HELLBOY II: EL EJÉRCITO DORADO

Segunda entrega de la adaptación de los cómics de Mike Mignola

Después del éxito de público y crítica de Hellboy (2004), Guillermo del Toro ha afrontado la tarea de realizar una segunda parte; tarea nada fácil queriendo apostar por evitar la repetición de clichés e intentar la evolución de los personajes y la trama. Y en mi opinión la jugada sólo le ha salido bien a medias: ha conseguido el éxito de taquilla y la logrado cambiar el aspecto de la película pero no le ha salido tan redonda como la anterior.

La trama de Hellboy II empieza un tiempo después de la primera película, con Hellboy y Liz Sherman ya viviendo juntos (con los roces que ello conlleva) en las instalaciones militares (ejem) secretas del gobierno americano dedicadas a la lucha contra entes sobrenaturales. La trama en esta ocasión gira alrededor de la búsqueda por parte del hijo de rey de los elfos de los trozos de una corona que se forjó hace eones para controlar al Ejército Dorado; un ejército de seres mecánicos construido a encargo de los elfos para luchar contra la humanidad cuando estos amenazaron con invadir sus bosques. Al ver el efecto destructivo del ejército, el rey de los elfos firmó la paz con los hombres a cambio de ser dejados en paz y dividió la corona en tres fragmentos, quedándose él con sólo uno. Esta decisión no fue compartida por su agresivo hijo, el Príncipe Nuada, hasta el punto que miles de años después ha decidido reunir los fragmentos de nuevo para luchar contra el hombre.

Aunque Mike Mignola, el creador de los cómics en que están basadas estas películas, participó en la producción y en la historia de esta segunda parte, mi sensación es que la atmósfera y los personajes diferían mucho más en esta entrega. El guión de Hellboy II está lleno de chistes y gags, demasiado lleno, ya que (al menos para mi gusto) no tenían demasiada gracia. Ya en la primera película se acentuaba la vis cómica de Hellboy, pero en esta se les ha ido la mano; Hellboy sólo pronuncia dos tipos de frases: chistes chulescos sin mucha gracia y frases sensibleras cuando aparece su lado tierno. De la misma manera Tom Manning, el supervisor gubernamental de la agencia, deriva directamente al esperpento en esta segunda entrega.

El humor grueso constante dificulta bastante entrar en la trama, bastante menos oscura que la anterior y más centrada en la mitología céltica y nórdica. Tampoco ayuda que se conozca cuál va a ser el desenlace final en el primer cuarto de hora de cinta. También cuesta tomarse en serio la parte considerable que dedica la película a la relación entre Liz y Hellboy, bastante llena de clichés.

¿Es todo malo en Hellboy II? Definitivamente no, en el aspecto visual la película es excelente, recordando en muchos momentos a El Laberinto del Fauno, con escenarios fantásticamente diseñados y fotografiados y un gran diseño de personajes. Fantástica la escena inicial en que se nos pone en antecedentes de la historia de la corona en forma de cuento imaginado por un Hellboy niño. Remarcable también el esfuerzo por intentar mostrar los motivos de los villanos por hacer lo que hacen e intentar que sean menos unidimensionales y también por mostrar que los monstruos que pueblan muchas películas no dejan de ser seres únicos en peligro de extinción.

También destacable el tempo de la película, que sabe dosificar su mejores escenas para conseguir un resultado muy entretenido.

Dado que la película ya deja la puerta abierta a la tercera entrega y el resultado de taquilla la hace posible, espero que si al final cristaliza se corrija un poco el tono del guión y pueda a volverse a disfrutar completamente de Hellboy.

(c) 2008 Jordi Flotats