VAMPIRES

Un documental sobre vampiros...belgas

Durante los últimos años el número de producciones de terror y ciencia-ficción que usan la forma del mockumentary, ficción rodada como si fuera un documental o imágenes captadas por aficionados, ha aumentado espectacularmente, con resultados desiguales pero con muy buena aceptación. The Blair Witch Project abrió un camino que siguieron producciones de mucho éxito como Cloverfield y District 9, o mucho más pequeñas, como American Zombie. En mi opinión los motivos de este éxito radican en los menores costes de producción de estas cintas sumado al lenguaje visual prácticamente televisivo que utilizan; hecho que propicia que el espectador se crea lo que está viendo.

Vampires es una producción belga que sigue fielmente la forma de documental televisivo. La película muestra como un equipo de filmación sigue el día a día de una familia de vampiros en Bélgica. La célula familiar está compuesta por el patriarca y su esposa; su hijo, algo agresivo y descerebrado; su hija rebelde que manifiesta deseos de parecerse a los humanos y un matrimonio de vampiros sin hijos que viven el su sótano, merced a las leyes ancestrales de los vampiros. Para el patriarca, Bélgica es lo más parecido al paraíso que existe: es plano, gris, y las autoridades no sólo les toleran sinó que les envían inmigrantes e indeseables para que les sirvan de comida. Esta vida idílica cambiará cuando un hecho les obligará a cambiar de aires y a mudarse.

Vampires es un cinta que usa muy inteligentemente la comedia y las convenciones de las producciones de vampiros para realizar una crítica muy ácida a la sociedad belga, a la que pinta hipócrita, conformista, racista y acomodaticia. También aprovecha para bromear sin piedad sobre el propio género vampírico, usando un humor sutil que nunca llega a caer en la parodia.

En el apartado técnico considero que tanto el guión como el montaje son muy buenos; la película cuenta lo que quiere contar, sin disgresiones ni tiempos muertos. El estilo de rodaje documental está llevado a cabo con corrección, la película tiene un lenguaje muy convincente. Supongo que por estrecheces presupuestarias no se puede decir lo mismo de alguno de los lugares de rodaje, algo pobres. Los actores en general están correctos, sin grandes aciertos pero tampoco con muchos fallos.

Pero aspectos técnicos aparte me gustó Vampires, me divertí con su humor inteligente, me reí de sus chistes de vampiros, pero sobretodo aplaudí la valentía y lo pertinente de su crítica social. No es muy difícil extrapolar a toda la comunidad europea el racismo latente, la hipocresía y la cobardía que el cineasta Vincent Lanoo reprocha a sus compatriotas, y además es muy relevante en lo tiempos que corren. Ojalá hubiera podido contar con algún medio más para que hubiera podido ser redonda del todo.

Recomiendo a todo el mundo que vaya a ver Vampires si tienen la suerte que la estrenan en su ciudad, si no siempre quedará el DVD o algún otro medio, porque realmente merece la pena.

(c) 2010 Jordi Flotats