Crónica del Jueves 5/10/2017

1er día del Festival. Películas vistas: Most Beautiful Island, 78/52 y Tiger Girl



¡Arranca el Festival de Sitges! Esta edición será especial porque el Festival cumple 50 años, una cifra redonda que se aprovechará para conmemorar la historia de un certamen que ha ido creciendo poco a poco hasta su eclosión en los últimos diez o quince años. Sitges siempre ha sabido reunir a los fans del fantástico y el terror, pero con los años ha acertado plenamente añadiendo otros géneros conectados, como el cine oriental, la animación o los thrillers haciendo del Festival una cita obligada para miles de personas. Esta orientación al público, la apertura de miras y una organización siempre entusiasta ha convertido un Festival pequeño, de amigos, en el más importante de Europa orientado al cine de género.

Durante todo el año se han organizado actos para conmemorar ese aniversario. El Festival ha tenido presencia en los festivales de Málaga y Cannes, organizando actos allí. También ha organizado una exposición, El cinema és fantàstic, con la Filmoteca de Catalunya. La exposición se puede ver en el Edifici Miramar de Sitges del 5 al 31 de octubre. Además en la Filmoteca se han visto cincuenta películas que han marcado la historia del Festival.

Este año el cartel y la imagen del Festival están dedicados a Drácula, aprovechando otro aniversario, el 25, del estreno de Drácula de Bram Stoker, de Francis Ford Coppola. Drácula, y en general el vampiro, sin duda es una de las figuras míticas y clave en el cine y la literatura de terror.

El Festival tiene algunos algunos invitados ilustres como William Friedkin, director de títulos tan emblemáticos como El exorcista, The French Connection o Sorcerer, que ha recibido el Gran Premio Honorífico en la gala inaugural. Johnnie To, el legendario director de Hong Kong, premio Màquina del Temps en 2005, volverá a visitar Sitges y verá con nosotros su magnífica The Mission. También está Guillermo del Toro, padrino del cincuenta aniversario. El mexicano además ha presentado su última película, La forma del agua en la inauguración del certamen; una historia ambientada en plena Guerra Fría en un laboratorio secreto, donde una trabajadora del centro ha descubierto algo que cambiado su vida. La película ha resultado ganadora en el pasado festival de Venecia.

La ceremonia de inaugural ha tenido un ‘Red Carpet’ de lujo con Guillermo Del Toro, William Friedkin, Johnnie To, Dario Argento, Ryoo Seung-wan, Yoshihiro Nishimura, Jaume Balagueró, Gary Sherman, Alberto Marini, Santiago Segura, Hiba Abouk, Pablo Rivero, Carmen Machi, Cho Sung-min, Sherry Lansing, Paulina To, Midori Inoue, David J. Skal, Hattie Yu, Nick Antosca o Javier Botet.

Yo empiezo el Festival en el Casino Prado (¡con sillas nuevas! el detalle me ha conmovido) viendo Most Beautiful Island, de Ana Asensio. Asensio guioniza, dirige e interpreta una película pequeña y muy personal que muestra el lado oscuro del sueño americano. La película venció en el prestigioso festival South by Southwest (SXSW). La protagonista de la película es Luciana, una mujer española que está viviendo ilegalmente en Nueva York huyendo de un pasado doloroso en España. Debido a su estatus ilegal sólo puede acceder a trabajos pagados en metálico, sin preguntas y al margen de cualquier beneficio social, sanidad incluida. Apenas tiene para sobrevivir y no le llega para el alquiler; teme acabar en la calle. Por eso cuando Olga, una inmigrante ilegal rusa, le propone un trabajo extremadamente bien pagado pero sospechoso, lo acaba aceptando. Tiene que presentarse a una fiesta, con un minivestido negro y zapatos de tacón. Sólo por estar allí le pagarán 2000 dólares, sin nada sexual de por medio. Luciana acepta, pero cuando llega al sitio, aislado, discreto y terriblemente sospechoso, comprende que se ha metido en una situación que le puede costar la vida.

Ana Asensio ha creado una película basada libremente en sus propias vivencias en Nueva York cuando le venció el visado de estudiante y estuvo nueve meses viviendo allí en situación ilegal. Este conocimiento en primera persona se nota en la primera mitad de la cinta, que relata un par de días de la vida de Luciana con un naturalismo completamente convincente. El principio de la película muestra imágenes de mujeres anónimas en la multitud de la gran ciudad, implicando que cualquiera de esas personas podría ser Luciana. El estilo de rodaje en 16mm, completamente naturalista, ayuda a creerse completamente lo que se narra y a conectar con su sufrida protagonista, fantásticamente interpretada por una Ana Asensio que demuestra un gran carisma, componiendo un personaje al límite, torturado tanto por su situación actual como por el bagaje emocional que ha traído de casa.

Tras una primera mitad en la que hemos empatizado con una protagonista que ha tenido que aguantar críos insoportables, hacer de mujer anuncio vestida de pollo, buscar forma de conseguir dinero para meter saldo en su móvil, trampear para conseguir un vestido y pasar las mil y una para llegar al lugar de la fiesta, la cinta cambia completamente de tercio. La tensión crece a medida que se va revelando la naturaleza exacta del ‘trabajo’ y la película pasa del realismo absoluto al thriller lleno de tensión. Luciana deberá luchar y demostrar fortaleza mental para sobrevivir, pero también para no perder su humanidad.

Most Beautiful Island me ha parecido una muy buena película; Asensio demuestra un gran talento en su debut como directora, aprovechando sus carencias presupuestarias para lograr un realismo total en la primera mitad de la película y logrando una gran tensión en su tramo final. También realiza un gran trabajo actoral interpretando a una protagonista presente en casi todos los planos a la que dota de gran humanidad.

Su tema de fondo, el retrato de la dureza de la sociedad norteamericana con los inmigrantes y en general con los que están un poco al margen me parece pertinente y necesario en los tiempos que vivimos, tanto en los Estados Unidos de Trump como en la Union Europea.

Continuo en el Casino Prado viendo 78/52, de Alexandre O. Philippe, un documental sobre la escena de la ducha de Psicosis. El director estaba presente en la proyección acabado de llegar a Sitges y con mucho jet-lag. Ha comentado que esta era su quinta visita al Festival, cuatro presentando películas suyas y una vez (la edición anterior) en la que estuvo en el Jurado. Esta vez le hace particular ilusión porque su película está en la sección Oficial y se podrá ver en el Auditori mañana. Después de asegurarse que todo el público presente es fan de Hitchcock y ha visto Psicosis, ha asegurado que hay pocos documentales sobre cine sobre una escena en particular.

El título de la película hace referencia a las 78 posiciones de cámara y 52 cortes que componen una escena icónica, que marcó el cine en general y el cine de terror en particular. Psicosis rompió por completo los esquemas del público en 1960; una película que tras un tercio del metraje mata a su protagonista de una manera tan salvaje que provocó gritos y pánico en las salas.

El documental analiza la génesis de la película a través de las obsesiones de su director, para centrarse de forma prácticamente exclusiva en la escena decisiva de la muerte de Marion Crane, interpretada por Janet Leigh. Una escena a la que el propio Hitchcock daba una importancia decisiva, hasta el punto de planificarla aparte del resto y dedicarle una semana entera de rodaje. En el documental participan Guillermo del Toro, Peter Bogdanovich, Eli Roth, Bret Easton Ellis, Karyn Kusama, Walter Murch, Danny Elfman o Elijah Wood, ofreciendo análisis, teorías y observaciones en general muy interesantes.

A través de testimonios como el de Marli Renfro, la doble de cuerpo de Janet Leigh en la famosa escena, que cuenta cómo fue el rodaje, o el de la nieta de Hitchcock, que explica que estaba tan descontento del primer montaje de la película que pensó en cortarlo para pasarlo a televisión, la película nos cuenta algunas interioridades del rodaje de la película. Me pareció fascinante la selección de efectos de sonido para las cuchilladas, una alternancia entre apuñalar a un melón casaba (Hitchcock eligió entre 20 distintas) y a un trozo de solomillo. También es fantástica la manera en que se analiza la icónica banda sonora de Bernard Herrman, tan magistral que hizo cambiar de idea al director y continuar con el proyecto.

Pero tan interesante como eso me ha parecido el análisis sobre la importancia de la película y de su escena cumbre como pioneras de una nueva etapa del cine. Tras un planteamiento de cine de terror clásico, con una casa gótica apartada en una colina, el monstruo que nos plantea la película está en nuestro interior, podría ser cualquiera. La seguridad de estar en casa, con la familia, o en la ducha, es ilusoria; en cualquier momento puede pasar cualquier cosa.

78/52 es un documental de cine para amantes del cine; si se es ambas cosas es difícil no disfrutar con él. La crítica cinematográfica es rigurosa pero relajada; explica y analiza pero también transmite el gozo de ver la película. Vale la pena verla.

Termino mi día de películas en el Casino Prado viendo Tiger Girl, una película alemana del director Jakob Lass. Las protagonistas de la película son Maggie (Maria Dragus) y Tiger (Ella Rumpf). La primera es una chica tímida, educada e inmadura que no ha logrado pasar el examen de acceso a la policía por fallar en la prueba de saltar el potro. Tras eso se ha apuntado a un curso de guardia de seguridad. Tras tener un día muy malo conoce a Tiger, una chica que es su polo opuesto; segura de sí misma, atrevida y sin miedo a saltarse las reglas y tomarse la justicia por su mano si se siente agraviada. Tiger en seguida la bautiza como Vanilla. A medida que van saliendo juntas, Tiger implica a Vanilla en sus pequeñas fechorías; vestidas de guardias de seguridad cometen pequeños robos (para pagar las deudas de un novio de Tiger) y gamberradas. Y Vanilla se va soltando, su férreo autocontrol y su deseo de quedar bien siempre se resquebraja y su rabia empieza a aflorar a la superficie. A su vez, Tiger empieza a comprender que su estilo de vida no es sostenible en el tiempo y los roles se intercambian.

Tiger Girl se ha rodado dentro de las reglas del manifiesto Fogma, suscrito por diversos cineastas alemanes y que insiste en la libertad y la calidad de las producciones. La película se ha rodado con grandes dosis de improvisación actoral, y se nota. Gracias al gran trabajo de las dos jóvenes protagonistas, la película contiene algunos momentos brillantes y otros algo pobres. El realismo y la coherencia argumental tampoco preocupan demasiado a los realizadores; hay muchos cabos sueltos y la violencia resulta a veces poco realista.

Pero dicho todo esto, le he encontrado muchas virtudes a la película. Lass la dirige con pulso firme y buen ritmo; a pesar de las improvisaciones la cinta no decae ni tiene momentos que le sobren. Este ritmo, junto con el buen trabajo actoral consigue un gran nivel de energía. También me ha gustado el juego de darle la vuelta a los estereotipos que practica la película. Eché de menos algo más de profundidad, porque la ambientación, la Alemania de los jóvenes sin demasiadas perspectivas, da para mucho y me parece muy interesante.

(c) 2017 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 16/10/2017 01:51:47