VANISHING ON 7TH STREET

La oscuridad es la culpable

Brad Anderson es un director de trayectoria algo irregular que casi siempre se ha movido dentro del género fantástico. En su haber tiene trabajos interesantes como Session 9 (2001), una película de terror efectiva e inteligente, películas más personales como El Maquinista (2004), una cinta de atmósfera malsana con un final algo decepcionante o una cinta de suspense casi hitchcockiano como Transsiberian (2008). También es notoria su participación como director de algunos capítulos de series de televisión de gran calidad como The Shield, The Wire, Treme o Boardwalk Empire. Con Vanishing on 7th Street, su nuevo trabajo, Anderson entra en el cine de terror post-apocalíptico en una cinta con ecos de La noche de los muertos vivientes (1967, George A. Romero) o Soy leyenda, la novela de Richard Matheson.

Vanishing on 7th Street arranca con un interesante concepto: una noche se produce un pequeño apagón, y cuando vuelven las luces casi todo el mundo ha desaparecido. Las víctimas se han desvanecido dejando su ropa y lo que llevaban encima en el lugar donde estaban. Para colmo, los días cada vez son más cortos y cuando cae la oscuridad todo el mundo que no esté en una zona iluminada acaba por desaparecer. La película gira alrededor de cuatro supervivientes, Luke (Hayden Christensen), un periodista televisivo; Paul (John Leguizamo), un proyeccionista de cine; James (Jacob Latimore) un niño que estaba en el bar de su madre y Rosemary (Thandie Newton), una madre desesperada que ha perdido a su bebé. Los cuatro personajes se acaban encontrando en el bar de la madre de James, iluminado gracias a un generador cuyo combustible se agota inexorablemente.

El concepto de partida de la cinta es interesante, propio de un capítulo de The Twilight Zone, pero por desgracia, el guion no lo desarrolla en absoluto. Al inicio se plantea la situación, se presenta a los personajes y se los reúne; a partir de ese punto no se cuenta casi nada más, la mayor parte del tiempo se dedica a mostrar las huidas por los pelos de los protagonistas de una oscuridad que parece dotada de voluntad. Y para colmo, a esa falta de historia se suman unos personajes estereotipados, poco más que clichés: el reportero pijo y en apariencia egoista que descubre a su héroe interior en momentos difíciles, la mamá desesperada por la pérdida de su hijo, el niño valiente y el friki encargado de hacer saber al público los pocos "datos" que suelta la película sobre el porqué de lo que sucede.

El apartado visual es irregular, Brad Anderson filmó con efectividad cómo la oscuridad descendió sobre un espacio, alargándose las sombras hasta hacer desaparecer (o casi) a alguien; el problema es que repitió esa escena una vez tras otra, cambiando escenarios y formas de escape hasta hacerla rutinaria y aburrida. Los escenarios urbanos en los que transcurre la acción resultan adecuados, pero la fotografía no acaba de hacerles justicia. La iluminación busca los contrastes entre luces y sombras, pero los pobres efectos digitales para hacer caer la oscuridad me parecieron poco eficaces y no demasiado vistosos.

En la dirección de actores Anderson tampoco puntúa demasiado alto, porque en el reparto hay algunos buenos actores como John Leguizamo y Thandie Newton, pero todos están entre bastante mal y muy mal. A Hayden Christensen le falta carisma para el papel que interpreta, y esa carencia no la suple con oficio; Thandie Newton, una actriz que normalmente apuesta por la contención, está gritona y desencajada todo el rato. John Leguizamo interpreta a un personaje de cartón, un instrumento del guión, con lo que poco puede hacer por destacar, algo similar a lo que le pasa a Jacob Latimore con el suyo.

Vanishing on 7th Street me ha parecido una película vulgar, muy seriamente lastrada por la falta de ideas y de presupuesto, con un guion lamentable que parte de una premisa a priori interesante para caer inmediatamente en los clichés de siempre, renunciando desde el principio a contar nada más que una serie de escapadas y sustos. Sin duda la peor película que he visto de Brad Anderson, un director capaz de mucho más que esto.

(c) 2010 Jordi Flotats