La historia de un gángster emprendedor
El cine gángsters puede considerarse un género en sí mismo, un género que ha dado algunas obras maestras que han dado puntos de vista muy diversos sobre la mafia y la delincuencia organizada; la visión épica de El Padrino y El Padrino II, donde se equipara a los jefes mafiosos a jefes de estado, que velan por los intereses de sus ciudadanos al margen de unos Estados Unidos indiferentes a su suerte contrasta fuertemente con la visión más sucia y más realista de Martin Scorsese en Uno de los Nuestros o Casino, donde la obsesión por mantener el status quo y las ganancias pasan por encima de cualquier otra consideración para los jefes mafiosos. También se ha contado bastantes veces el auge y caída de notorios delincuentes o mafiosos, como en la épica Érase una vez en América, que además supone un fresco social de distintas épocas, Scarface, en su versión de 1932 o en El Precio del Poder o en la notoria Enemigo Público, fuente de inspiración a gran número de películas.
American Gangster, de Ridley Scott bebe de forma bastante obvia de muchas de estas fuentes, tejiendo un retrato, no sólo de un personaje sino indirectamente de toda una etapa de la historia de Estados Unidos y de la ciudad de Nueva York. La película cuenta la historia de Frank Lucas (Denzel Washington), que fue guardaespaldas y chófer de un notorio gángster negro de Nueva York. Después de su muerte a finales de la década de 1960, hará cuanto sea necesario para heredar su posición y ampliar su negocio de narcotráfico. Aprovechando la guerra de Vietnam, que contribuyó a incrementar el consumo de heroína en Estados Unidos de la mano de los soldados americanos que la encontraban y consumían a bajo precio en Vietnam, Frank Lucas prescindió de intermediarios y montó una red de transporte en los aviones militares americanos, procesado y distribución de la heroína controlada por completo por él, permitiéndole vender la droga en la calle más pura y más barata que sus competidores. Como golpe final de marketing, etiquetó las papelinas de forma distintiva con la marca ‘Blue Magic’. Esto hizo que tuviera un éxito sin precedentes, amasando una inmensa fortuna y llegando a pasar por encima incluso de la poderosa mafia italiana.
La Nueva York de finales de los 60 que nos muestra American Gangster estaba presidida por unos niveles altísimos de corrupción policial. En muchas ocasiones la policía acababa por controlar, directa o indirectamente muchas actividades ilegales, además de cobrar por hacer la vista gorda en muchas otras, especialmente el Grupo de Investigación Especial, liderado por el siniestro Detective Trupo (Josh Brolin). En este ambiente, el detective de la policía Richie Roberts (Russell Crowe) pierde el favor y la confianza de sus compañeros por encontrar casi un millón de dólares sin marcar en un coche de un sospechoso y no quedárselo. Esta honestidad a toda prueba en su trabajo contrasta con las amistades de infancia que mantiene con delincuentes o con una faceta juerguista y mujeriega, que junto con la falta de incentivos económicos hace que su mujer le abandone. Esta honestidad, no obstante provoca que se le encargue la creación de un grupo especial antidroga, encargado sólo de procesar a grandes delincuentes, lo que hace que acabe topando con el imperio creado por Frank Lucas y empiece, de forma metódica y concienzuda a perseguirlo hasta lograr detenerlo.
American Gangster se esfuerza por recrear tanto el ambiente de la época como su aspecto (vestuario, peinados, coches, etc.) y en general por aportar un aura de verosimilitud casi documentalista a la película. El retrato que se hace de Frank Lucas le adorna con unas cualidades muy americanas: un hombre hecho a sí mismo de orígenes muy humildes, que visita la iglesia cada domingo y que cree firmemente en la institución familiar, lo primero que hace cuando expande su negocio es emplear a sus cuatro hermanos en él y llevar a su madre a un enorme mansión. También es un trabajador muy duro y muy exigente, tanto con sí mismo como con los demás a los que no deja pasar un error, un capitalista emprendedor, capaz de realizar un buen análisis de mercado, comercializar un producto mejor y más competitivo que el de los demás y negociar buenos acuerdos con posibles competidores y reguladores (mafia y policía). Todo eso superando los prejuicios raciales de la época y mostrando una discreción que hizo que pasara desapercibido para las autoridades durante años.
Todas esas cualidades, presentadas como genuinas por la película y sumadas al gran carisma de Denzel Washington hacen que se maquillen otros “defectillos” como el despiadado control que ejercía sobre sus rivales y la fría violencia que empleaba con cualquiera que le ofendiera o decepcionara o el flagrante hecho que se dedicara a un negocio que contribuía a la degradación de los barrios más pobres y marginales (sus dominios) y al aumento importante de muertes por sobredosis debido a la pureza superior de su heroína. Y aunque todo esto se muestra, queda bastante tapado por la oda al emprendedor que supone buena parte del metraje.
Del personaje de Richie Roberts sólo se muestran dos virtudes, la honestidad en el trabajo y el tesón. Russell Crowe, en un gran trabajo se contiene para componer un personaje anodino, de vida desordenada y disipada y muy enfocada en su trabajo y en sus estudios para llegar a ser abogado. La película, con una cierta falta de argumentación narrativa, parece explicar su honestidad en el trabajo como una licencia para poder ser deshonesto y disipado en sus otros ámbitos vitales.
American Gangster está producida con el cuidado por el aspecto visual y la fotografía propios de Ridley Scott, puntuando muy alto en ambos aspectos. En el aspecto narrativo, se centra mucho en el auge de Frank Lucas, pasando con una cierta precipitación por los motivos que propiciaron su caída, lo que acaba realzando la figura de un personaje bastante discutible y descompensando un poco una narración ya de por si muy larga (157 minutos). También destaca el apartado interpretativo de la película, Denzel Washington compone a las mil maravillas un personaje tan íntegro y carismático como los que normalmente le vemos y además lo dota de un aura peligrosa que es de lo mejor del filme. Russel Crowe se aleja de sus interpretaciones más épicas y logra componer un personaje bastante creíble a pesar de ciertas lagunas en su definición. También cabe destacar a Josh Brolin, que interpreta fantásticamente a un siniestro policía corrupto. En mi opinión el aspecto más negativo del film es una cierta frialdad en su factura, una falta de personalidad y de energía en su resultado final que en ciertos momentos hizo que mirara el reloj. Los esfuerzos para retratar la época en que se ambienta también me chirriaron en ocasiones, haciendo parecer algunas escenas como caricaturas folclóricas de los 70.
En conjunto American Gangster me pareció una buena película, aunque está lejos de ser una gran película, en mi opinión está a años luz de obras maestras como las dos primeras entregas de El Padrino, con las que intenta compartir el sentido de la épica o de Taxi Driver, con la que comparte el retrato de degradación de Nueva York en los años de la década de 1970.
(c) 2007 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: American Gangster.
- Año: 2007.
- Duración: 157 min.
- País: Estados Unidos.
- Director: Ridley Scott.
- Producción: Michael Costigan, Jonathan Filley, Brian Grazer, Branko Lustig, Nicholas Pileggi, Ridley Scott, Kehela Sherwood, James Whitaker, Steven Zaillian.
- Guión: Steven Zaillian basado en el artículo “The Return of Superfly” de Mark Jacobson.
- Música: Marc Streitenfeld.
- Fotografía: Harris Savides.
- Reparto: Denzel Washington, Russell Crowe, Chiwetel Ejiofor, Josh Brolin, Lymari Nadal, Ted Levine, Roger Guenveur Smith, John Hawkes, RZA, Yul Vazquez, Malcolm Goodwin, Ruby Dee, Ruben Santiago-Hudson, Carla Gugino, Skyler Fortgang.
- Productora: Universal Pictures, Imagine Entertainment, Relativity Media, Scott Free Productions.
- Web oficial: http://www.americangangster.net/