QUEEN & SLIM

Queen & Slim pone sobre la mesa el racismo sistémico de Estados Unidos con una historia de amor trágico provocada por un incidente donde la brutalidad policial contra la población negra termina al revés de lo habitual.

La violencia racista es un tema que preocupa mucho -y de forma justificada- en Estados Unidos, un país donde el racismo está fuertemente enraízado y la tenencia de armas de fuego es perfectamente común. Estos hechos provocan que las fuerzas policiales combinen el miedo justificado a unos delicuentes que pueden ir tan armados como ellos con los prejuicios raciales que llevan incorporados. Por si eso aún fuera poco, muchos cuerpos policiales practican una política que consiste en parar coches que consideren sospechosos por infracciones menores de tráfico para poder realizar registros en el vehículo y comprobaciones de documentos que permitan detenciones por delitos más serios. Si se suma todo esto, se obtienen muchas detenciones realizadas usando violencia injustificable contra víctimas de color, que en ocasiones llegan a terminar en muerte. Lena Waithe y James Frey han escrito un guion que parte de uno de estos incidentes para construir una historia de amor trágica con ecos de Bonnie & Clyde dirigida con exquisito gusto estético por la debutante Melina Matsoukas.

Los protagonistas son Slim (Daniel Kaluuya) y Queen (Jodie Turner-Smith); se han conocido a través de una app de citas y han quedado para cenar, pero la cita está yendo bastante mal. Él, un tipo devoto, abstemio que trabaja en una tienda y conduce un coche hecho polvo ha elegido el restaurante; un diner en horas bajas, porque sus propietarios son negros. Ella, una elegante abogada cuyo cliente acaba de ser sentenciado a muerte, sólo piensa que es un tacaño. Tras una cena algo incómoda, él la acompaña a casa y ella le deja claro que no van a volverse a ver. Pero de camino les para la policía y el oficial (blanco), parece sospechar de ellos de entrada; hace bajar del coche a Slim y lo trata con una creciente agresividad. Queen, conocedora de sus derechos, baja del coche y amenaza con grabarlo con su móvil, pero cuando lleva su mano al bolso, el policía se acaba de poner nervioso y dispara, rozándole la pierna. Slim forcejea con él, se acaba haciendo con su arma y le dispara casi por instinto. El policía está muerto. Queen, que sabe como funciona el sistema legal, convence a Slim que tienen que huir o enfrentarse a la pena de muerte o a una vida en prisión. Deciden ir a casa del tío de ella, Earl (Bokeem Woodbine), un veterano de Iraq que ahora ejerce como proxeneta en Nueva Orleans. Durante su huida, las imágenes del tiroteo, grabadas desde la cámara del salpicadero del coche de policía, acaban en televisión, dándoles una notoriedad instantánea. Para su sorpresa, una buena parte de la comunidad negra se solidariza con ellos y les ayuda a evadir a la policía.

Lena Waithe y James Frey han escrito una historia donde se mezcla la protesta por el racismo que la policía aplica a los ciudadanos negros y latinos con la historia de amor trágico de la pareja protagonista. A esas dos corrientes se añade además el gran peso que da a la estética la dirección de Melina Matsoukas, que se recrea en el aspecto de road movie que tiene la huida de la pareja y otorga a la narración un aire casi trágico. Estos elementos logran un equilibrio que funciona bastante bien en conjunto pero que provoca que los elementos narrativos se sientan un poco planos a veces. El retrato de la policía es bastante maniqueo; los oficiales blancos son tratados de racistas -y el primero de ellos, homicida-, mientras que los únicos que aparecen más humanos son los latinos y los negros. Cierto es que la película cuenta una historia concreta, no pretende ser un documental; también cierto que la visión que presenta contrasta con la visión mucho más habitual de una policía "buena" que se tiene que enfrentar a una delicuencia mayoritariamente formada por gente de color. No me parece mal que también haya historias como esta donde se invierta el estereotipo: dos personas completamente alejadas del mundo criminal se ven obligadas a defenderse para sobrevivir y a huir para no pagar por ello.

Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith son los protagonistas absolutos de la película y ayudan decisivamente a la que funcione. Ambos realizan composiciones muy buenas de sus personajes con relativamente poco material; no sabemos mucho de ellos -especialmente de él-, pero su gestualidad y carisma les dan carne y huesos. Queen es la más educada de ambos, pero también la que ha tenido una vida más dura y cuyo trabajo la pone en contacto directo con los problemas sangrantes del sistema policial y judicial. Esta vida le ha dado un exterior mucho más duro y defensivo que a Slim, cuya vida familiar se intuye mucho más tranquila. Su historia de amor resulta un poco forzada teniendo en cuenta el arranque de la película, pero ambos actores la hacen funcionar. Melina Matsoukas imprime a la película un ritmo pausado, a veces contemplativo, recreándose en las diferentes paradas que realiza la pareja a la fuga. La música y la fotografía llena de color de Tat Radcliffe son claves para dar al resultado final un aspecto fantástico.

Queen & Slim es una película algo irregular, pero en conjunto me ha parecido notable. La historia, triste, romántica y llena de desafío, refleja muy bien la visión de una parte de la población de Estados Unidos que aún hoy en día está seriamente discriminada.

(c) 2020 Jordi Flotats