NOCHE DE BODAS

Fox presenta una comedia de terror con ecos de Déjame Salir, una sátira de los muy ricos y del matrimonio llena de violencia y con un elenco muy bueno de actores liderados por una carismática Samara Weaving

Noche de Bodas es la segunda película de los jóvenes directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, conocidos por sus segmentos en varias películas episódicas de terror como V/H/S. En ella se exploran en clave de comedia de terror, el miedo de conocer la familia de tu pareja, las peculiares costumbres del 1% más rico de la sociedad y la propia institución matrimonial. El resultado es una sangrienta película no apta para amantes de la comedia romántica.

La protagonista de la película es Grace (Samara Weaving), una joven criada en casas de acogida que se enamora y se compromete con Alex (Mark O'Brien). Alex pertenece a la familia Le Domas, fabulosamente rica gracias a la empresa de juegos que posee, pero se mantiene alejado de ellos, así que Grace ni siquiera los conoce. Pero para la boda Alex se ablanda y accede a celebrarla en la cuasigótica y gigantesca mansión familiar, de tal forma que hasta el gran día Grace no conoce a su particular familia política, formada por sus suegros Tony y Becky (Henry Czerny y Andie MacDowell), los hermanos de su marido Daniel y Emilie (Adam Brody y Melanie Scrofano) y sus cónyuges Charity y Fitch (Elyse Levesque, Kristian Bruun) y la particular tía Helene (Nicky Guadagni). Debido a su infancia, el hecho de tener una familia atrae a Grace, aunque su suegro se comporte como un lord, el hermano de su marido sea un alcohólico funcional, sus cuñadas la miren por encima del hombro, su otro cuñado sea un trepa y la tía Helene parezca sacada de una película de Tim Burton. También hace que vea con indulgencia una particular costumbre de la familia; cada vez que se incorpora un nuevo miembro a través de un matrimonio, en la noche de bodas tiene que tiene que elegir una carta al azar de un mazo antiguo en presencia de toda la familia. En la carta se especifica el juego al que tienen que jugar para que la persona sea oficialmente aceptada en el clan. En general el juego es inocuo -damas, ajedrez,...-, pero hay una posibilidad que el juego sea el escondite, y en ese caso el novio o novia tiene que esconderse dentro de los límites de la mansión mientras los demás lo buscan. Grace saca el escondite y cuando sale a esconderse toda la familia se arma con armas antiguas para darle caza. Al parecer, si no encuentran y la sacrifican antes del amanecer los que morirán serán ellos. De entrada Alex, su marido, se niega a participar e incluso ayuda un poco a Grace, pero todos los demás van a por ella, pero no se lo va a poner fácil.

Tras una breve introducción de los personajes en la boda y la celebración del juego, empieza la persecución, la parte principal de la película. A lo largo de la noche, Grace, que empieza con un prístino vestido blanco de bodas, se va desaliñando física y mentalmente. Inicialmente no puede creerse lo que le está pasando, pero a medida que se suceden los intentos de cazarla se va volviendo más agresiva. Mientras se suceden las peripecias y las persecuciones dentro y fuera de la laberíntica mansión la película ofrece escenas con una violencia cómicamente exagerada y unos gags que van implicando progresivamente a todo el reparto. Un reparto que es muy solvente, con buenas actuaciones de todo el mundo donde destaca por encima de todos Samara Weaving por su fuerza e indudable carisma. Personalmente me encantó el explosivo final de la película, donde los directores deciden subir las apuestas hasta el máximo.

Los directores han logrado sacar mucho partido a su escaso presupuesto, usando unas localizaciones ideales para la historia. La mansión está cuidadosamente iluminada con el propósito de inquietar y transmitir la sensación de amenaza en cada rincón. El guion de Guy Busick y Ryan Murphy consigue un equilibrio muy bueno entre el humor, la acción y la historia de sirve de marco. Una historia que no tiene muchas pretensiones pero que puede leerse como una sátira de los más ricos, pintados como gente con una mentalidad totalmente ajena a la realida y como una analogía muy bestia del matrimonio en el que, si quiere sobrevivir, la novia tiene destruir el sistema que la ha puesto en esa posición.

Noche de Bodas es película pequeña en presupuesto y escenarios, pero está muy bien realizada y es mucho más ingeniosa de lo que parece a primera vista. Divierte y garantiza una hora y medio de entretenimiento no apto para los que no toleran la violencia en pantalla.

(c) 2019 Jordi Flotats