LA BALLENA

Darren Aronofsky vuelve al cine con una obra teatral adaptada a la gran pantalla. La historia es un drama familiar cuyo protagonista es un hombre que básicamente se está autodestruyendo con la comida. Aunque puede sonar una premisa de telefilm, su director y su reparto la elevan.

La Ballena Darren Aronofsky es un director con una trayectoria tan interesante como controvertida. Algunas de sus películas, como Requiem por un sueñoEl luchador o Cisne negro, han atraído una aprobación muy general. Otros de sus trabajos, como Noe o Madre han provocado más bien rechazo de la crítica. Personalmente me parece un director muy interesante, capaz de crear películas muy distintas y que siempre tiene algo que contar. Por eso entré a ver La Ballena con ganas y bastantes expectativas. Y aunque no me pareció una película perfecta, no me decepcionó.

La Ballena está basada en una obra teatral de Samuel D. Hunter, adaptada por él mismo para el cine. El protagonista es Charlie, interpretado por un Brendan Fraser que vuelve con un papel protagonista tras un tiempo de roles más secundarios. Charlie es un hombre terriblemente obeso que vive sólo en su apartamento situado en una localidad de Idaho. Trabaja como profesor de inglés enseñando a estudiantes universitarios a escribir mejor de forma remota, dejando la cámara de su ordenador siempre apagada. Nunca sale de su casa: sólo se relaciona con Liz (Hong Chau), una amiga suya que además es enfermera y que cuida de él. Su salud está yéndose a pique: su peso le ha causado problemas cardíacos que si no se trata causarán su muerte en cuestión de días.

Charlie es un hombre en una espiral autodestructiva; a medida que avanza la narración descubrimos que estuvo casado con Mary (Samantha Morton) y tuvo con ella una hija, Ellie, ahora adolescente (Sadie Sink). Cuando Ellie era niña Charlie las abandonó para irse a vivir con su amante, uno de sus alumnos. Tiempo después su pareja murió, dejando a Charlie desolado y en un camino que le lleva a la autodestrucción. Charlie come de una forma compulsiva, desesperada, que sabe que le lleva a la muerte. Pasa sus días en su piso, trabajando en su portátil y atiborrándose de comida que le entregan a domicilio. Está obsesionado con una redacción sobre Moby Dick, que lee varias veces al día.

Se nota que La Ballena está basada en una obra teatral porque transcurre por completo en el apartamento de Charlie y sigue lo que podrían ser sus últimos días. Allí vemos como lo visita por casualidad Thomas (Ty Simpkins), un joven que afirma ser un predicador de la Iglesia New Life, una secta cristiana con sede en la ciudad y que acabará por ser un visitante recurrente. Charlie también logra que lo visite su hija Ellie, una adolescente que está furiosa con él y que desespera también a su madre. De sus conversaciones y de las situaciones que se provocan iremos comprendiendo cómo ha llegado el protagonista a la situación en la que se encuentra.

La Ballena se cimenta en la interpretación de Brendan Fraser: toda la trama gira por completo alrededor de Charlie y se basa en que nos creamos al personaje y empaticemos con él. Fraser no lo tuvo fácil, porque lo metieron en un traje especial para emular el peso extremo de su personaje. Y aunque el efecto resulta realista, estoy seguro que le dificultó la interpretación. A pesar de eso, Fraser, un actor notable al que a veces se ha subestimado por los roles que interpretaba, realiza un trabajo excelente. Logra transmitir la humanidad de una persona destrozada por la pérdida de su pareja y por el extrañamiento de años con su hija. Y aunque parece haber perdido toda la voluntad de vivir, quiere desesperadamente que su hija lo perdone y pueda tener una buena vida.

Una de las críticas que ha recibido la película es que se haya caracterizado a un actor para simular la obesidad de su personaje en lugar de elegir a un actor que ya tuviera el peso necesario (o al menos estuviera más cerca). La verdad es que me parece justificada en el aspecto moral, pero no tengo nada que reprochar ni a la caracterización ni a la interpretación de Fraser. Lo que no me ha parecido tan justificado son las acusaciones de gordofobia a la película; no estoy de acuerdo con ellas. La obra nos presenta a un personaje que ha llevado su peso al extremo en una espiral de autodestrucción. Las escenas en las que se atiborra de comida o en las que se muestra incapaz de ponerse en pie son patéticas, pero no más patéticas que si fuera alcohólico y se nos mostraran los estragos que puede causar la bebida.

Entre las virtudes de la película, aparte de la cuidadosa construcción de Charlie, están la forma progresiva de irnos contando la historia a través de las conversaciones de los personajes y la total negativa a comprometer el final de la película. La Ballena es una película triste, que no ofrece una visión muy esperanzadora de la humanidad a pesar de las ganas que tiene el protagonista de pensar siempre lo mejor de la gente. Aparte de Brendan Fraser, Ty Simpkins, Hong Chau y Samantha Morton brillan en sus papeles. Sadie Sink me parece buena actriz, pero su personaje es en mi opinión el peor de la película. La hija de Charlie está construida de un modo muy unidimensional.

Aunque no me parece que La Ballena esté entre las mejores obras de Darren Aronofsky, me pareció un buena película. Un drama sin compromisos que cuenta con un gran reparto y una dirección contenida que pega mucho a lo que se narra.

(c) 2023 Jordi Flotats

Ficha Técnica:
- Título original: The Whale
- Año: 2022
- Duración: 1h 57min
- País: US
- Director: Darren Aronofsky
- Guion: Samuel D. Hunter
- Productor: Darren Aronofsky, Tyson Bidner, Jeremy Dawson, Scott Franklin, Dylan Golden, Ari Handel, Brendan Naylor
- Fotografía: Matthew Libatique
- Montaje: Andrew Weisblum
- Música original: Rob Simonsen
- Reparto: Brendan Fraser, Sadie Sink, Ty Simpkins, Hong Chau, Samantha Morton, Sathya Sridharan, Jacey Sink, Wilhelm Schalaudek
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Subido por Jordi Flotats con fecha 07/03/2023 11:40:00