MONGOL

Una superproducción épica multinacional sobre Gengis Khan

Hace unos años hubo un auge del cine épico y grandioso en Hollywood, con producciones colosales de época como la entretenida Gladiator (2000) o las mucho menos conseguidas Troya (2004) y Alejandro (2004); o de ambientación algo más reciente como las pretenciosas El paciente inglés (1996) y Cold Mountain (2003), pero en los últimos tiempos parece que ha pasado la moda y se ha vuelto a abandonar este tipo de cine. En Asia, en cambio este tipo de cine continua gozando de buena salud, producciones como Musa, The Warrior (2001), Hero (2002), Guerreros del Cielo de y de la Tierra (2003), La casa de las dagas voladoras (2004) o Siete Espadas (2005). Estas películas forman un subgénero en sí mismas por sus características propias: multitud de extras, vestuario exhuberante y espectacular, dosis variables de artes marciales y fantasia y argumento muy escaso.

Mongol es un caso muy curioso, la película es una coproducción entre Alemania, Rusia y Kazakhstan, con un presupuesto de 15 millones de euros, un equipo básicamente ruso, rodada en idioma mongol en China y Kazakhstan y que cuenta con un el actor japonés Tadanobu Asano como protagonista. Esta curiosa mezcla da lugar a una película que no puede ponerse ni en el mismo saco que las producciones de Hollywood ni en el de las producciones chinas o coreanas.

Mongol cuenta la primera etapa de la vida de Temudgin, el que sería conocido como Gengis Khan, el hijo mayor de un jefe de una pequeña tribu mongol. De niño, después de ser prometido a la hija del jefe una tribu enemiga, Temudjin elige a una niña de una tribu cercana. Cuando su padre es asesinado, su vida se complica mucho, ya que es demasiado joven para sucederlo y también para que el sucesor, Targutai le mate como posible rival; de este modo Temudjin pasará su infancia huyendo y viviendo semiprisionero esperando el momento en que le maten. Cuando se hace adulto huye con su prometida de la infancia y conoce al que se convertirá en su hermano de sangre, Jamuqa. Jamuqa le tendrá que ayudar cuando secuentran a su esposa, pero más adelante sus opiniones diferirán, convirtiéndose en rivales. Cuando es capturado y puesto en prisión en una fortaleza fronteriza china, Temudgin llega a la conclusión que tiene que unificar a todos los mongoles para poder preservar sus costumbres y modos de vida.

La película presenta una imagen de su protagonista muy distinta de la conquistador cruel y brutal que se tiene en Occidente. En Oriente se tiene una visión más matizada, su figura tiene un tinte más heroico, un poco como Alejandro Magno. Mongol presenta una imagen completamente idealizada del personaje, presentando un individuo tranquilo y tenaz, un esposo considerado y un padre más que estupendo, que además se preocupa por el bienestar de su gente y que es un guerrero cauto a la hora de presentar batalla pero feroz cuando ha empezado. La decisión final de presentar batalla y unir a toda su gente bajo su mando es tomada de modo prácticamente desinteresado, más para proteger a su pueblo de las rencillas intestinas entre tribus y clanes que para obtenerlo para sí mismo.

Cuando muchas otras películas con una historia como esta se hubieran recreado en las batallas, Mongol se inclina más por el retrato de los personajes y por mostrar los modos de vida de los mongoles de la épica; aunque muestra una gran batalla y una menor durante su duración, también se preocupa de explicar las causas que condujeron a ellas. La violencia se muestra sin muchos tapujos y las luchas están desprovistas de coreografías; los comabtes son brutales y breves. La película falla un poco en la batalla campal, con algunos efectos visuales poco lucidos que no acaban de encajar con las escenas rodadas con extras.

Los directores de fotografía de la película, el ruso Sergei Trofimov (responsable de Los Guardianes de la Noche y Los Guardianes del Día) y el holandés Rogier Stoffers (Quills, Character), han realizado un gran trabajo fotografiando las vastísimas llanuras, auténticas protagonistas de las historia. Mongol muestra con claridad y con belleza que llanuras herbosas y los horizontes interminables configuraron el carácter y la forma de vida de los mongoles más que cualquier otra cosa.

Los actores protagonistas realizan buenos trabajos; los dos niños actúan con naturalidad; el ruso Amadu Mamadakov, que interpreta a Targutai, la estrella del cine chino Honglei Sun, que da vida a Jamuqa y la estudiante mongol de periodismo Khulan Chuluun en el papel de Borte (esposa de Temudjin) realizan sólidas interpretaciones. Tadanobu Asano compone un personaje muy alejado de la imagen habitual de Gengis Khan, dotándole de una gran calma y suavidad en el trato, especialmente con su familia, pero poniendo suficiente carisma para darle credibilidad a su liderazgo.

El mayor problema de la película es que intenta contar muchas cosas en relativamente poco tiempo; la historia que cuenta de los primeros años de Temudjin, rigurosa con los hechos reales o no (sospecho que no), está llena de acontecimientos; para no excederse demasiado en el metraje la película utiliza las elipsis para dejar pasar el tiempo, pero en muchos casos deja cosas contadas a medias. Por ejemplo, después de ser esclavo varios años y fugarse, Temudjin va a buscar a su prometida y la encuentra con un hijo; Temudjin y Borte se casan, pero la película no cuenta quién era el padre o qué fue de él. O tampoco no da ninguna pista de cómo después de quedar en libertad con nada más que sus ropas Temudjin logra reunir un ejército en un año para ir a derrotar al que fuera su hermano de sangre. Esos agujeros perjudican bastante las buenas sensaciones que el resto de la película causa, no tanto durante su visionado como después de verla y pensar un poco en ella.

Pero en conjunto Mongol es una película que merece la pena ver, sólo la fotografía y la elegancia de su factura lo justifican. Aparte de eso, ofrece una historia, que si bien no es la más original del mundo está contada con convicción. Al parecer se intentarán rodar dos películas más sobre el tema, cubriendo las etapas más grandiosas de la vida del personaje; espero que se hagan con el mismo cuidado que esta, porque pueden merecer la pena.

(c) 2008 Jordi Flotats