Alex Garland vuelve al cine con una película que sigue la estela de Ex_machina y Aniquilación. Bajo el envoltorio de una película de terror inquietante y con momentos de body horror muy gráficos, nos propone una historia que denuncia algunas de las actitudes más tóxicas de los hombres hacia las mujeres en nuestra sociedad.
El británico Alex Garland es un director con una personalidad y un estilo muy distintivos. Antes de dedicarse al cine escribió novelas como La playa o Tesseract (ambas llevadas al cine). Entró en la industria como guionista, escribiendo guiones para 28 días después, Nunca me abandones>/i> o Sunshine. Debutó como director con la magnífica Ex_machina, una película de ciencia-ficción perturbadora y minimalista que explora temas como la inteligencia artificial y su relación con las personas. Su segundo trabajo, Aniquilación, adapta la novela homónima de Jeff VanderMeer. Más ambiciosa en términos de producción que la anterior, la película tiene una fotografía y un diseño de producción alucinantes. Su última película es Men (hombres), una vuelta al minimalismo de Ex_machina. Él mismo se ha encargado de escribir el guion de una historia densa en metáforas que denuncia el machismo tóxico que permea nuestra sociedad bajo una cobertura de cine de terror.
La protagonista de la película es Harper (Jessie Buckley), una mujer que acaba de perder a su marido de forma traumática. Por si fuera poco, en el momento en que murió pasaban por problemas, estaban a punto de divorciarse, y Harper no puede evitar sentir culpa. Para intentar encauzar de nuevo su vida decide pasar un par de semanas en una casa situada a las afueras de un pequeño pueblo situado en la campiña británica. Allí la recibe el casero, Geoffrey (Rory Kinnear) un tipo muy particular. Cuando se acaba de instalar, Harper decide pasear por los idílicos parajes que rodean la casa. Allí se topa con un extraño personaje que camina desnudo por el campo (Rory Kinnear). Harper huye, pero al día siguiente, mientras está hablando por teléfono con su amiga Riley (Gayle Rankin), descubre al hombre en el jardín de su casa. Llama a emergencias y pronto viene una pareja de agentes (Rory Kinnear y Sarah Twomey) que se llevan al hombre a comisaría. Harper no logra relajarse, está demasiado afectada por la muerte de su esposo y la relación tóxica que mantenían y por los inquietantes sucesos en el pueblo. Todo empeora cuando visita la antigua iglesia situada cerca de su casa. El edificio tiene en su interior una pila bautismal de piedra mucho más antigua que el propio edificio; en una de sus cara está tallado el Green Man, una cara congelada en un grito rodeada de hojas; en la otra Sheela-Na-Gig, una tosca figura de mujer mostrando su vulva. Cuando sale del edificio tiene una inquietante conversación con el vicario (Rory Kinnear) y un repelente chaval. La situación llega a su límite para Harper cuando visita el pub local y se encuentra al policía que ha visitado antes su casa. Le dice que han soltado al hombre desnudo porque les ha parecido inofensivo. Harper sale echa una furia, pero entonces los acontecimientos empiezan a tornarse extraños, dando lugar a una noche terrible.
Men es una curiosa mezcla de película-concepto y terror. Todos los hombres de la película, exceptuando al marido de Harper están interpretados por Rory Kinnear. En cierta forma me recordó a Anomalisa, donde todos los personajes tenían la misma voz. Pero el objetivo de Men parece ser distinto. Cada uno de los personajes representa un aspecto de la masculinidad tóxica. El casero, bajo su aparente amabilidad y actitud servicial, es paternalista, y sobreprotector, niega la agencia de Harper en cada momento. El policía se niega a creerla sistemáticamente, piensa que exagera y se deja llevar por sus emociones. El vicario es una persona totalmente reprimida que no puede evitar ver a Harper como un objeto sexual ni culparla por ello. El niño, cuya cara se modificó para sobreponerle una inquietante versión de Kinnear, sólo piensa en sí mismo; a la que ella le lleva la contraria y no quiere acceder a sus deseos la insulta. Curiosamente, sólo el hombre desnudo rompe esta regla; su actitud es totalmente neutral, poco a poco se acaba convirtiendo en una mezcla entre el Green Men y Sheela-Na-Gig para ser pieza clave en un final completamente epatante que seguramente dividirá a la audiencia.
Tras ver la película uno no puede evitar preguntarse si lo que ha visto es una gigantesca alucinación de la protagonista, los hechos han sucedido realmente o ha sido una mezcla de los dos casos; algo ha sucedido pero quizás no exactamente lo que hemos visto. Pienso que el director nos ha dejado a los espectadores la decisión final sobre esto. Lo que me parece claro es que el clímax final de la película sirve para que Harper finalmente acepte que su difunto marido tenía todos los aspectos de los personajes interpretados por Kinnear conviviendo en su interior. Y que a medida que transcurren los acontecimientos Harper empieza a ver que esos hombres son más patéticos que intimidantes.
Formalmente la película me ha parecido espléndida. La fotografía y el diseño de producción son excelentes, sacan todo el partido de los parajes verdes y lluviosos del campo inglés. La banda sonora de Geoff Barrow y Ben Salisbury, compuesta por bellas e inquietantes armonías vocales, acompaña perfectamente a la narración y potencia el ambiente ominoso presente en muchas de las escenas.
Los dos protagonistas están espléndidos. Jessie Buckley vuelve a demostrar que es capaz de transmitir mucho con muy poco; a través de sus expresiones y reacciones nos cuenta muchas cosas que no están en el guion. En el fondo la película nos cuenta poco de su personaje; sólo nos da un par de flashbacks de los peores momentos de su relación con su esposo, pero Buckley contribuye a llenar esos huecos y darle humanidad y credibilidad a Harper.
Rory Kinnear realiza un auténtico tour de force interpretativo dando vida a personajes que se ven completamente distintos gracias a su buen oficio. Con caracterizaciones mínimas -siempre se reconoce al actor- Kinnear transmite sensaciones completamente distintas con cada uno. Su trabajo no es crear personajes muy complejos, sus personajes no dejan de ser secundarios, sino crear una impresión distintiva de cada uno, una personificación de un comportamiento tóxico.
Men no me ha parecido una película perfecta; en ocasiones se siente un poco larga, su protagonista podría estar mejor definida y las simbologías que introduce podrían estar mejor explicadas. Pero en conjunto me ha gustado mucho; su final es truculento, deudor del Cronenberg más bestia, y además es lo bastante abierto como para permitir el debate, pero no tanto como para que su conclusión no sea bastante clara. Los actores y la dirección convierten la película en algo digno de ver. Y al menos en mi caso es de esas películas en las que continúas pensando días después de haberlas visto, algo que yo agradezco mucho. La parte de denuncia feminista me parece tan cierta como oportuna y además me pareció muy refrescante verla en una pelicula que técnicamente puede ser calificada como de terror, un género que a veces puede ser muy machista. Vale la pena darle una oportunidad y verla con la mente abierta.
(c) 2021 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: Men
- Año: 2022
- Duración: 1h 40min
- País: Reino Unideo, Estados Unidos
- País: Reino Unideo, Estados Unidos
- Director: Alex Garland
- Guion: Alex Garland
- Productor: Cahal Bannon, Andrew Macdonald, Allon Reich, Joanne Smith
- Fotografía: Rob Hardy
- Montaje: Jake Roberts
- Música original: Geoff Barrow, Ben Salisbury
- Reparto: Jessie Buckley, Rory Kinnear, Paapa Essiedu, Gayle Rankin, Sarah Twomey, Zak Rothera-Oxley, Sonoya Mizuno
- Sitio web: https://a24films.com/films/men
- Trailer: