ORIGEN

Una clase magistral de cine de acción y ciencia-ficción

No es frecuente encontrar en la cartelera una película de acción y ciencia-ficción que posea una trama digna de tal nombre, que aproveche las posibilidades del género, que sea adictivamente entretenida y que encima se estrene en agosto. Por desgracia lo normal suelen ser los argumentos adocenados, pobres excusas para encadenar escenas de acción e inconsistentes en su lógica interna; idealmente la ciencia-ficción nos debería proponer un escenario ficticio, un mundo propio que difiere del nuestro por determinadas circunstancias que ofrecen posibilidades narrativas añadidas, ya sea por el exotismo del entorno, ya sea para tratar más fácilmente temas controvertidos. Christopher Nolan, el primer director que en mi opinión logró encontrar la fórmula para adaptar correctamente cómic americano con Batman begins y El Caballero Oscuro, ha dado justo en el clavo con Origen, para mi la mejor película de ciencia-ficción desde que se estrenó la excelente Disctrict 9.

Origen transcurre en un mundo muy parecido al nuestro, pero en el que existe una tecnología que permite introducirse dentro de los sueños, crear un espacio onírico que el subconsciente del durmiente acaba de poblar y que puede ser visitado por otros soñadores. Esta tecnología ha creado a los extractores, ladrones de información especializados en sacar secretos de la mente de las personas. Cobb (Leonardo Di Caprio), es un de los mejores, pero no puede volver a su país y reunirse con sus hijos por estar buscado por las autoridades, por eso cuando Saito (Ken Watanabe), un poderoso hombre de negocios le ofrece una misión en apariencia descabellada, se ve obligado a aceptarla. Cobb deberá entrar en la mente de alguien no para robar, sino para introducir una idea dentro; una idea que debe parecer como propia a la víctima. Para ello, reunirá a un equipo de expertos y planificará cuadosamente una estructura de sueños dentro de sueños para conseguir el objetivo. Pero dentro de Cobb también vive su peor enemigo, lo que complicará las cosas aún más.

Origen es una película con un guión ciertamente complejo e inteligente, no tanto por la historia en sí, sino por la forma cuidadosa de introducir el espectador en la historia sin resultar demasiado pesado, dejando que la propia narración informe al espectador de lo que está sucediendo. Los diálogos también están medidos al milímetro, usando con mucha destreza un conjunto de frases que se van repitiendo a lo largo del metraje y que van cobrando sentido a medida que avanza, consiguiendo un gran efecto al final. Como en El Prestigio y El Caballero Oscuro, Origen también usa la narración paralela de varias escenas que se potencian entre sí para conseguir un gran clímax final. Y, algo que personalmente agradezco, el guión no contiene lagunas, ni contradicciones internas, a pesar de proponer al espectador una trama compleja, narrada de forma muy inteligente y cuyo final  además deja espacio para interpretación de cada uno.

Aparte del guión, Origen destaca por un casting impecable, donde todos los actores son adecuados para su papel. Leonardo Di Caprio, protagonista absoluto, borda en esta película un papel que se adapta muy bien a sus condiciones como acto, componiendo un personaje inteligente, torturado y manipulador; una mezcla entre creador y titiritero que se mueve siempre en terreno algo ambiguo. Ken Watanabe pone su carisma al servicio de un personaje que sirve como catalizador de la acción; Joseph Gordon-Levitt está serio y elegante en su papel de hombre de confianza de Cobb, logrando un buen contraste (y confrontación) con el extravagante Eames (Tom Hardy), el ladrón del grupo. Ellen Page está muy bien (como siempre) como diseñadora y arquitecta de mundos oníricos, una especie de joven aprendiz de Cobb que acaba por desentrañar las claves de lo que oculta al resto. Cillian Murphy cambia un poco de registro con gran eficacia dando vida al hijo de un magnate moribundo que le ha marcado con su desprecio y desapego; su mente es la que hay que influenciar. Acaban de completar el reparto con actuaciones menores pero llenas de oficio Tom Berenger y Michael Caine.

Christopher Nolan demuestra una vez más que es uno de los mejores directores americanos de cine "de género", labrándose una trayectoria con películas que combinan la acción con tramas interesantes, personajes muy bien definidos y especialmente una factura más que impecable. En mi opinón con Origen Nolan ha realizado su mejor y más completo trabajo hasta la fecha. El trabajo de dirección de actores es bueno, el ritmo de la cinta es trepidante, sus largos 148 minutos pasan en un suspiro y sin una sola mirada al reloj. El trabajo con la cámara es fantástico, logrando un enorme dinamismo en la acción; su uso de recursos de aceleración y ralentización de las imágenes logra transmitir con eficacia la diferencia en la velocidad del paso del tiempo en los diversos niveles oníricos. Estos recursos, junto con un montaje virtuoso y una fantástica banda sonora de Hans Zimmer logran un larguísimo clímax de más de 45 minutos en una escena antológica contada a cuatro niveles que sirve como broche perfecto a la pelicula.

(c) 2010 Jordi Flotats