Crónica del décimo día de Sitges 2010. Mis películas del día: The Perfect Host, Defendor, I Saw the Devil
La Acadèmia del Cinema Català, en el marco del Festival, ha realizado un acto de homenaje a Jordi Grau, una figura importante del cine fantástico español. Sus dos películas de terror Ceremonia Sangrienta (1973) y No profanar el sueño de los muertos (1974), son consideradas dos obras de referencia del género en el cine nacional. El acto contó con la presencia de Conseller de Cultura Joan Manel Tresserras y el director del ICIC Antoni Lladó. Santi Lapeira, director de relaciones institucionales de la Acadèmia del Cinema Català, destacó la calidad y versatilidad de la obra de Grau, donde caben géneros tan distintos como el documental, el experimental, el cine social o el fantástico. Tras el homenaje se presentó la película Herois, de Pau Freixas, ganadora del premio del público en el Festival de Málaga. La película narra las vacaciones de verano de un grupo de niños durante la década de los 80, un viaje al pasado en clave nostálgica basado en las experiencias de los autores de la película.
Se ha presentado la película de clausura del Festival, Mother's Day, de Darren Lynn Bousman, una revisión libre y actualizada de El día de la madre (1980) y protagonizada por Rebecca De Mornay. La película original de Lloyd Kaufman es un producto Troma, realizado con medios escasísimos, humor rozando la parodia y con mucha violencia. Bousman apuesta por un enfoque mucho más serio y contenido, intentado crear una película mucho más realista. La película cuenta como tres hermanos, después de realizar un robo corren a refugiarse a la casa donde pasaron su infancia para verla ocupada por una pareja que está celebrando una fiesta; los hermanos tomarán como rehenes a la gente mientras esperan que lleguen su madre y su hermana. Rebecca De Mornay y Darren Lynn Bousman estuvieron en Sitges para hablar de la película. Bousman comentó que su intención había sido incomodar al espectador no por la violencia o el lenguaje usados sino por las situaciones en las que se pone a los personajes. Su inspiración fueron las películas de terror de finales de los 70 y mediados de los 80. Rebecca De Mornay, que recibió el premio Màquina del Temps del Festival por su trayectoria, comentó que salvo excepciones no le gusta mucho el cine de terror ni el que contenga violencia explícita, prefiere los thrillers porque permiten profundizar más en los personajes. Siempre elige las películas en las que participa por sus papeles y el entendimiento con el director. En este caso comentó que le había atraído su personaje por ser alguien horrible, pero no consciente de serlo, una situación que sucede a menudo en el mundo real.
Empiezo el día de cine con la proyección de The Perfect Host, escrita y dirigida por el norteamericano Nick Tomnay. The Perfect Host arranca con John Taylor, que acaba de robar un banco en Los Angeles; mientras huye descubre que ha sido identificado, su cara y su coche aparecen en los noticiarios locales y para colmo está levemente herido en un pie; necesita salir de la circulación durante unos días. Aprovechando que está en un barrio bastante acomodado, deja el coche e intenta que alguien le acoja en alguna casa usando excusas diversas. Tras varios intentos acaba teniendo éxito en una casa, haciéndose pasar por el amigo de una amiga del propietario que está en Australia, datos conseguidos gracias a una postal robada del buzón. Warwick Wilson, el propietario, lo acoge y le invita a una cena que está preparando para unos amigos. Wilson parece el perfecto anfitrión; culto, detallista y refinado, pero a medida que avanza la tarde, Taylor verá que no todo es lo que parece...
The Perfect Host es una película mezcla a la perfección el thriller con la comedia negra. Su guión está lleno de giros ingeniosos, bastantes de ellos inesperados, y a diferencia de muchos de características parecidas, es capaz de cerrar bien la historia y darle un final digno del planteamiento inicial. David Hyde Pierce y Clayne Crawford, anfitrión y huésped, realizan estupendos trabajos interpretativos, algo básico para que la película funcione. Pierce, conocido por su trabajo en la serie Frasier, pasa con nota el reto de interpretar a un personaje complejo que tiene muchos niveles. Pierce demuestra ser capaz de ofrecer todos los registros necesarios, pudiendo pasar de ser elegante a ridículo o a siniestro en un solo instante.
The Perfect Host ha sido sin duda una de mis sorpresas de este Festival, una película pequeña, que ha pasado sin hacer mucho ruido pero muy interesante. Es una película con una realización impecable, un guion muy inteligente e interpretaciones muy sólidas, que mezcla hábilmente varios géneros y que acierta en todos; es divertida en sus partes de comedia y logra transmitir inquietud en sus partes de thriller psicológico. Sumando a estas virtudes su ágil montaje se obtiene una cinta que me pasó en un suspiro y me dejó con ganas de más. En mi opinión una de las mejores de la Sección Oficial de este año.
A continuación me voy al Casino Prado a ver Defendor, de Peter Stebbings, una producción que revisa la figura del vigilante disfrazado en clave de comedia dramática. Supongo que el bombardeo de adaptaciones cinematográficas de cómics de superhéroes de los últimos años está propiciando la aparición de películas que cuestionan la propia figura del justiciero. Kick Ass, de Matthew Vaughn, Super, de James Gunn (también presentada en el Festival) o esta Defendor tienen el mismo punto de partida: una persona más o menos normal, sin ningún tipo de poder especial pero fascinada por el mundo de los superhéroes, decide convertirse en uno en el mundo real. En Defendor, Arthur Poppington (Woody Harrelson), un hombre de inteligencia por debajo de lo normal que trabaja aguantando señales de tráfico decide convertirse en Defendor para proteger su barrio de la creciente delincuencia. Poppington no tiene familia, su empleador es su mejor (y único) amigo y está obsesionado con combatir contra el crimen organizado, personalizado en la borrosa figura del Capitán Industria. Su encuentro fortuito con una chica muy joven que se prostituye para pagar su adicción a las drogas hará que identifique y ponga una cara a ese mal, e inicie una batalla muy difícil de ganar.
Defendor es una película muy curiosa por su mezcla de estilos; básicamente es una historia dramática con un protagonista al que la vida le ha dado muy malas cartas para jugar; también tiene trazas de comedia, con ramalazos de humor negro y finalmente acaba siendo una película de superhéroes, aunque el protagonista no tenga poderes. Los dos primeros tercios de la cinta están contados mediante flashbacks, en los que Poppington le cuenta su historia a una psiquiatra de la policía; en esta parte se desarrollan la historia y los personajes, especialmente el de Poppington, un retrato crudo y a ratos conmovedor, fantásticamente interpretado por Woody Harrelson. Poppington se presenta como una especie de Don Quijote, obsesionado por la figura del justiciero y por hacer prevalecer la justicia en un entorno donde no brilla por su presencia. Pero a diferencia de Don Quijote, y en un giro que me pareció muy tramposo, la película le acaba dando la razón a Defendor, y acaba por convertirse en una película más de justicieros, en un final que encontré muy decepcionante.
Acabo el día (y el Festival de este año) viendo la película surcoreana I saw the devil, de Kim Ji-woon, en el Auditori. Antes de la proyección Ángel Sala, director del Festival le hizo entrega del premio Màquina del Temps a Kim Ji-woon, un director que ha presentado sus cuatro últimas películas en Sitges, mostrando una capacidad impresionante para cambiar de registro y género cinematográfico; con A Tale of Two Sisters (2003) realizó una tensa y preciosista película de terror; pasó al terreno del thriller con A Bittersweet Life (2005); al cine de aventuras trepidantes con The Good, the bad and the weird en 2008 y ahora con I saw the devil aborda un thriller que gira alrededor de la venganza más sádica. Común a todo su cine es su preocupación por la estética y el preciosismo formal, sin renunciar nunca al entretenimiento ni a la excelente dirección de actores. I saw the devil cuenta el brutal enfrentamiento entre un psicópata (Choi Min-sik) y el novio de una de sus víctimas, que trabaja como agente secreto y está decidido a vengarse (Lee Byung-hun).
I saw the devil es una película no apta para estómagos sensibles. Kim Ji-woon, sin perder ni un ápice de su maestría a la hora de rodar imágenes realmente bellas, muestra sin tapujos un duelo a muerte en que los roles de vengador y víctima se van intercambiando. La película, narrada con un ritmo altísimo que no decae en sus dos horas y media, no ahorra en truculencia, mostrando una gran variedad de formas retorcidas y escalofriantes de infringir dolor y hacer daño; pero también es un retrato excelente de dos personajes, que comienzan como casi estereotipos y que poco a poco van dibujándose y adquiriendo personalidad a medida que se muestran sus motivaciones. Los dos actores protagonistas realizan excelentes interpretaciones, dando vida a personajes extremos y logrando que el espectador se los crea.
I saw the devil me pareció una película excelente, técnicamente impresionante, con una fotografía impactante, que usa a la perfección los colores y la iluminación para transmitir una sensación ominosa al espectador; un ritmo imparable, que desgrana la película sin pausas innecesarias y que no permite bajarse al espectador y una historia que pone los pelos de punta. Con este trabajo Kim Ji-woon demuestra estar en un momento creativo muy dulce, habiendo encadenado tres magníficas películas seguidas sin haberse repetido, espero que continúe así mucho tiempo.
(c) 2010 Jordi Flotats