FURIA DE TITANES 3D

Poca furia y ningún titán

Furia de Titanes es el remake de la película homónima de Desmond Davis estrenada en 1981, una historia de aventuras que intentaba poner en imágenes el mito de Perseo apoyándose en un reparto con grandes actores (Lawrence Olivier o Maggie Smith) y en los efectos visuales de Ray Harryhausen, el último trabajo de uno de los pioneros en este campo. Para la versión de 2010 se ha intentado repetir la fórmula, buscando un reparto y unos efectos espectaculares y sin (aparentemente) ningún otro objetivo que actualizar el aspecto de la película usando las avanzadas técnicas CGI actuales para lograr monstruos y entornos más espectaculares. La película, rodada originalmente en 2D, se ha convertido al formato 3D a posteriori para aprovechar el tirón de taquilla.

Argumentalmente, Furia de Titanes se emparenta más con la película de 1981 que en el mito de Perseo, y las diferencias en el argumento no hacen más que alejarla aún más de él, así que los amantes de la mitología griega pueden pasar un mal rato viendo lo poco que tiene que ver lo que cuenta la película con el mito tal y como ha llegado hasta nuestros días. Los guionistas han tomado libremente nombres de personajes, los monstruos más espectaculares y algunos hechos que les llamaron la atención para crear una historia llena de elementos clásicos del cine de acción de Hollywood: la rebelión de un pueblo contra un tirano lejano, la venganza, el enfrentamiento padre-hijo y un protagonista elegido para la gloria debido a sus características innatas.

Furia de Titanes cuenta la historia de Perseo, hijo de Zeus y una mujer mortal que fue abandonado para que muriera en el mar por su padrastro, pero que fue salvado por una familia de humildes pescadores que lo criaron como si fuera hijo suyo. Pero el destino quiso que el pesquero de sus padres adoptivos fuera enviado al fondo del mar por Hades cuando este estaba castigando a los soldados de la ciudad de Argos por rebelarse contra la tiranía de los dioses olímpicos. En el Olimpo, Hades intriga contra Zeus instigándolo a castigar a Argos con severidad soltándoles al Kraken a menos que les sacrifiquen a Andromeda (Alexa Davalos), la hija del rey, antes de diez días. Perseo, motivado por sus deseos de venganza contra Hades y acompañado por un grupo de soldados de la ciudad saldrá en busca de una forma de derrotar al monstruo.

La película busca la espectacularidad en todo momento, intentando sacar nuevos monstruos y nuevos escenarios grandiosos a cada escena. También intenta dotar a la acción de un ritmo alto, intercalando combates y escenas movidas cada poco tiempo para impedir que el aburrimiento (¿o quizá el argumento?) no cale en el espectador; en resumen: cine palomitero que pretende entretener sin hacer pensar demasiado al respetable; lo que no tiene nada de malo si cumple con el objetivo. El problema es que en mi caso sólo lo consiguió parcialmente.

Furia de Titanes me pareció una mala película, pero no porque su argumento sea adocenado y simplón, sus diálogos acartonados y llenos de tópicos y sus personajes meros estereotipos oxidados; eso podría obviarlo dado que el objetivo de la película no es deleitar nuestro lado intelectual. Furia de Titanes me pareció mala porque ni entretiene mucho ni llega a cautivar en ningún momento; la dirección de Louis Leterrier, un director especializado en el cine de acción de baja calidad hasta el momento, es plana y poco inspirada. La película no logra elevar el tono ni la tensión en los momentos que deberían ser álgidos, especialmente en las escenas finales.

En el plano meramente visual la película gana algunos puntos en el diseño de las fantasiosas ciudades y criaturas y los pierde en un diseño de vestuario completamente kitsch que hace parecer a una reunión de dioses olímpicos una fiesta de disfraces. Los paisajes, también generados informáticamente, parecen muy irreales pero resultan espectaculares.

Los actores en general pasan desapercibidos. Los mejores, Liam Neeson y Ralph Fiennes, se esconden detrás de una caracterización divina que a veces llega a rozar el ridículo y unos personajes que tienen poco peso en la trama. Sam Worthington realiza el mismo papel de héroe de acción taciturno que en Terminator 4, poniendo carisma pero poco sentido del humor. De los demás actores sólo los compañeros de Perseo y Gemma Arterton en el papel de Io tienen suficiente relevancia como para poder destacar, pero por desgracia no lo hacen demasiado.

En el apartado visual, la transformación a 3D merece comentario. Furia de Titanes se rodó originalmente en 2D, sin tener en cuenta si se transformaría a tres dimensiones. Para aumentar el tirón de taquilla se sometió la película a un proceso de dimensionalización, una conversión informática del material en 2D a 3D. Los problemas de este proceso son básicamente dos: el primero es que si no se trata manualmente la conversión plano por plano la conversión se realiza con una profundidad uniforme, el segundo que al realizar la conversión de algo rodado y pensado para 2D se corre el riesgo de de tener escenas con muchos travellings y/o movimientos bruscos que se verán confusos y mareantes en 3D. Aparte de eso, hay que tener en cuenta que las gafas que se usan en 3D reducen un 30% la luminosidad de la pantalla, lo que puede dar lugar a cintas demasiado oscuras.  Furia de Titanes podría ponerse como ejemplo de mala conversión porque cae en todos estos problemas: la profundidad uniforme crea falsas imágenes y distorsiona la percepción de tamaño; los movimientos bruscos de las peleas provocan confusión y en conjunto la película se ve demasiado oscura.

Sólo me queda no recomendar mucho esta película a nadie, no me pareció que valiera mucho la pena en ningún aspecto, especialmente en los que quería destacar: espectacularidad y entretenimiento. Y aunque espero equivocarme, sus buenos resultados en taquilla y su final abierto hacen augurar más continuaciones. No les costará mucho mejorar a su predecesora.

(c) 2010 Jordi Flotats