OUTRAGE

La vuelta de Takeshi Kitano a las películas de yakuzas

Takeshi Kitano, empezó su carrera en la década de 1970 como cómico, formando parte del dúo Two Beat con Kiyoshi Kaneko. Alcanzó gran popularidad en Japón pero la fama internacional le llegaría a través del cine, con su debut como actor en Feliz Navidad Mr. Lawrence (1983), de Nagisa Oshima y posteriormente a través de su carrera como director. Sus producciones durante los noventa son muy características: cine negro, con yakuzas o policías como protagonistas, llenas de una violencia seca y brutal, con tomas muy largas y estáticas, montaje muy personal, humor negro y algo marciano y una visión de la vida entre pesimista y nihilista. Protagonista de sus propias películas, Kitano interpretaba con faz pétrea a unos personajes al límite, que solían acabar de mala manera. Con Violent Cop (1989), Boiling Point (1990), Sonatine (1993) y Hana Bi (1997), Kitano construyó un corpus de películas de estilo parecido pero en constante evolución positiva, reforzando los personajes y las historias cada vez más. Con El verano de Kikujiro (1999), Kitano suavizó el mensaje y el tema, creando una comedia poética y llena de ternura, uno de sus mejores trabajos. Pasado el paréntesis que supuso Brother (2000), un intento no muy conseguido de llevar su cine de yakuzas a Estados Unidos, Kitano firmó sus dos mejores películas: Dolls (2002) una historia poética con un lenguaje visual simplemente magistral y Zatoichi (2003), una cinta de samurais que en mi opinión es su trabajo más completo en todos los sentidos. Tras esto, Kitano dirigió lo que podría considerarse una trilogía de películas en clave de autobiografía surrealista, formada por Takeshis' (2005), Glory to the Filmmaker! (2007) y Achilles and the Tortoise (2008), cintas muy experimentales sin una línea argumental sólida, que contaron con poco éxito de público y una acogida crítica desigual. Ahora, supongo que haciendo muy felices a sus productores, ha decidido volver al cine de yakuzas con Outrage.

Outrage, como Sonatine o Violent cop, es una cinta ambientada en el sombrío mundo de la mafia japonesa, la yakuza, retratada a todos los niveles con una historia de traiciones y luchas intestinas. La organización se muestra como una estructura completamente piramidal, de jerarquías muy definidas, donde cada uno debe conocer su puesto, obedecer a sus superiores y ningunear a los que tiene por debajo. Una estructura muy parecida a la corporativa, con un CEO en la cúspide y varios grupos que le reportan; naturalmente los grupos demasiado pequeños o poco rentables son eliminados o absobidos por otros de forma expeditiva. La película muestra todo el escalafón, el presidente y su consejero principal, los jefes de las casas, sus encargados de área, los sicarios, los policías en nómina que van a recoger su sobre e incluso un diplomático africano que cae en sus redes de corrupción. El relato se cuenta de forma fragmentaria, en viñetas interconectadas a la trama principal; en escenas que pueden ser tensas, triviales, humorísticas, extremadamente violentas o una combinación de todo eso. La yakuza, como en todos los films de Kitano, se muestra sin ningún glamour; sus personajes son codiciosos, con pocos escrúpulos, embrutecidos por la realidad de su trabajo y de su organización. Tampoco deja ver ninguna posible redención; una vez dentro, quedan ligados a la organización para siempre; cualquier tentativa de escape, especialmente si incluye delaciones, es castigada con la muerte.

El reparto de Outrage es excelente, todos los actores retratan a sus personajes con pocas frases y gestos, transmitiendo frescura y realismo; supongo que en esto último influyó la costumbre de Kitano de rodar como máximo un par de tomas de cada escena. La película es completamente coral, quizá el papel más protagonista es que se ha asignado Kitano, un veterano yakuza de nivel medio-alto, que interpreta con su mezcla habitual de inexpresividad y escalofriantes sonrisas. Para realizar el resto del cásting seleccionó un grupo de actores de forma que no hubieran trabajado para él en sus anteriores films de yakuzas, supongo para que aportaran frescura a esta película.

En el aspecto formal, Kitano demuestra su habitual maestría con la cámara, mostrando una gran variedad de planos fijos, primeros planos en gran angular o planos panorámicos que le dan un aspecto magnífico a la película y que aportan siempre las perspectivas que pretende su director. Kitano siempre ha sido un gran narrador en el aspecto visual, y en Outrage continúa dando a cada escena y cada toma el tono preciso para que transmita al espectador qué es lo que va a suceder. También ayuda mucho la buena banda sonora de Keiichi Suzuki, que sin reclamar demasiado protagonismo acaba de potenciar las imágenes.

En definitiva Outrage es una película 100% Kitano, para bien o para mal. Muchos de los elementos característicos de su cine están allí; un argumento simple con una forma de narrar elíptica, que a veces se recrea en los detalles en tomas muy largas y a veces recorta al mínimo mostrando sólo lo imprescindible; nula empatía por los personajes; humor negrísimo, combinado con una visión fatalista del mundo; y violencia, seca, brutal, a veces retorcida, a veces empañada de humor. Outrage es en mi opinión una película equiparable a Sonatine o Violent Cop; a quienes gustaron esas películas seguro que disfrutarán con esta, a quien no, probablemente le encontrarán los mismos defectos. Personalmente la película me gustó por su excelente factura y porque siempre me ha gustado la mirada impersonal y desprovista de simpatía que usa Kitano para retratar un mundo tan sórdido como el de la yakuza. Aunque quizá esta cinta suponga un paso atrás en su evolución como cineasta, la verdad es que El verano de Kikujiro, Dolls y Zatoichi me parecieron películas más completas que ésta. Aún así no dudaré en ver la segunda parte que al parecer ya está preparando.

(c) 2010 Jordi Flotats