THE FALL

La ganadora de la Sección Fantástico del Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges 2007

The Fall, ganadora de la sección Oficial Fantàstic en el último Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges 2007, segundo trabajo de Tarsem Singh después de La Celda (2000), es un remake de la desconocida película búlgara Yo ho ho de 1981 (Zako Heskija). Al igual que en La Celda, The Fall destaca en primer lugar en el apartado visual; la fotografía es impresionante, las localizaciones son preciosas, no en vano la película se rodó en 26 países distintos en busca del escenario más adecuado (y más espectacular) para cada escena. Ya desde el principio de la película en blanco y negro y con una cámara lenta que nos va mostrando los fotogramas como fotografías antiguas, todo está pensado para dejar al espectador con la boca abierta.

La historia que acompaña a este ambicioso despliegue de imágenes es más rica que la de La Celda, The Fall se ambienta en el Hollywood de principios de siglo XX durante el nacimiento de la industria cinematográfica y cuenta la historia de Alexandria (Catinca Untaru), una niña inmigrante que domina el inglés a duras penas, convaleciente en un hospital con un brazo roto como consecuencia de una caída mientras trabajaba con su familia recogiendo fruta. Deambulando por el hospital Alexandria traba amistad con Roy (Lee Pace), un especialista cinematográfico que ha perdido el uso de las piernas en una caída mientras rodaba una escena complicada. Roy intentará conseguir engañar a Alexandria para que le robe la suficiente morfina como para acabar con su vida, contándole a cambio un cuento. El cuento, que va escenificándose en la película con Roy como narrador pero viéndose tal como se lo imagina Alexandria, es sobre seis héroes legendarios: el espadachín y enmascarado Bandido Negro (Lee Pace), el guerrero africano y antiguo esclavo Otta Benga (Marcus Wesley), el Místico, un chamán tribal (Julian Bleach), Charles Darwin (Leo Bill), un naturalista inglés, Luigi, (Robin Smith), un anarquista italiano especialista en bombas y un guerrero hindú (Jeetu Verma). Cada uno tiene un motivo de venganza sobre el malvado gobernador Odius (Daniel Caltagirone). Se conocen cuando son desterrados a un islote desierto y pronto huirán de allí y unirán sus fuerzas para vengarse. Por el camino irán viviendo aventuras e incluso llegarán a capturar a la bella prometida de Odius, la Princesa Evelyn (Justine Waddell).

Al mostrar el resultado de la historia según lo imagina una niña de cinco años, la película no se ve atada por ningún tipo de realismo. El mismo diseño de vestuario (de Eiko Ishioka), colorista y extravagante que da un aire de cuento a lo narrado. El contraste entre lo contado y lo imaginado se va mostrando en forma de pequeños gags a lo largo de la cinta, por ejemplo, Roy habla de un guerrero indio americano, con su tipi, cabellera, etc., mientras la niña imagina a un hindú barbudo. Alexandria va poniendo la cara de pacientes y empleados del hospital a los personajes del cuento, incluso mientras va enterándose de la historia de Roy y lo van visitando sus amigos va incorporándolos al cuento.

Roy está completamente deprimido por una fallida historia de amor con una actriz, que lo acabó dejando por el actor protagonista de la película que rodaban y lo llevó a arriesgar demasiado y tener el accidente. Ahora además está paralizado de cintura para abajo. Esa amargura se va infiltrando lentamente en el cuento, que empieza por ser una historieta de aventuras pero que va adquiriendo tonos oscuros, sobre todo al final. Alexandria acaba siendo el único vínculo con la vida de Roy e intenta hacer que el cuento termine bien (no en vano ha puesto al protagonista la cara de Roy). La historia de Roy se va contando siempre en el marco triste y bastante oscuro del hospital, intercalada con el cuento, ofreciendo así un fuerte contraste entre la realidad y la imaginación.

La película está contada con solvencia, la historia tiene poco calado pero el apabullante despliegue visual impide que vague la atención del espectador o que se fije en detalles como el exceso de conocimientos, imaginación y madurez que se atribuyen en algunos momentos a una niña de cinco años. Precisamente la interpretación de Catinca Untaru es uno de los puntos más fuertes del film, está encantadora y a la vez creíble, sus reacciones y sus diálogos parecen completamente naturales. Está a años luz de los niños insoportables que suelen emponzoñar las películas de Hollywood, es la antítesis (por poner un ejemplo) de Dakota Fanning.

El mensaje y fondo de la historia, sobre el poder de la imaginación y de las fábulas, puede interpretarse como un homenaje a los valores más positivos de la propia industria hollywoodiense. El final, mostrando el valor de la inocencia como medio de redención es edulcorado pero la gran interpretación de los actores lo hace conmovedor.

En resumen, una película muy recomendable, para sentarse y dejarse llevar por las imágenes, la música y el trabajo de los actores para entrar en una historia, que sin ser nada del otro jueves, ofrece lo suficiente para salir del cine con una sonrisa.

(c) 2007 Jordi Flotats