ABERDEEN

Magnífico retrato de una familia de Hong Kong

ABERDEEN El director de Hong Kong Pang Ho-Cheung tiene una trayectoria muy curiosa. En su filmografía abundan las comedias de todo tipo, alocadas, románticas y marcianas (a veces todo a la vez). Pero también es responsable de la magnífica Dream Home, un ultra-violento y escalofriante thriller con toques de horror que protesta contra la brutal especulación inmobiliaria de Hong Kong. Su anterior trabajo, Vulgaria, exhibido en la edición de 2013 del Festival de Sitges, me pareció una película divertidísima, inteligente y con muchos niveles de lectura disfrazada de comedia vulgar. La película retrata con humor pero sin piedad la industria del cine de Hong Kong, especialmente el de bajo presupuesto (que él conoce de primera mano), los medios publicitarios y en general el ritmo alocado de vida de los habitantes de esa ciudad tan particular.

En Aberdeen, su último trabajo, Pang Ho-Cheung cambia de tono pero no de ambiente. Propone un drama familiar cargado de simbolismo con algunos toques de humor que a través de una familia burguesa de Hong Kong intenta radiografiar en parte la vida en esa ciudad, el conflicto entre la tradición y la vida moderna. El patriarca de la familia retratada es Dong (Ng Man-tat), que tras pasar años como pescador, decidió entrenarse y trabajar como monje taoísta para lavar la sangre de los peces asesinados por generaciones de su familia. Se dedica a realizar ceremonias funerarias pensadas para facilitar el paso de los espíritus de los muertos del infierno a la siguente vida. Pero a pesar de esto, cree el mal karma que acumularon se transmitió en parte a las generaciones futuras. Es viudo desde hace diez años, y actualmente, y para la consternación de sus hijos, está saliendo con una escort madura, Ta (Carrie Ng). Su hija mayor, Ching (Miriam Yeung), trabaja como guía en el museo del fuerte construido por los ingleses durante la Segunda Guerra Mundial como defensa costera. Se pasa el día recitando su historia en bunkers mientras su obsesión por su mala relación con su madre fallecida le impide ver las infidelidades de su marido Yau (Eric Tsang), un doctor actualmente liado con una enfermera (Dada Chan). El hijo menor, Tao (Louis Koo), trabaja como profesor en una academia y es guapo, ambicioso y narcisista. Su esposa Ceci (Gigi Leung) es una actriz y modelo que observa con terror como su envejecimiento reduce sus opciones laborales. La hija de ambos, Chloe (Lee Man-kwai), tiene una pinta muy corriente. Su padre está muy preocupado por este hecho, hasta el punto de dudar de su paternidad.

La película arranca con un inicio fabuloso. A través de un montaje y una capacidad de síntesis fantásticos, se presenta la familia, sus relaciones y sus problemas al espectador mostrando cortes de su día a día. Este arranque lleno de ritmo da paso a una narración más pausada que va alternando las vivencias de los distintos miembros del clan, haciendo especial hincapié en los dos matrimonios. Sus problemas, obsesiones y vida cotidiana están narrados desde dentro, desde el conocimiento; es evidente que el director y guionista vive y respira en el mismo entorno que ellos. Esto ofrece un retrato de la mezcla de cultura china y occidental de la clase media de Hong Kong; sus creencias, su espiritualidad y visión del mundo son muy chinas (y pueden parecer algo ajenas al espectador occidental) pero a la vez adoran comer en cadenas internacionales de comida rápida, son coleccionistas y fans de Star Wars y están más que integrados en la sociedad del consumo. Los personajes, a pesar de tener cada uno sus rarezas y flaquezas morales (o quizá gracias a ellas), resultan creíbles y llenos de vida. Del mismo modo, las dinámicas familiares están narradas con verosimilitud; a pesar de contar una historia fuertemente anclada en un lugar y una cultura concretos, los problemas y relaciones familiares que muestra son exportables a todo el mundo. Pang Ho-Cheung abandona por completo el tono alocado y el humor irónico, algo sarcástico, de anteriores producciones para ofrecer una mirada limpia, sutil y algo melancólica. Evita los excesos dramáticos, mostrando muy buen ojo para contar cómo pequeños momentos pueden suponer grandes cambios en las vidas de la gente. De ese modo la película carece de un gran clímax dramático, pero en cambio cuenta con varios momentos decisivos llenos de emoción, como cuando Ching se arma de valor para preguntar a su padre la duda que la atormenta; cuando Ceci se plantea prostituirse o cuando Yau se da cuenta de lo que tendrá que renunciar si deja a su esposa. Aparte de todo esto, la película también tiene momentos muy divertidos, respiros cómicos siempre bienvenidos que evitan que el conjunto sea demasiado solemne. El guion aprovecha perfectamente la obsesión de Tao con Star Wars para regalarnos conversaciones impagables.

El tema fundamental de la película es la superación del lastre que supone arrastrar problemas y traumas del pasado. Todos los personajes, en diferente medida, están marcados por "pecados del pasado", acciones de las que se arrepienten o situaciones que no han sido capaces de superar del todo y que afectan a su vida actual. Sólo reconciliándose con ellos, o al menos aceptándolos, serán capaces de superar sus actuales problemas. También trata, a través del matrimonio entre Tao y Cici, la obsesión por la imagen, la juventud y la belleza, tanto o más presentes en la sociedad china que en la occidental. En este aspecto la película no propone ninguna solución; cada personaje llega a sus propias conclusiones para ir tirando, no necesariamente saludables ni moralmente correctas. Uno de los aspectos que eché de menos de la narración es que, a diferencia de Vulgaria, esta película no se arriesga a tratar el nuevo estatus de Hong Kong dentro de China, algo muy de actualidad ahora mismo, sino que se queda en el relato costumbrista y social.

La película es también un tributo y una fuente de paralelismos con la historia reciente de Hong Kong. El título Aberdeen hace referencia al nombre que dieron los ingleses al barrio pesquero que se creó donde desembarcaron por primera vez en la ciudad, aún existente hoy en día y de donde proviene la familia protagonista. Su nombre en cantonés se puede traducir como 'hijos de Hong Kong', mostrando la voluntad del director de intentar radiografiar la sociedad de su ciudad. El fuerte de la Segunda Guerra Mundial también sirve como vínculo entre la historia global y la familiar; su vista desde las estrechas troneras puede dar la apariencia de un futuro sin posibilidad de elección a Ching, pero si logra salir de él, el paraje que se muestra es amplio y con exhuberante vegetación. También me pareció relevante la bomba de la Segunda Guerra Mundial que en un momento de la trama encuentran en un bloque de viviendas en obras y que termina estallando, un paralelismo con la situación de la familia, que tras años de represión muchas cosas salen a la luz.

Formalmente la película es fantástica. La dirección de Pang Ho-Cheung alterna la sobriedad formal con momentos en los que aflora su gran imaginación visual. Me parecieron magistrales las secuencias oníricas en las que aparece la zona de North Point de Hong Kong construida como una maqueta realizada con figuras de papel del mismo tipo que las ofrendas que ofrecen los chinos a sus familiares muertos. De acuerdo con las creencias tradicionales chinas, los familiares deben cuidar de la salud financiera de sus difuntos, puesto que entran a la otra vida sin nada; los objetos que representan las figuras de papel que queman como ofrenda les llegan literalmente para que los puedan usar. La secuencia en la que Ching sueña que su yo de papel viaja en un taxi a la casa de su infancia para comer con su madre me parece una metáfora maravillosa de la interacción entre los vivos y los muertos. El reparto de la película es muy bueno. Todos los actores están bien elegidos para sus roles, y sus interpretaciones llenan de vida a unos personajes ya de por si bien construidos. La banda sonora de Peter Kam, aunque me gustó mucho, resulta quizá demasiado protagonista.

En conjunto Aberdeen me ha parecido una película notable, interesantísima. Si hubiera resultado un poco más atrevida tratando cómo afecta a la población la nueva relación con la China continental, hubiera resultado un pelín menos obvia con alguna de sus metáforas y hubiera adelgazado un sólo poquito su duración la consideraría magistral. Con todo, no dejo de recomendarla, es una película de las que dejan poso.

(c) 2014 Jordi Flotats

Ficha Técnica:
- Título original: Heung gong jai.
- Año: 2014.
- Duración: 97 min.
- País: Hong Kong.
- Director: Ho-Cheung Pang.
- Guion: Ho-Cheung Pang.
- Productor: Kuo-fu Chen, Alvin Chow, Peter Kam, Stephen Lam, Subi Liang, Ho-Cheung Pang, Alex Tong, Zhongjun Wang, Zhonglei Wang.
- Productora: Huayi Brothers Media, Making Film, Sil-Metropole Organisation, Sun Entertainment Culture.
- Música original: Peter Kam.
- Fotografía: Jason Kwan.
- Montaje: Wenders Li.
- Reparto: Dada Chan, Louis Koo, Gigi Leung, Carrie Ng, Man Tat Ng, Chapman To, Eric Tsang, Miriam Yeung Chin Wah, Shawn Yue.
- Sitio web: http://www.deadsnow.com/
- Tráiler:

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Subido por Jordi Flotats con fecha 16/10/2014 12:19:32