ARMA FATAL

Nueva parodia de los autores de Zombies Party

La parodia podría considerarse un género cinematográfico en sí mismo, y un género nada fácil de cultivar, ya que al reírse de unos determinados clichés se corre el riesgo de caer en los mismos o de abusar tanto de ellos que se obtenga una película de retales, sin hilo argumental ni personajes como tales. También es frecuente que las parodias se hagan sin mucha o directamente sin ninguna inteligencia ni sutileza, ambas cosas necesarias para poder realizar parodia poniendo el dedo en la llaga. El cine americano está lleno de ejemplos de estas carencias, véanse Aterriza como puedas, Hot Shots o las diversas Scary Movies, que pueden tener momentos puntualmente divertidos pero que en general resultan muestras de estulticia y humor charro y en ningún caso películas sostenibles en sí mismas.

Arma Fatal, el segundo trabajo del director británico Edgar Wright después de Zombies Party, no tiene prácticamente ninguno de estos defectos. En una lectura superficial la película puede considerarse una parodia de las buddie-movies, películas de acción protagonizadas por una pareja de policías con fuertes contrastes de personalidad y/o aspecto que suelen acabar con un despliegue pirotécnico de violencia. Pero aparte de esto, en Arma Fatal pueden encontrarse más elementos: cariño por las películas de las que se ríe, una mirada ácida al modo de vida rural británico, frecuentemente idealizado por el cine y en general un guión, una historia y unos gags consistentes en sí mismos que hacen que la película funcione bien aun en el caso que no se haya visto ‘Le llamaban Bodhi’ o “Dos policías rebeldes”.

La película cuenta el traslado del policía más competente de Londes, el sargento Nicholas Angel (Simon Pegg) al bucólico pueblecito de Sandford, nombrado mejor pueblo de Inglaterra durante varios años seguidos. El motivo del traslado es claro: su excesiva competencia, que pone en evidencia a sus compañeros y especialmente a sus superiores. El exceso de celo y la obsesión por el trabajo de Angel hace que su adaptación a Sandford sea bastante traumática. El régimen de trabajo indolente y festivo de sus compañeros en la comisaría (y su cuestionable inteligencia) y en especial del compañero que le asignan, Danny Butterman (Nick Frost) junto con el estilo de vida de Sandford, donde nunca parece suceder nada y los festivales y fiestas benéficas con representación de la policía parecen sucederse sin interrupción, provocan dosis considerables de stress e infelicidad a Angel. Una cadena de brutales asesinatos, que sus compañeros califican absurdamente de accidentes hará que se tenga que enfrentar (literalmente) a todo el pueblo para averiguar la verdad.

El guión, de Edgar Wright y Simon Pegg, cuenta la historia con eficacia, dosificando bien los gags y momentos divertidos para mantener el nivel de interés, reservando buena parte de la ‘artillería’ para un final de película prácticamente redondo. Los actores realizan su trabajo con solvencia, resultando divertidos sin llegar a cargar demasiado las tintas ni sobreactuar. Precisamente esta dosificación de la acción y su final hacen que en mi opinión, Arma Fatal supere a Zombies Party, que se desinflaba mucho en su parte final.

Como resumen no me queda sino recomendar esta película, ideal para pasar un rato divertido y desear que la asociación de Edgar Wright y Simon Pegg continúe dando buenos frutos.

(c) 2007 Jordi Flotats