SURVEILLANCE

La ganadora del Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges 2008

Surveillance es la segunda película de Jennifer Lynch tras un paréntesis de más de diez años. Boxing Helena, su primer trabajo causó bastante controversia, cosechando halagos y críticas por igual.

Surveillance es una película rodada con medios modestos en los paisajes llanos de horizontes interminables de Saskatchewan, Canada, que ha contado con financiación internacional y actores americanos y británicos, pero que intenta retratar Estados Unidos muy directamente.

Los agentes federales Elizabeth Anderson (Julia Ormond) y Sam Hallaway (Bill Pullman), están embarcados en la caza de dos asesinos psicópatas que van dejando un rastro de cadáveres a su paso. De su última actuación han quedado tres testimonios: un policía, Jack Bennett (Kent Harper), que perdió a su compañero Jim Conrad (French Stewart) en la acción, Bobbi (Pell James), una juerguista algo drogadicta que estaba conduciendo con su novio Johnny (Mac Miller) cuando pasaron los hechos y la pequeña Stephanie (Ryan Simpkins), que iba con su familia.

Cuando llegan a la pequeña comisaría local, los agentes del FBI separan a los tres testimonios y les permiten contar los hechos desde su punto de vista, revelándose así poco a poco las incosistencias que van surgiendo de las declaraciones, cuando cada uno intenta ocultar, consciente o inconscientemente los detalles que no le interesa revelar. Cada testimonio se narra con la voz en off del testigo contando su historia mientras las imágenes nos muestran lo que realmente pasó.

A pesar del juego de mentiras e historias y del retrato que se va haciendo de los personajes, la pelicula no pierde en ningún momento su ritmo y su forma de thriller, con sorpresa final mayúscula incluida.

Los actores realizan un muy buen trabajo de respaldo de un guión que en general permite lucirse a los principales protagonistas. Bill Pullman y Julia Ormond combinan perfectamente, ella aportando seriedad y profesionalidad y él su talento para ver las incosistencias en las declaraciones. Kent Harper y French Stewart dan vida a dos policías fanáticos de las armas, que para alejar el aburrimiento de patrullar unas carreteras completamente rectas y por donde circulan muy pocos vehículos se dedican a abusar de su autoridad jugando cruelmente con viajeros al azar. Según la propia directora estos personajes son la clase de gente que vería COPS bebiendo cerveza y jugando con su pistola. Pell James da vida con verosimilitufd y convicción a una chica que toma demasiadas drogas y que se dedica básicamente a divertirse, pero que a la vez empieza a ver el precio que tendrá que pagar por ello. Pero en mi opinión es Ryan Simpkins, la niña, la que luce más en el film; su personaje está construido con total verosimilitud y su punto de vista, libre de prejuicios propios de la edad adulta, ofrece el contrapunto perfecto entre los otros dos testimonios.

Supongo que intentar dirigir películas siendo la hija de David Lynch, debe abrir muchas puertas, pero también debe cerrar otras y desde luego debe dificultar obtener opiniones libres de prejuicios y comparaciones. En este caso, aunque en la película aparece David Lynch como productor, el resultado final, para bien o para mal, es completamente independiente de su cine. La película funciona muy bien como thriller por la sólida historia que cuenta y tiene momentos muy buenos revelando con las imágines, a veces de forma irónica, a veces de forma cruel, las mentiras que cuentan los testigos. Pero precisamente que se muestre al espectador la verdad objetiva de los hechos mastica mucho las conclusiones y evita confusiones, pero en mi opinión le quita interés al resultado final y diluye la aparente intención inicial de mostrar las fabulaciones (conscientes o no) en las que todos incurrimos al contar las cosas para mostrar la cara de la “verdad” que nos es más favorable.

La sorpresa final de la película, aunque quizá no es plato para todas las mesas, a mi me gustó por lo poco frecuente y original.

En conjunto Surveillance me ha parecido una buena película, que cumple a la perfección con sus bastante modestas pretensiones y que tiene una factura impecable. Espero que Jennifer Lynch se prodigue más en el futuro.

(c) 2008 Jordi Flotats