BARE ASSED JAPAN

Una gamberrada de Yûya Ishii, un nuevo enfant terrible del cine japonés

Ishii Yuya es un joven y prolífico director japonés que en corto plazo de dos años ha rodado sus cuatro primeros largometrajes. Gracias al primero, Bare Assed Japan, consiguió el Gran Premio en el PIA Film Festival de Tokyo en 2007 y el Premio Edward Yang Nuevo Talento en la 2ª edición de los Asian Film Awards en Hong Kong en 2008.

Bare Assed Japan es una película extraña, de ritmo pausado y dotada de un argumento algo difuso. Komatsu Taro (Toyone Yuichi), su protagonista, es un adolescente que acaba de finalizar el instituto y que no tiene muy claro qué hacer con su vida, sólo que quiere vivirla lejos de su familia, su padre acaba de perder su trabajo y se está alcoholizando y haciendo la vida imposible a su madre. Su única buena relación es con su abuelo, que vive con ellos. Taro decide poner en práctica su sueño de irse a vivir al campo y cultivar su propia comida yéndose de alquiler a una casa casi ruinosa en un pueblo con un jardín para verduras. Para su sorpresa cuando le propone a Yoko, la chica que le gusta si quiere irse a vivir con él, ésta acepta. Los problemas empiezan cuando su padre se muda a vivir con ellos y su abuelo muere en un accidente, provocando una crisis en Taro.

Ya desde el inicio de la película, que muestra a Taro masturbándose antes de ir a su ceremonia de graduación, Ishii Yuya muestra su voluntad de epatar al público, tanto desde la vía escatológica como desde la extrañeza de unos personajes marginales de apariencia corriente, de pensamiento lento, difuso y poco coherente pero con los mismos anhelos que cualquiera. El guión está lleno de silencios, de diálogos lacónicos, de situaciones incómodas y de un humor bastante negro y sarcástico.

A pesar de gustarme y reírme con algunas partes de la película, encontré que al conjunto le falta coherencia, que los personajes secundarios están muy mal tratados, entrando y saliendo de la historia sin presentación y sin mucho sentido aparente. Tampoco encontré que la película tuviera un hilo temático muy claro aparte del (agónico) proceso de maduración personal de su protagonista, un personaje asustado de todo: del mundo laboral, del sexo y el amor y de la vida en general. Quizá Ishii Yuya quería mostrar la absurdidad y el caos de la vida cotidiana, quizá le salió así, no me quedó muy claro.

En conjunto la película me gustó bastante a pesar de su extrañeza y me divertí bastante con su encanto freak, pero opino que a Ishii Yuya le hace falta un buen guionista para desarrollar su potencial.

(c) 2008 Jordi Flotats