CHAW

El Tiburón coreano es un jabalí

Las películas The Host (2006) de Bong Joon-ho y D-WAR (2007) de Hyung-rae Shim contribuyeron a popularizar el género de las monster movies en la cinematografía coreana con buena acogida de público y de la crítica, especialmente la primera. Siguiendo su estela se ha realizado Chaw, una película de monstruo donde esta vez la malvada criatura no es una bestia imaginaria sino un gigantesco jabalí devorador de personas.

El argumento de Chaw le parecerá familiar a quien haya visto Tiburón: un policía de ciudad, Kim Kang-soo (Eum Tae-woong), es destinado a al pequeño pueblo de Samaeri, una localidad agrícola cerca del bosque donde no se comente un crimen desde hace más de diez años. Y si se cometiera, los inútiles policías locales tampoco se darían cuenta. Allí trabaja Byun Soo-ryun (Jung Yu-mi), una zoóloga con sueños de grandeza que estudia animales salvajes.  Y también vive allí un cazador retirado, Chun Il-man (Jang Hang-sun), que tiene una historia complicada con su ex-alumno Baek Man-bae (Yoon Jea-moon), un cazador más mediático. Kim llega justo cuando empiezan una serie de ataques mortales de un jabalí a la población local; los líderes del pueblo, nerviosos, se niegan a cancelar una feria local de comida orgánica que esperan que aporte beneficios al pueblo.

Chaw es ciertamente una película curiosa; por un lado tenemos una película de monstruo que cumple con los cánones del género con eficacia y que no ha escatimado en gastos: se ha rodado en preciosas localizaciones de San Francisco (los mismos bosques donde se rodó Star Wars) y Corea; el jabalí está generado por ordenador con solvencia, en la mayor parte de sus apariciones está muy bien integrado con los fondos y resulta bastante convincente, especialmente gracias a unos inspirados efectos sonoros. Por otro lado la película tiene un aire de comedia que no suele resultar frecuente en este tipo de producciones. Muchos de los personajes de la película son directamente freaks: la madre medio loca del policía protagonista, la bruja que vive en el pueblo o el jefe de policía tonto; muchos otros tienen rasgos exagerados más propios de las parodias, como el cazador mediático, la naturalista zumbada, el detective que no se quita nunca las gafas de sol (incluso de noche y cuando duerme). El humor alterna entre grueso y absurdo, a veces ambas cosas a la vez.

Para mi gusto, la película funciona bien cuando se centra en el monstruo, las escenas en que el jabalí acecha a los lugareños o el ataque a la feria están muy bien resueltas, mostrando siempre lo mínimo y con unos inquietantes efectos de sonido. También están muy bien la persecución y la cacería finales, rodadas con ritmo y con tensión. La parte de comedia la encontré irregular; divertida a ratos, especialmente cuando hace hincapié en lo absurdo y sale a relucir un humor negro y bastante marciano, menos divertida con los chistes gruesos, especialmente los más reiterativos. Los personajes son pura caricatura, más propios de una parodia, lo que lastra bastante las partes rodadas como película de terror.

Realmente es difícil etiquetar a Chaw, demasiado humor para ser una monster movie seria, demasiado argumento, medios y personajes para ser una parodia. Y en todo caso humor demasiado marciano para todos los paladares (al menos fuera de Corea). En conjunto me divirtió, a pesar de sus fallos y de su algo excesivo metraje; es una película que recomiendo que se visione sin expectativas, sin esperar una película de terror y a ser posible entre amigos.

(c) 2009 Jordi Flotats