No se parece a El Exorcista, sólo por eso habría que verla
Debo confesar que cuando leí la sinopsis de El último exorcismo no me atrajo mucho; otra película de terror con estructura de falso documental que encima iba de exorcismos. En los últimos tiempos se han puesto muy de moda las películas, especialmente de terror, con forma de documental o de documento gráfico real grabado por aficionados; y no es extraño, tienen un coste de producción menor y transmiten veracidad al espectador. El año pasado Paranormal Activity batió récords de rentabilidad con su gran éxito. Por otro lado, las cintas de exorcismos, desde la canónica El exorcista (1973, William Friedkin), me parecen todas muy parecidas (e inferiores a la original). Por suerte el hecho de que la produjera Eli Roth, que manifestara su intención de alejarse del cánon y que no declarara estar basada en hechos reales me decidió a verla. Y desde luego no me arrepentí.
El director alemán afincado en Estados Unidos Daniel Stamm ofrece un acercamiento original al tema, mostrando un predicador, Cotton Marcus (Patrick Fabian), al que sigue un equipo de televisión para documentar lo que será su último exorcismo. Marcus, totalmente desengañado, no duda en mostrar a la cámara los trucos de su oficio; desde luego no cree en el elemento sobrenatural de las ceremonias que lleva a cabo, las ve como un placebo que en muchas ocasiones funciona. Su último exorcismo lo llevará a una granja de Lousiana, en plena América Profunda, donde un granjero fanático religioso, Louis Sweetzer (Louis Herthum), le pide que saque al demonio del interior de su hija Nell (Ashley Bell). Pero aunque todo empieza como espera el reverendo Marcus, pronto la situación va tomando un cariz más preocupante.
Tanto el director Daniel Stamm como los guionistas Andrew Gurland y Huck Botko ya habían experimentado con el falso documental en A Necessary Death y Mail Order Wife respectivamente y se nota que están muy cómodos con el formato. Para esta película se inspiraron en el documental auténtico Marjoe (1972), de Sarah Kernochan y Howard Smith, donde Marjoe Gortner, un predicador evangelista, contaba los entresijos del negocio religioso y cómo se aprovecha de los fundamentalistas para recaudar ingentes cantidades de dinero.
La película tiene dos partes bastante diferenciadas; la primera tiene un tono distendido y forma de documental televisivo típico; sirve para presentar al reverendo Marcus, un hombre carismático, escéptico y descreído pero con mucho conocimiento de su rebaño, formado básicamente por gente muy fanática que busca certezas absolutas; Marcus ha estado en el negocio desde niño, su padre ya era predicador y exorcista. La segunda parte empieza cuando llegan al Sur profundo, conocen a la familia Sweetzer y empieza el exorcismo; acelerando el ritmo narrativo, con la cámara cada vez más nerviosa, entrando de lleno en el lenguaje del cine de terror, la película va subiendo la tensión hasta su satisfactorio clímax final.
Me gustó mucho la manera en que Stamm muestra el proceso del exorcismo en sí, huyendo de los cánones del género, sin los típicos efectismos; esa forma está profundamente ligada a la inteligencia del guión, que no da nada por sentado al espectador. El inicio de la película apuesta por el racionalismo, por culpar al fanatismo y la ignorancia del fenómeno de las posesiones, mostrando los trucos de feria del predicador; pero a medida que avanza el metraje se empiezan a colar fenómenos más difíciles de explicar, o que por lo menos que no encajan bien con la teoría. El último exorcismo apuesta por la implicación del público en la narración poniéndolo detrás de la espalda del predicador y obligándole a tomar una decisión sobre el porqué de lo que está pasado; una forma espléndida de aprovechar el formato de mockumentary.
Los actores merecen también mención aparte, están creíbles y no sobreactúan, dan vida a la perfección a sus personajes; como extra, al ser relativamente desconocidos favorecen que el espectador los identifique más con sus personajes. Patrick Fabian y Ashley Bell, exorcista y poseida, tienen el trabajo más difícil y ambos están simplemente perfectos. Fabian transmite sensatez, proximidad, tiene carisma, pero tampoco demasiado, está simplemente perfecto en su papel de predicador modesto, de éxito moderado. Y Ashley Bell demuestra una capacidad asombrosa de pasar de inocente y algo simplona a maliciosa y agresiva sólo cambiando de expresión facial. Bell está perfecta en ambas facetas, especialmente en la primera, transmitiendo una gran vulnerabilidad.
Sin duda El último exorcista es una de la películas de terror de este año, una propuesta inteligente y una combinación original de elementos, con un gran guión, una dirección inspirada y grandes interpretaciones. No se puede pedir más.
(c) 2010 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: The Last Exorcism.
- Año: 2010.
- Duración: 87 min.
- País: Estados Unidos, Francia.
- Director: Daniel Stamm.
- Guión: Andrew Gurland y Huck Botko.
- Productor: Marc Abraham, Thomas A. Bliss, Patrick Curd, Ron Halpern, Patty Long, Gabrielle Neimand, Eric Newman, Douglas Plasse, Eli Roth.
- Productora: Strike Entertainment, StudioCanal, Arcade Pictures, Louisiana Media Productions.
- Fotografía: Zoltan Honti.
- Música original: Nathan Barr.
- Reparto: Patrick Fabian, Ashley Bell, Iris Bahr, Louis Herthum, Caleb Landry Jones, Tony Bentley, John Wright Jr., Shanna Forrestall, Justin Shafer, Carol Sutton, Victoria Patenaude, John Wilmot, Becky Fly, Denise Lee, Logan Craig Reid, Sofia Hujabre, Adam Grimes.
- Web oficial: http://www.thelastexorcism.com/