DRAGGED ACROSS CONCRETE

¿El exploitation más largo de la historia?

S. Craig Zahler es un director sin duda peculiar en los tiempos que corren. En sus dos primeras películas, la excelente Bone Tomahawk y la menos excelente -aunque muy correcta- Riot in Cell Block 99 dejó claro su afición por la violencia extrema y explícita, su amor por los exploitation y unas historias que se van cociendo a fuego lento, con diálogos desarrollados sin prisas, hasta un explosivamente violento final. También se caracteriza por recuperar actores de éxito en horas bajas como Kurt Russell o Vince Vaughn. Su tercer trabajo Dragged Across Concrete sigue estas mismas guías aunque en mi opinión de una forma menos inspirada.

La película sigue la trayectoria de dos policías y un delincuente en tramas paralelas que acaban convergiendo al final. Los policías son Brett Ridgeman (Mel Gibson) y Anthony Lurasetti (Vince Vaughn). Al inicio de la película detienen a un traficante latino en su apartamento e interrogan a su novia para que les diga dónde guarda la droga. Son racistas y usan demasiada fuerza e intimidación, pero detienen al culpable. La lástima es que alguien ha grabado la detención y ha subido el video a las redes sociales. Eso obliga al teniente Calvert (Don Johnson) a suspendenderles temporalmente hasta que se calmen las cosas. El personaje de Mel Gibson -cuya interpretación contenida es de lo mejor de la película- está harto; desde su punto de vista, él hace el trabajo eficientemente, pasando de políticas y modas y eso le penaliza hasta el punto de aún estar en las calles cuando está rozando los sesenta. Además su esposa Melanie (Laurie Holden) está enferma y recluida en casa; una casa que está en un barrio cada día más degradado e inseguro para su hija adolescente. Esto le lleva al punto de no retorno: decide investigar un poco e intentar robar a algún traficante o ladrón de alto nivel de fuera de la ciudad para conseguir dinero. Su compañero, aunque algo reticente, decide ayudarlo.

El otro protagonista de la película es Henry (Tory Kittles), un hombre afroamericano que acaba de salir de la cárcel. Su familia no está pasando por un buen momento; su madre vuelve a drogarse, prostituyéndose para pagar su adicción. Encima está a cargo de su hijo preadolescente. Por eso cuando un amigo suyo le propone un golpe acepta. Van a trabajar como conductores para un robo a un banco organizado por el despiadado Vogelmann (Thomas Kretschmann); acuerdan con él que sólo habrá violencia si es en defensa propia. Naturalmente, incumplirá con el trato. Por si fuera poco Vogelmann es el delincuente elegido para ser robado por los policías, aunque no saben de antemano que planea un atraco; lo creen un traficante.

Dragged Across Concrete es un exploitation con una trama de manual, pero narrado a un ritmo dolorosamente lento. Sus 152 minutos se hacen muy largos en bastantes tramos de la película. Algunas escenas me sobraron; hay todo un fragmento de una mujer (Jennifer Carpenter) que no quiere volver a su trabajo en el banco tras su baja por maternidad y al final su marido la convence para que vaya. Poco después se arrepentirá de haberlo hecho. Esa parte tiene unos diálogos que bordean lo ridículo y no aporta absolutamente nada a la trama, podría cortarse y nada dejaría de entenderse. Por otra parte algunos de los diálogos están muy bien; especialmente los que mantienen los dos policías. Sus personajes son hombres que añoran la época en los que los hombres blancos tenían la paella por el mango y nadie les discutía su posición; son racistas, machistas y violentos, aunque no piensan así de sí mismos; tienen una justificación para todo lo que hacen. Que este discurso se ponga en boca de dos notorios reaccionarios como Mel Gibson y Vince Vaughn puede interpretarse como algo irónico o como algo reivindicativo; la película es ambivalente, deja la decisión al espectador.

La realización de la película está muy bien. La fotografía de Benji Bakshi, con colores poco brillantes, es perfecta para un thriller y S. Craig Zahler rueda muy bien tanto los diálogos como las escenas de acción. El reparto es también muy adecuado. Mel Gibson demuestra de nuevo que puede ser un gran actor; en esta película realiza una interpretación muy contenida y a la vez muy expresiva. Vince Vaughn también está correcto, aunque su personaje no esté demasiado bien construido. Me gustó mucho el carisma que le pone Tory Kittles a su personaje; tiene poco diálogo comparado con los demás pero consigue destacar.

En mi opinión, el gran problema de Dragged Across Concrete es su guion. La película es demasiado larga y algunos de los diálogos suenan acartonados o directamente ridículos. En cambio, algunos otros funcionan perfectamente, y el final de la película está muy bien. Creo que si se hubiera revisado y adelgazado podría haber sido muchísimo mejor. Pero a pesar de todo, esta historia violenta de perdedores tiene su atractivo.

(c) 2018 Jordi Flotats