TOKYO!

Tres visiones desde el exterior, tres historias de Tokyo

Tokyo! es una película en tres episodios centrados en esta fascinante metrópolis, símbolo de la modernidad japonesa, dirigidos por directores foráneos que una visión desde el exterior: los franceses Michel Gondry y Leos Carax y el surcoreano Bong Jong-Ho.

Michel Gondry dirige el fragmento Interior Design, siguiendo sus habituales directrices estilísticas y visuales. Gondry siempre ha excelido en la imagen, dándole una importancia capital en sus trabajos y usándola para crear metáforas visuales de lo que quiere narrar.

Interior Design cuenta como una pareja joven se va a vivir a Tokyo; él quiere ser director de cine y viene con su primer trabajo (de poca monta) bajo el brazo para intentarse abrir camino; ella no lo tiene tan claro y espera encontrar su vocación. Antes de encontrar su propio piso se instalan temporalmente en la microresidencia de una amiga, pero encontrar piso en Tokyo no es nada fácil con poco dinero y su estancia se va alargando y la situación se va tornando más violenta. Para colmo, ella no acaba de encontrar su vocación ni su lugar en el mundo, sintiéndose inútil.

Interior Design, rodada con la solvencia habitual de Gondry, retrata el Tokyo poco glamuroso pero lleno de vitalidad de la gente normal que vive allí. La fotografía es magnífica y las interpretaciones de los actores muy sólidas. La historia cuenta muy bien en sus cuarenta minutos de duración como se puede abusar de la amistad aún sin pretenderlo y sobre todo nos habla del anhelo de mucha gente de ser útil, a sus seres queridos o a la sociedad, un anhelo muy japonés. En una preciosa metáfora visual, la protagonista encuentra finalmente su nicho de utilidad, que aunque tremendamende modesto, es eficaz, necesario y la hace feliz.

Merde, el fragmento de Leos Carax, es el más flojo de los tres. Merde cuenta como un hombre que vive en las cloacas de la ciudad sale de vez en cuando molestando y asustando a la gente, llegando al extremo de lanzar granadas de la Segunda Guerra Mundial en los accesos a una estación. Cuando finalmente es capturado, resulta que habla un idioma desconocido del que sólo se encuentra un intérprete en el mundo, un abogado francés que pasa a representarlo en el juicio.

Merde no tiene ni pies ni cabeza; supongo que la intención del director era mostrar el miedo de la gente a lo desconocido y extraño, mostrando ataques en lugares claramente públicos, como los apuñalamientos aleatorios que ha habido en las calles de Tokyo o la gente que empuja a desconocidos a las vías del metro. Pero eso es sólo una suposición. Básicamente este fragmento, con largas secuencias de un individuo hablando en un idioma inventado ridículo, no tiene ni pies ni cabeza; y lo peor, tampoco tiene gracia ni interés.

Shaking Tokyo, el fragmento de Bong Joon-ho, cuenta la historia de un hikikomori, un hombre que vive recluido en su casa desde hace años, sólo contactando con el mundo para pedir pizza. En su casa se apila ordenada y cuidadosamente toda la basura que ha generado, incluyendo todas las cajas de pizza que ha pedido a lo largo del tiempo. Su rutina cambia cuando se presenta una chica repartidora y hay un pequeño terremoto. Desde ese momento se enamora de ella y tiene que luchar una dura batalla consigo mismo para poder salir de casa y encontrarla, ya que ha dejado su trabajo como repartidora.

Shaking Tokyo es una pequeña historia de amor muy bien realizada, con mucho sentido del humor, pero muy corta; un mayor desarrollo se agradecería, ya que el tema de los hikikomori da para mucho.

En conjunto Tokyo! merece un visionado; Interior Design supone un arranque magnífico al film; su principal hándicap es el segundo fragmento, sin pies ni cabeza y francamente molesto a ratos y que el tercero, que recupera el nivel del primero, se acaba enseguida, sin tiempo a reconciliarse con la película.

(c) 2008 Jordi Flotats