THE READER

Una minuciosa adaptación de la novela de Bernhard Schlink

En 1995 el jurista y escritor alemán Bernhard Schlink publicó su novela El lector, que se alejaba de las novelas de detectives que había publicado anteriormente y que cosechó un éxito importante, siendo traducida a 39 idiomas y generando una considerable dosis de polémica y debate. El lector, al parecer parcialmente autobiográfica, trata de cómo las generaciones de alemanes posteriores a la Segunda Guerra Mundial trataron con la culpa heredada de los crímenes de los nazis y de cómo en cierto modo no les quedó más remedio que juzgar a sus padres por ellos.

El lector cuenta como Michael Berg, un adolescente de quince años, conoce casualmente a una mujer de 36 y acaba teniendo una relación ella durante unos meses. Hanna, la mujer, mantiene con él una relación muy física pero emocionalmente distante, mostrándose ocasionalmente fría y agresiva. También le gusta que Michael le lea en voz alta y acaban ritualizándolo en sus prácticas amorosas. Un día Hanna desaparece súbitamente sin dejar ningún tipo de aviso ni mensaje, dejando a Michael destrozado.

Años después, Michael, ahora estudiante de leyes, asiste al juicio de unas antiguas guardianas de las SS de un campo secundario de Auschwitz que, entre otras crueldades, dejaron morir a más de trescientas prisioneras en un incendio durante la evacuación del campo. Allí descubre con estupor que Hanna está entre las acusadas. A partir de aquí, Michael, que tenía una opinión muy tajante sobre la barbarie nazi, intentará reconciliar la condena incondicional de sus crímenes con intentar entender la perspectiva de los verdugos, algo prácticamente imposible.

La historia de Michael intenta simbolizar la de una generación de alemanes que crecieron en la postguerra y que tuvieron que lidiar con la carga moral dejada por sus mayores, la de Hanna podría incluso verse como una metáfora del propio Holocausto.

En mi opinión lo que hace al libro una gran lectura aparte de su interesantísimo tema es el lenguaje simple y descargado de adjetivos sobrantes de Schlink y la gran intensidad y emoción con el que está escrito.

En 1998, los derechos del libro fueron adquiridos y en 2007 se puso a rodar el proyecto con el director Stephen Daldry (Billy Elliot, Las Horas) al frente. Inicialmente para el papel de Hanna se seleccionó a Kate Winslett, pero tuvo que ser sustituida por Nicole Kidman, pero no pudo finalizar el rodaje debido al rodaje de Australia y a su embarazo, con lo cual se volvió a contratar a Winslett. Para la adaptación de la novela a pantalla se encargó a David Hale, que intentó respetarla al máximo, tomándose pocas libertades.

El casting de la película es realmente lujoso; aparte de Winslett, se contó con Ralph Fiennes para interpretar al Michael Berg adulto y con David Kross, de 17 años, para interpretar al Michael Cross joven. Los tres bordan sus actuaciones, destacando Kate Winslett, que como siempre borda su papel y David Kross que interpreta con gran naturalidad y muchos matices al Berg adolescente y al Berg universitario.

También es destacable el esfuerzo de ambientación realizado, especialmente en la Alemania de postguerra en pleno proceso de reconstrucción y la elegante fotografía y factura general de la película.

The Reader es una película notable que recomiendo a todo el mundo, lo que en mi opinión no le hace alcanzar la excelencia es una cierta frialdad, una falta de garra y de intensidad en algunos momentos que impiden la plena comunión del espectador; quizá la estoy comparando demasiado a la novela, que no va faltada de estas características o quizá es el sello de Stephen Daldry, ya que estos aspectos me recuerda a Las Horas, su anterior trabajo, también elegante y bien realizado pero frío y falto de brillantez.

(c) 2009 Jordi Flotats