pero simplemente no me interesaron nada. Él es un niño grande al que le cuesta crecer y madurar; con treintaytantos años tiene un hijo al que no conoce; durante años ha recorrido el mundo en busca de la gran oportunidad, la gran foto que le haga famoso, pero sin implicarse demasiado en los lugares por donde pasaba. Ahora empieza estar harto de esta vida, pero no acaba de ver dónde encaja ni qué hacer. Ella es una niña rica que ha terminado sus estudios y ha estado viajando, implicándose mucho en los lugares y ayudando a la gente, pero siempre con la red de seguridad que daba el dinero de papá. Ahora está prometida con un novio muy conveniente en los Estados Unidos y tiene que volver para su boda y su vida de esposa rica, papel que no le convence nada, aunque tampoco tenga muchos planes alternativos. Ambos simpatizan y sienten atracción mutua, pero no acaban de decidirse a iniciar una relación.

Aunque bien dibujados y bien interpretados (quizá precisamente por eso), estos personajes me resultaron poco interesantes, me costó empalizar con ellos, con lo que bastantes momentos de Monsters me parecieron aburridos y poco interesantes. Y eso que el planteamiento de la cinta es muy bueno; donde las películas de aliens suelen empezar con el primer contacto o directamente la invasión, esta arranca cuando las criaturas ya viven con nosotros. Pero esta parte se cuenta muy de pasada, demasiado para mi gusto. Una lástima, porque la película es muy buena, está muy bien fotografiada y narrada, con brío y emoción; no puedo sino quitarme el sombrero ante el resultado final sabiendo los medios con los que contó Gareth Edwards para realizarla. No me voy a perder su próximo proyecto, pero eso sí, espero que contrate a un guionista para llevarlo a cabo.

(c) 2010 Jordi Flotats