CITY OF VIOLENCE

Trepidante cinta de acción y artes marciales coreana

City of Violence es el último trabajo del director Ryoo Seung-wan y supone una mezcla interesante de algunos elementos presentes en sus películas anteriores. En City of Violence vuelve a los ambientes de cine negro de No Blood No Tears (2002) pero esta vez enmarcando una película de artes marciales. Para ello ha contado con uno de los coreógrafos de acción más famosos de Corea, Jeong Du-hong, que interpreta al protagonista de la película, Tae-su, un policía expeditivo que trabaja en Seúl, pero que vuelve a Onsung, su pueblo natal, para asistir al entierro de uno de sus amigos de la infancia, propietario de un bar que al parecer fue apuñalado por una banda de jóvenes gamberros.

Pronto verá que el asesinato de su amigo encubre una trama de especulación inmobiliaria orquestada por otro amigo de infancia, Pil-ho (Lee Beom-soo) que controla la ciudad con mano de hierro. Con la única ayuda del agresivo Seok-hwan (Ryoo Seung-wan) buscará venganza por la muerte de su amigo.

City of violence es una película que va directa al meollo de la acción, dando muy poca importancia a tramas secundarias o al desarrollo de la mayoría de personajes, sólo se preocupa de enmarcar la venganza en su contexto, mostrándonos en algunos flashbacks cómo los años se han encargado de separar e incluso enfrentar a una pandilla de amigos que eran inseparables en su adolescencia. De hecho, el film muestra con una cierta amargura cómo tiempo no le ha hecho ningún favor a ninguno de ellos.

Los personajes son muy esquemáticos, teniendo quizá el mayor protagonismo el villano Pil-ho, que acapara los mejores diálogos y cuya en muchos momentos ridícula caracterización y gran interpretación por parte de Lee Beom-soo asegura los momentos más graciosos de la película.

Las escenas de acción buscan casi siempre la espectacularidad por encima del realismo, poniendo en escena peleas auténticamente multitudinarias como la de todas las tribus urbanas adolescentes de la ciudad persiguiendo y peleando contra los protagonistas. La escena final, de la Quentin Tarantino podría tomar notas, es antológica por lo espectacular y sangriento de la acción, una especie de escena final de Grupo Salvaje en clave coreana a tortazo y cuchillada limpias.

En City of Violence, Ryoo Seung-wan ha confirmado sus grandes dotes como narrador visual y su amor por el cine de acción, regalándonos un festival de acción con pinceladas de humor negro que puede hacer las delicias tanto de los aficionados al género como de los aficionados al buen cine en general.