CONFESSION OF PAIN

El último trabajo de los directores de Infernal Affairs

Confession of Pain es la última colaboración de los directores de la merecidamente aclamada trilogía Infernal Affairs, Andrew Lau y Alan Mak, de cuya primera parte Martin Scorsese hizo un remake (Infiltrados) que le valió el Oscar al mejor director en 2006.

Confession of Pain es un película que transmite una gran melancolía y tristeza. Casi todos sus elementos contribuyen a transmitir esas sensaciones: su ritmo mesurado, la banda sonora o la fotografía que se recrea en mostrar calles vacías, ambientes oscuros, cielos muy nublados y pisos decorados con colores fríos. Y todo eso le da apoyo al argumento, que cuenta la historia de dos amigos, el detective de la policía Lau Ching Hei (Tony Leung Chiu Wai) y Yau Kin Bong (Takeshi Kaneshiro), que también fue policía, pero abandonó su trabajo tras el inexplicable suicidio de su novia años atrás y entró en una espiral autodestructiva empezando a beber y a obsesionarse por conocer la causa del suicidio. Actualmente se dedica a pequeños trabajos como detective privado.

El hilo conductor de la película es la investigación del reciente asesinato del suegro de Lau Ching Hei, que aparentemente fue víctima de unos ladrones que entraron en su casa. Lau Ching Hei se ha casado recientemente y por estar relacionado con la víctima no puede investigar el caso, por lo que la investigación va a parar al cómicamente incompetente Tsui Wing Kwong (Chapman To). La esposa de Lau, Susan (Xu Jinglei) le pide a Yau Kin Bong que lo investigue por su cuenta.

Durante la investigación Yau Kin Bong irá viendo detalles que no encajan en la historia oficial y continuará escarbando hasta dar con la verdad. También irá dando algunos pasos para empezar a superar la muerte de su novia.

Uno de los puntos más fuertes de la película es el gran trabajo de los dos actores protagonistas, Tony Leung y Takeshi Kaneshiro, que ya trabajaron juntos aunque sin coincidir en pantalla en Chunking Express (Won Kar-Wai, 1994). Ambos actores, además de interpretar muy bien sus papeles, tienen mucha química juntos, lo que hace que la amistad que nos presenta la película entre dos personas tan diferentes resulte muy creíble.

Los principales problemas del film son la debilidad de la historia policíaca y la poca definición de los personajes secundarios. Desde que surgen las primeras pistas en la investigación, el espectador ya sabe quien es el responsable de lo que pasó y sólo le queda saber por qué. Los personajes de Susan, esposa de Lau y Sai Fung (Qi Shu) la camarera enamorada de Yau, están poco definidos, lo que es una lástima teniendo en cuenta que las actrices que las interpretan son muy buenas. Deberían tener más calado y protagonismo en la historia.

Estas carencias quedan muy bien cubiertas por la magnífica factura de la película, que técnicamente tiene pocas cosas a mejorar. La fotografía, el montaje y la banda sonora son sobresalientes. Da la sensación que cada escena está pensada y filmada meticulosamente. El conjunto es muy homogéneo, a pesar de combinar escenas tiernas y melancólicas con algunos momentos de violencia realmente crudos.

Toda esa tristeza queda perfectamente reflejada en el final, donde no hay redención ninguna y se nos demuestra la inevitabilidad del destino, mostrando que a veces no somos sino actores representando un papel ya escrito, incluso a pesar nuestro.

Confession of Pain me ha parecido un filme en conjunto notable, sobretodo por la excelencia con la que está rodada. Los fans de la trilogía Infernal Affairs deberían verla sin preconcepciones, porque este es un filme completamente distinto.