LA CINTA BLANCA

La película cumbre hasta el momento de Michael Haneke

La cinta blanca es la película que más premios y reconocimiento ha proporcionado hasta el momento a su director, Michael Hanake, un cineasta perturbador conocido por la dureza y escasa piedad que muestran sus trabajos. La película fue declarada vencedora en el Festival de Cannes, mejor película de 2009 en los premios de Cine Europeo, mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro y nominada al Oscar por la misma categoría. La cinta blanca no es menos dura ni feroz en su planteamiento que Funny Games o La Pianista, pero su análisis de la sociedad alemana de preguerras y su estudio de los orígenes del mal, de las sociedades enfermas, ha cautivado a la crítica internacional.

La cinta blanca está ambientada en un pequeño pueblo dedicado a la agricultura del norte de Alemania durante 1913, cuando empiezan a producirse sospechosos accidentes y brutales agresiones que perturban la aparente paz de la vida rural. La película está narrada por el maestro del pueblo ya en su vejez, recordando muchos años depués los terribles hechos que allí se produjeron. La película hace hincapié en las familias del médico del pueblo, del pastor, del barón, líder social y propietario de medio pueblo y de su administrador, mostrando sin tapujos la brutalidad y la mediocridad de una sociedad de gente educada, civilizada y piadosa de puertas afuera que utiliza y tortura sin vacilaciones a sus muchos hijos, a veces considerando que es su deber, a veces ni siquiera eso. También muestra las primeras terribles consecuencias de esta educación en unos niños que tras una brutal guerra y una terrible crisis, serán los adultos de la época del nazismo, los que callarán y mirarán a otro lado o participarán en atrocidades.

La película está fotografiada en un blanco y negro que le sienta muy bien a varios niveles. Por un lado, simbolizan perfectamente el mensaje de la película, el blanco, de la cinta blanca, simboliza una pureza, una inocencia libre de pecado y libre de escándalo a la que se intenta conducir a los niños, no importa bajo qué brutales métodos; el negro representa la oscuridad de los interiores de las casas, tanto literal como figuradamente.

El blanco y negro también realza un minucioso trabajo de documentación de los artífices de la película, que buscaron a través de fotografías de la época el máximo realismo posible en el vestuario y forma de vida de la gente. Ese trabajo, acompañado de una fotografía espléndida, provoca que la película realmente dé la impresión de realismo que podría tener un documental con imágenes de la época.

Como en casi todos los trabajos de Michael Haneke, en la La cinta blanca la violencia y los hechos más terribles no se muestran al espectador, Haneke los oculta tras puertas cerradas o mediante elipsis, pero en cambio no duda en mostrar sus consecuencias en las víctimas; no puede decirse lo mismo de la violencia verbal, hay algunos diálogos brutales y estremecedores. La película tiene un ritmo pausado y lento que desgrana de forma implacable una historia terrible plasmada en un guión excelente, que cuenta lo que quiere contar en sus varios niveles de lectura. A mi la película me dió bastante más miedo que muchas películas de terror, ya que pone al desnudo al monstruo más horroroso, el hombre, y peor aún, al colectivo, a la manada. La cinta blanca es una película muy triste, un retrato de una sociedad enferma, donde la felicidad y la alegría parecen quedar sólo para los niños más pequeños o los retrasados mentales, hecho puesto aún más en evidencia por la falta de banda sonora.

El cásting de la película es muy bueno, con un grupo de actores muy sólido que realizan interpretaciones muy contenidas pero muy convincentes. Los actores infantiles destacan especialmente por su naturalidad y realismo. De los adultos asusta y repugna la magnífica composición del pastor local de Burghart Klaußner.

No me queda más que recomendar esta magnífica película, un estudio implacable de cómo se perpetúa la violencia a través de la educación y de sus temibles consecuencias en los niños, víctimas que pueden acabar siendo verdugos, rodada con una tremenda sobriedad; triste y terrible pero que evita el melodrama a toda costa; lenta y bastante larga, pero que pasa en un suspiro y pega a la silla al espectador. En mi opinión una de las mejores películas de 2009.

(c) 2010 Jordi Flotats