Otra muestra del talento de Mamuro Oshii
Mamuro Oshii es uno de los creadores de anime y manga más reputados de Japón. Su perfeccionismo, el gran dominio de las técnicas de animación y sus obsesiones temáticas conforman una carrera cinematográfica única. Cofundador del mítico Studio Gibli junto con Hayao Miyazaki y Iaso Takahata, lo dejó debido a diferencias creativas. Se dió a conocer fuera de Japón con el film Mobile Police Patlabor (1989) y especialmente con Ghost in the shell (1995), uno de los títulos clave de su filmografía y que junto con Akira (1988) contribuyeron a dar respetabilidad y reconocimento internacionales al anime. En Ghost in the shell aparecen los temas recurrentes de sus filmes: la definición y los límites de la realidad, la identidad, de la personalidad y de la inteligencia. Después de Ghost in the shell sus dos títulos más destacados son Avalon (2001), su única película en imagen real, una preciosa cinta de ciencia-ficción rodada en Polonia con actores polacos y Ghost in the shell 2: Innocence, una continuación muy en la línea del primer título.
The Sky Crawlers, su último trabajo, probablemente no decepcionará a los aficionados a su cine; la animación mezcla el 3D con el 2D con maestría; el ritmo de la película es lento; transcurre en un mundo alternativo al nuestro y sus características deben ir siendo descubiertas por el espectador; existe una trama lineal pero enterrada en ella hay muchos temas que animan a la reflexión al espectador.
The Sky Crawlers transcurre en un mundo alternativo, no parece plantear un escenario futuro ni una ucronía. En este mundo no parecen existir fronteras nacionales como las nuestras. La mayor parte de la acción transcurre en una base aréa lo que podría parecer Inglaterra, donde un grupo de pilotos luchan contra un enemigo en una guerra de baja intensidad pero que no parece tener fin. Los pilotos son empleados de una corporación armamentística y la guerra es contra otra corporación rival. Aparentemente los únicos conflictos militares de este mundo son los que protagonizan las corporaciones y son retransmitidos para la población como si fueran deportes. La tecnología militar que emplean es muy parecida a la de la 2a Guerra Mundial, pero casi todos los pilotos, de aspecto aniñado son Kildren, modificados genéticamente para que no pasen de la adolescencia ni envejezcan.
Incluso para los fans de Oshii, la película puede resultar un poco difícil al principio, porque pese a empezar con un espectacular combate aéreo, el ritmo del film es tremendamente lento. Los personajes son callados, distantes, de reacciones lentas y extrañas. Todas las escenas están impregnadas de la monotonía salpicada de momentos puntuales de peligro que supone su existencia y que ellos hacen muy poco por mitigar. Las escenas de acción, aunque realizadas con virtuosismo, son más bien escasas.
En mi caso, estas pruebas iniciales a la paciencia valen la pena porque la película bien está construida y conforme avanza se van dando las razones de todos sus aparentes defectos. Sin abandonar su ritmo sereno, al final se dispone de todas las explicaciones a las preguntas que suscita la historia y de un "momento eureka" en que todo encaja a la perfección.
A la historia bien construida cabe también sumar la considerable carga de ideas de la película. Como en tantas otras ocasiones, Oshii trata el tema de la identidad personal y de la estructura subjetiva de los recuerdos y del paso del tiempo; en este caso incluso llega a ejemplificarlo adaptando el ritmo de la película a la visión subjetiva del mundo que tienen sus protagonistas. La cinta también supone una dura crítica a la banalización de la guerra; actualemente la guerra es observada desde los medios de comunicación como algo lejano, que pasa en otra parte y donde se usan máquinas fascinantes y complejas, no como conflictos donde mueren seres humanos.
En el aspecto formal la película es impecable; destacan especialmente los combates áreos, realizados en 3D con increible grado de detalle, movimientos muy suaves y grandes coreografías. Confieso que me quedé con la boca abierta al ver la primera escena de este tipo. El resto del film está en la misma línea que Innocence, con los escenarios en 3D y los personajes en 2D introducidos en ellos de forma bastante suave.
La banda sonora que firma Kenji Kawai, habitual colaborador de Oshii, merece una mención especial; aparte de ser espléndida por sí misma encaja como un guante con la película y amplifica perfectamente el efecto de las imágenes.
En conjunto The Sky Crawlers puede calificarse como una película notable, algo difícil para el espectador pero a la postre recompensante. Los fans de Oshii no se sentirán decepcionados por ella y en general la recomendaría especialmente a los aficionados a la ciencia-ficción con un trasfondo de ideas.
(c) 2008 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original:Sukai kurora.
- Año: 2008.
- Duración: 121 min.
- País: Japón.
- Director:Mamoru Oshii.
- Productor:Tomohiko Ishii, Mitsuhisa Ishikawa, Toru Kawaguchi, Seiji Okuda.
- Guión:Hiroshi Mori (historia y personajes), Chihiro Itou (adaptación).
- Música:Kenji Kawai.
- Fotografía:Hisashi Ezura.
- Productora:Nippon Television Network Corporation (NTV), Production I.G.
- Reparto:Rinko Kikuchi, Chiaki Kuriyama, Shosuke Tanihara, Ryo Kase.
- Web oficial: http://sky.crawlers.jp/