ACCIDENTS HAPPEN

Un fantástico drama con toques de comedia negra

Accidents Happen supone el debut cinematográfico del músico australiano Andrew Lancaster con una película con la que ha colaborado estrechamente con su guionista Brian Carbee. Lancaster, tras haber colaborado con Carbee en el corto In Search of Mike, decidió embarcarse con él y el productor  Anthony Anderson en el proyecto de Accidents Happen, cuyo guión, terminado en 2004 se basaba en la propia infancia del guionista en la década de 1980 en Connecticut. Pero encontrar financiación para el proyecto retrasó el rodaje hasta 2008, y éste tuvo lugar en Australia y no en Connecticut como era la intención inicial para recortar al máximo los costes.

Accidents Happen es un drama familiar, no exento de un humor negrísimo, sobre la familia Conway. La vida de los Conway quedó marcada para siempre por un accidente de tráfico en el que una hija perdió la vida, un hijo quedó en estado vegetativo en una cama de hospital; hecho que dejó traumatizados a los dos hermanos restantes y a los padres. Años después del hecho, los padres, Ray (Joel Tobeck) y Gloria (Geena Davis) se han divorciado y los hijos adolescentes Billy (Harrison Gilbertson) y Larry (Harry Cook) se han quedado con ella. La película está contada a través de Billy, el hermano aparentemente más centrado, muy propenso a estar cerca de accidentes. A Billy la vida no le va muy bien, su madre, amargada y sarcástica, delega mucha responsabilidad sobre él, no se lleva muy bien con su hermano, y sus frecuentes visitas a su otro hermano vegetativo en el hospital no le ayudan mucho. Su padre fue alejado de la familia por su madre tras el divorcio. Con todo esto encima, Billy empieza a frecuentar a un amigo del barrio y empiezan a hacer gamberradas para liberar la tensión, lo que acaba provocando otro accidente que volverá a cambiar las vidas de todo el mundo.

Aunque lo que acabo de contar suena a total melodrama, Accidents Happen no lo es; lo evita la construcción de los personajes, su realismo en el trato de las situaciones y el frecuente humor negrísimo que impregna la película, incluidas algunas de sus escenas más duras. Porque es fácil creerse a esos personajes, empatizar con ellos; sus reacciones son naturales, casi todo el mundo habrá visto o vivido ese tipo de relaciones con en su propia familia o en su propio barrio, especialmente si ha sido en un pueblo o en un suburbio.

Accidents Happen me pareció una gran película, en todos sus apartados. Su guión es magnífico, porque además de dibujar a gente de carne y hueso es capaz de contar además una historia de crecimiento, de madurez, evitando todo dramatismo fácil y cualquier tipo de tópico o autocomplacencia. El guión es capaz de emocionar y de hacer reír, a pesar de contar una historia triste y tener una visión de la vida dura y realista.

Las interpretaciones son también impresionantes. Empezando  por Geena Davis, con un personaje amargado por la tragedia pero con un sarcasmo y un sentido del humor que queman como ácido. Suyas son las mejores frases de la película y su relación con su hijo Billy es el motor de toda la narración. Sólo una actriz tan buena como Davis podría interpretar convincentemente un personaje tan amargo y hacerlo humano, realista y con el que es posible, no sólo empatizar, sino acabar riendo de sus a veces crueles comentarios. Andrew Lancaster, el director, comentó que además Davis ayudó mucho al resto del reparto, muy joven e inexperto a aportarles tranquilidad. De hecho, los jóvenes actores están superlativos, empezando por el protagonista, Harrison Gilbertson, pero perfectamente secundado por Harry Cook (su hermano) y Sebastian Gregory (su amigo gamberro). Sus interpretaciones son naturales, fluidas, creíbles; nunca sobreactúan y son capaces de transmitir los ricos matices que el guión aporta a sus personajes.

El trabajo de fotografía y dirección también puntúa muy alto en Accidents Happen. Ya desde su magistral arranque a cámara lenta (el tráiler de la película), el trabajo de Ben Nott, el director de fotografía y el del propio Lancaster puntúan muy alto. La cámara sigue a los personajes mostrando de forma inteligente con primeros planos y planos más generales, tanto sus propios pensamientos como sus relaciones con los demás. El ritmo de la película también es el idóneo para la historia: no corre pero no para, le permite fluir hasta su más que satisfactoria conclusión . También destacable el trabajo de ambientación y decoración, no sólo por mostrar la parafernalia de los ochenta sinó por lo realista de las casas que retrata, con típicos desórdenes y acumulaciones de objetos que muestran las casas donde de verdad vive gente.

Accidents Happen me ha parecido una película magnífica, fantástica en todos sus apartados, una historia que atrapa, conmueve y divierte; un pedazo de vida, escrita y rodada de forma impresionante. Uno de los mejores debuts cinematógraficos que recuerdo. Espero con ansia los próximos trabajos de Andrew Lancaster y Brian Carbee.

(c) 2009 Jordi Flotats