LOS HOMBRES QUE MIRABAN FIJAMENTE A LAS CABRAS

Una película muy marciana con un reparto de lujo

Los hombres que miraban fijamente a las cabras es una adaptación del libro del periodista británico Jon Ronson basado en la investigación del documentalista John Sergeant. El libro intenta desentrañar las investigaciones que llevó a cabo el ejército estadounidense sobre las posibles aplicaciones militares de lo paranormal y las técnicas New Age durante más de tres décadas. Aunque pueda sonar a broma, parece que realmente investigaciones de ese tipo fueron llevadas a cabo, e incluso en el actual conflicto de Irak parecen haberse aplicado técnicas nacidas de estos desarrollos. La película se basa libremente en este material para armar una trama coherente, simplificando mucho y eliminando y fusionando personajes del libro.

La película está narrada por uno de sus protagonistas, el periodista Bob Wilton (Ewan McGregor), que tras su divorcio tiene una crisis existencial y decide dejar la tranquilidad de su periódico local por ser corresponsal en la última Guerra del Golfo. Mientras está en Kuwait esperando entrar en Irak, conoce a Lyn Cassady (George Clooney), un hombre del que había oido hablar durante la entrevista que realizó tiempo atrás a un pirado que afirmaba que tenía poderes mentales y que había formado parte de una unidad secreta del ejécito americano que experimentaba con lo parapsicológico. Atraído por esta historia, decide acosar a Cassady, que finalmente accede a que lo acompañe en su misión secreta en Irak. Cassady le cuenta que durante los ochenta Bill Django, un veterano de Vietman y seguidor de todas las tendencias New Age, creó un grupo especial en el ejército, el Ejército de la Nueva Tierra, cuya misión era cambiar el tipo de combate y guiar a Estados Unidos y al mundo a una nueva era de paz global. Este grupo se dedicaba a descubrir y entrenar capacidades tales como la localización de personas a distancia, la lectura de pensamiento, atravesar paredes o incluso matar a una cabra mirándola fijamente. Como pronto descubrirá Wilton, la misión y la situación actuales de Cassady son poco claros.

Los hombres que miraban fijamente a las cabras es una película bastante marciana, con un argumento que mezcla una historia que ensalza los valores de pacifismo, tolerancia y permisividad nacidos en los años sesenta y setenta con un humor a ratos muy negro. La película es una historia de ilusos, de perdedores, empezando por el torpe y convencional periodista protagonista y continuando por los personajes de Cassady y Django, llenos de ilusión e idealismo, pero bastante patéticos de cara a los resultados prácticos, sobre los que se autoengañan con una ceguera pasmosa. Pero la película consigue que los perdedores sean entrañables, que el espectador simpatice con ellos y que incluso logren una merecida redención. Que nadie espere una trama llena de conspiraciones y tapaderas o un despliegue de acción y poderes especiales; la película tiene un ritmo pausado, mezclando la trama que transcurre en la actualidad con flashbacks que cuentan cómo nació Ejército de la Nueva Tierra. Su comedia es ligera, con un humor bastante absurdo que a mi francamente me divirtió pero que no puede calificarse de muy convencional.

En mi opinión la principal baza de la cinta es su excelente reparto lleno de grandes actores que logran estar a la altura de lo esperado. Ewan McGregor, camaleónico como siempre, explota su vis cómica con su eficacia habitual, componiendo a un personaje mediocre que está viviendo la aventura de su vida. George Clooney, que lleva buena parte del peso de la película, da vida a un personaje que vivió su época dorada cuando descubrió y comenzó a explotar sus talentos y que tras abandonarlo ahora busca la redención. Lyn Cassady es un personaje complejo; un idealista convencido de la santidad de su misión, alguien que afirma poseer poderes y técnicas especiales, que o bien no pone en práctica o no parecen funcionar mucho, pero que está convencido que lo hacen. Clooney logra algo tan difícil como resultar gracioso cuando su personaje resulta ridículo para luego dotarlo de dignidad y credibilidad cuando el guión lo requiere. Jeff Brigdes compone a un personaje que le va como anillo al dedo; un hippy que logró su sueño: intentar aplicar su ideología a una institución a priori tan poco receptiva como el ejército. Bridges crea a un iluminado, un visionario que con su carisma y convicción logra poner de su lado a gente de entrada poco dispuesta a hacerle caso. Kevin Spacey es la serpiente en el Jardín del Edén, un personaje retorcido y envidioso que cuando ingresa en la unidad especial envenenará su ambiente.

Los hombres que miraban fijamente a las cabras es una película irregular, con fragmentos meritorios y muy divertidos y partes menos interesantes. En mi opinión, los grandísimos actores y algunos momentos y detalles divertidísimos logran elevar el tono de la película, que sin eso sería bastante mediocre. La dirección del también actor y guionista Grant Heslov, que ya colaboró con Clooney firmando el guión de Buenas noches y buena suerte me ha parecido bastante plana y poco inspirada, haciendo que la película transcurra con poco ritmo. Creo que el resultado final, sin ser malo podría haber resultado mucho mejor, dado el buen material argumental de partida y el gran reparto.

(c) 2010 Jordi Flotats