LA NOCHE ES NUESTRA

Un thriller con aroma al cine de los setenta

El director James Gray ha tenido una producción muy escasa pero muy interesante, sólo ha dirigido 3 películas en los últimos 13 años: Little Odessa (1994), The Yards (2000) y la recientemente estrenada La noche es nuestra.

La noche es nuestra, como las anteriores películas de Gray, está narrada con el lenguaje del cine negro, mezclando en esta ocasión el thriller con el melodrama con tintes de tragedia griega. “We own the night” (la noche es nuestra) es el lema que usaba la policía de Nueva York en los años ochenta, lo que se nos muestra en unos títulos de créditos compuestos por fotografías de la policía en plena faena por unas calles llenas de delincuencia. La película se sitúa en 1988, en pleno auge del crack, por entonces la droga de moda, Robert 'Bobby' Green (Joaquin Phoenix) es el encargado de una gran discoteca de moda propiedad de un hombre de negocios ruso, Marat Buzhayev (Moni Moshonov), cuyo sobrino Vadim Nezhinski (Alex Veadov) es un notorio traficante y gángster. Bobby lleva una vida nocturna y bastante disipada, siempre de juega con sus amigos y su novia Amada Juarez (Eva Mendes). Tiene una relación muy distante con su familia; su padre Albert Grusinsky (Robert Duvall) y su hermano Joseph (Mark Wahlberg) son ambos policías y hombres estrictos, severos y familiares y ambos desprecian su modo de vida.

La situación se complica cuando Albert y Joseph empiezan a perseguir el tráfico de drogas centrándose en intentar atrapar a Vadim, y realizan una redada en la discoteca de Bobby. Entonces empezará una guerra abierta entre la organización de Vadim y la policía que dejará atrapado en medio a Bobby y le obligará a tomar partido.

Joaquin Phoenix es el protagonista absoluto de la película, teniendo además el personaje más complejo, con un pie a cada lado de un conflicto del que hubiera preferido mantenerse al margen. Los lazos familiares le obligan a ir cambiando paulatinamente de actitud vital y de modo de vida, devolviéndole al ‘negocio familiar’ al verse forzado a tomar partido. Phoenix compone un personaje muy real y su soberbia interpretación, aunque comedida en casi todo momento, muestra perfectamente su evolución.

Mark Wahlberg y Robert Duvall cumplen perfectamente con su papel, especialmente el primero, que compone un personaje con muchos matices, el hijo responsable y obediente que ha cumplido con los deseos paternos sin rebelarse pero que en el fondo no está muy conforme con sus elecciones. Su relación con su hermano es compleja porque aunque en el fondo lo admira por haberse rebelado y haber seguido su propio camino, desprecia sus elecciones vitales.

También merece una mención especial la actuación de Eva Mendes, una chica despreocupada que debido a su amor por Bobby intenta seguir a su lado a pesar de lo difícil que se pone la situación de lo mucho que está cambiando.

Gray logra impregnar a la película de una atmósfera trágica y opresiva desde el principio usando muchos contrastes de luz y sombra y colores muy fríos a lo largo de toda la película. Todos los ambientes se fotografían con mucha verosimilitud, y eso juntado al creíble retrato que se hace de los personajes, le da a la cinta un aire muy realista y recuerda mucho a producciones de los años 70.

La película cuenta con varias escenas memorables, como una persecución de coches en medio de una lluvia torrencial mostrada desde dentro de uno de los coches al ritmo de los limpiaparabrisas, una redada en un laboratorio de crack o algunos momentos estelares en la interpretación de Joaquin Phoenix.

En conjunto La noche es nuestra me ha parecido una película muy interesante tanto por lo que cuenta como por la forma en que lo hace y me hace desear que James Gray incremente su ritmo de trabajo y no nos haga esperar mucho hasta su próxima película.

(c) 2008 Jordi Flotats